2 de febrero de 2024

¿Lo necesito?

 Permíteme que ponga un sencillo ejemplo de un comportamiento concreto que nos sirva para reflexionar sobre nuestro modo de vida:

Imagen: Leonardo AI
Tal como acostumbro a hacer cuando tengo un rato libre entre sesiones de trabajo en una ciudad cualquiera, el otro día entré en un establecimiento especializado en maquillaje de uñas. Es una forma sencilla, cómoda y estética de hacer tiempo sin patear las calles ruidosas ni tomar otro café más a lo largo del día 😊

Y mientras la empleada hacía su trabajo yo curioseaba el local:  muy amplio, con varios puestos de trabajo, mucha iluminación artificial, muchííííííísimos frasquitos de esmalte de todos los colores posibles, máquinas para esterilizar las herramientas de trabajo, para secar las uñas pintadas, para mantener cálido el local…

Como el protagonismo lo tenía obviamente el  esmalte, he estado curioseando un poco para enterarme de su composición.

 Estamos hablando de PFAS (perfluoro alquilos y polifluoroaquilos), así como otros ingredientes presentes en la pintura de los automóviles (el trío tóxico:  ftalato de dibutilo, tolueno y formaldehido).  Sé que existen también esmaltes “ecológicos”, pero son muy difíciles de encontrar y además no hay garantías de que realmente son lo que dicen ser.

He leído que Nueva Zelanda prohibirá los “químicos de siempre” en productos de belleza, y que la EPA de USA considera que el esmalte de uñas es un desecho doméstico peligroso.

Además, existe el riesgo de que su uso habitual provoque cánceres, problemas hormonales e intestinales, y el uso de secadores de uñas de luz ultravioleta pueden dañar el ADN.

En líneas generales, podríamos decir que este hábito conlleva:

  • Posibles riesgos para la salud humana;
  • Necesidad de grandes cantidades de agua para su fabricación;
  • Cantidad de recipientes de usar y tirar;
  • Contaminación por parte de los laboratorios que elaboran los productos;
  • Contaminación por el transporte desde los laboratorios a los establecimientos que los utilizan;
  • Contaminación del entorno al desembarazarse del esmalte;
  • Gasto de energía, agua, químicos para limpieza, etc., etc., de cada local;
  • Degradación del medio ambiente.

Y todos esos desastres tienen como finalidad que yo me vea bonitas las uñas unos pocos días.

¿De verdad necesitamos tantas y tantas cosas que no nos benefician y en cambio están ocasionando diversos males al Planeta?  ¿Por qué nos hemos ido olvidando de vivir una vida sencilla, evitando tanta sofisticación inútil y dañina? ¿Por qué las personas urbanitas nos consideramos con derecho a polucionar y esquilmar los recursos finitos cuando a la vez hay tantas personas en entornos rurales y en países sobreexplotados que tienen problemas para garantizarse una vida digna? ¿Por qué olvidamos tan a menudo que solo somos uno más de los animales que conviven en una tierra común?

¿De verdad lo necesito?

23 de noviembre de 2023

¡Caracoles! ¡Otra de liderazgo biomimético!

 

Hace algún tiempo me percaté de que un caracol acudía a mi porche a comer.  Dicho así no tiene demasiado interés, pero lo que me llamó la atención es que no acudía en cualquier momento:  lo hacía cada día al anochecer, cuando pongo comida a los gatos asilvestrados que se presentan (solo para eso) cuando cae la tarde. El resto del día es imposible verlo.

Así que cada día contemplaba al nuevo “okupa” para ver cómo se desenvolvía entre dos grandes gatos.  No tenía problemas, se metía en medio e incluso trepaba por la cazuela de uno de los gatos para poder comer antes de que los felinos se marcharan.

Decidí premiar su arrojo y ponerle un poco de comida aparte, para que pudiera saciarse sin tener que porfiar con tamaños rivales… y enseguida entendió que le convenía más esperar en una esquina que subirse a las cazuelas de los gatos.

Desde entonces lo miro con un interés que me ha provocado la necesidad de curiosear un rato para saber algo sobre los gasterópodos.  Te hago aquí un resumen de lo poco que he descubierto (de momento) porque, como seguro supondrás, me gusta hacer paralelismos con el liderazgo biomimético:

El caracol:

  • Posee una especie de lengua provista de una rádula (órgano quitinoso que se utiliza para raspar o morder los alimentos y que cuenta con hasta 25.000 dientes agrupados en hileras);

  • la rádula se desplaza hacia adelante y hacia atrás, rasgando y triturando el alimento que está siendo consumido;

  • en muchos casos puede regenerar los dientes perdidos;

  • puede ser herbívoro, carnívoro, necrófago…

  • su capacidad de aprendizaje les permite aplicar nuevos procedimientos para acceder a los alimentos;

  • tiene unas 20.000 neuronas (nosotros alrededor de 100.000 millones), y a pesar de ello puede retener información hasta seis meses;

  • en situaciones de estrés se resiente su rendimiento cognitivo;

  • regenera su concha cada día (siguiendo la secuencia de Fibonacci, tienes abajo enlace a un didáctico vídeo);

  • cuando queda atrapado en una grieta, intenta salir (y lo consigue) torciéndose hacia la derecha / el centro / la izquierda; 

  • camina a una velocidad aproximada de un metro por hora, pero puede recorrer hasta 25 metros al día;

  • si puede, sigue el rastro de baba de otro caracol, para ahorrarse así la producción de baba y consiguiente gasto energético;

  • la baba que genera es útil para facilitar el desplazamiento, adherirse en superficies inclinadas, mantenerse húmedo, curar sus heridas, repeler a posibles depredadores como hormigas y protegerse de bacterias o parásitos.

Después de enterarme de todo esto no he podido por menos que comparar tales habilidades con las que adornan a un líder biomimético, porque pienso que pueden ser una buena guía para revisar periódicamente nuestro plan de mejora continua como líderes. Aquí tienes el decálogo:




Te dejo aquí algunos enlaces por si quieres leer algo sobre el tema:

¿Cuántos dientes tiene un caracol?

¿Son los caracoles inteligentes? Descubriendo la verdad sobre su inteligencia

 Los caracoles tienen memoria y los científicos saben trasplantarla

La inesperada velocidad de los caracoles

¿Cómo se forma el caparazón de los caracoles y de qué está hecho?

¿Cómo es la vida del caracol?

La secuencia de Fibonacci

21 de septiembre de 2023

"Blob", un increíble organismo vivo y un líder exitoso: lecciones para los negocios

 

'Blob', el enigmático organismo que 'piensa' sin tener cerebro y que es 'inmortal'. (Reuters)

En el mundo de las organizaciones solemos buscar inspiración en diferentes ámbitos de la vida para hacerlo cada vez mejor y poder tomar las mejores decisiones. 

Desde el enfoque de la Biomimética se producen avances frecuentes, algo gratificante que ayuda a diseñar numerosos productos y servicios de una forma mucho más eficiente y respetuosa con la naturaleza.

Hoy vamos a mirar algo impensable y sugerente desde el punto de la Biomimética Organizacional:  en este caso, para que el líder de una organización pueda inspirarse y mejorar sus planteamientos: vamos a descubrir un extraño ser que me ha subyugado y me ha sugerido inmediatamente un precioso paralelismo con la vida de las personas que dirigen equipos. Vamos a comparar a “Blob”, un increíble organismo vivo, con un líder exitoso que sabe respetar a la naturaleza.

Te recomiendo vivamente que leas este artículo para conocer un poco a “Blob”.  A modo de gancho, te copio el primer párrafo:  No tiene boca, ni estómago, ni ojos, pero sí puede detectar alimento y digerirlo. Tampoco tiene brazos ni patas, pero puede moverse y en un solo día duplicar su tamaño.

Y, a pesar de sus aparentes limitaciones (vistas desde nuestro enfoque antropocéntrico), es capaz de memorizar, adaptar su comportamiento, resolver problemas, buscar soluciones y transmitir su conocimiento. También sabe hibernar en momentos extremos y resurgir cuando mejoran las circunstancias.

De lo descrito en el susodicho artículo podríamos deducir que “Blob” puede servir de inspiración para que el líder potencie las siguientes cualidades:

1. Adaptabilidad y flexibilidad: La capacidad de Blob para adaptarse a entornos cambiantes es similar a la que necesita un líder para ajustar estrategias y enfoques ante desafíos inesperados;

2. Resistencia: Blob puede sobrevivir en circunstancias adversas. Un buen líder también debe hacer frente a dificultades y resistir ante la presión y la adversidad, lo que implica tomar decisiones sólidas en momentos críticos y mantener la calma bajo presión.

3. Colaboración y redes: A pesar de su apariencia simple (es un ser unicelular), se comunica y colabora con otros seres de su especie para lograr objetivos comunes.  Un buen líder debe ser capaz de construir relaciones sólidas con colegas, competidores y otros partícipes, aprovechando las redes para impulsar el éxito de la organización.

4. Sostenibilidad y respeto por la Naturaleza:  Blob vive en armonía con su entorno, sin causar daño innecesario.  Un buen líder debe adoptar un enfoque sostenible y ético en los negocios, considerando el impacto ambiental de las operaciones y buscando formas de minimizar el daño al medio ambiente.

5. Innovación y Evolución: Blob se adapta y evoluciona con el tiempo. Un buen líder debe fomentar la innovación dentro de su organización, alentando a las personas de sus equipos a pensar de forma creativa y abrazar el cambio como una oportunidad de crecimiento.

6. Resiliencia:  Blob no se deja afectar por las opiniones externas, centrándose en su supervivencia y objetivos propios.  Un buen líder debe tener suficiente confianza para tomar decisiones basadas en la visión y misión de la empresa y guiarse por su código ético, en lugar de dejarse influenciar en exceso por las tendencias o presiones externas.

En resumen, aunque pueda parecer sorprendente, hay mensajes valiosos que los buenos líderes pueden revisar estudiando al humilde Blob.  Fortaleciendo esos principios, los buenos líderes pueden construir organizaciones sólidas y sostenibles que prosperen en un mundo empresarial en constante cambio.

Te dejo aquí un interesante vídeo que explica los descubrimientos que se están haciendo acerca de Blob y los aprendizajes consiguientes para la sociedad.


Y un enlace a un punto de venta  de Blobs vivos, por si te interesara d'apprendre les bases de la biologie et de la microbiologie et de sensibiliser les enfants à la biodiversité.

25 de julio de 2023

Haz lo que puedas cuando puedas

 


En estas épocas en que nos rodea la incertidumbre por todas partes, nos preguntamos cómo y cuándo acabarán las guerras, qué ocurrirá con tantas personas privadas de sus casas y sus bienes por los  terremoto, inundaciones  y anomalías varias que asolan el planeta, cuándo dejaremos de devastar la Tierra para beneficio de unos cuantos, etc. etc., y se pone un nudo en la  garganta que nos priva del habla y nos humedece los ojos.

Generalmente no hablamos de  estas cosas, porque la familia y amigos ya están hartos de oírnos y porque en las charlas sociales entre colegas, clientes y personas de círculos más amplios no se considera de buen gusto sacar a colación según qué temas.

Pero... esta mañana he tenido la oportunidad de hablar con alguien que me presta servicios regularmente y con quien suelo mantener conversaciones triviales, y hoy me ha explicado cómo atiende a unos vecinos ancianos y aislados de la sociedad.  Ha  puesto tanta ternura en la explicación que me tenía absorta, y ha terminado su reflexión con una frase que me ha tocado el alma:  

cada vez estoy más convencida de que debemos hacer lo que podamos cuando podamos, porque la vida te lo devuelve cuando menos lo esperas; es una especie de egoísmo positivo, un "hoy por ti y mañana por mí" que siempre acaba gratificándote tarde o temprano, de una  forma u otra.

Y enlazando ideas he ido a parar a este vídeo de Francine Christophe que te va a dejar sin palabras: 

 

Es una forma muy emotiva de ilustrar el viejo dicho do ut des de los romanos, que ahora solemos traducir por win win. Estoy convencida de que funciona, porque a lo largo de mi vida he recibido apoyos totalmente imprevistos en momentos de dificultades, y siempre me he preguntado cómo es que tengo tan buena suerte... ¿o no será suerte? ¿Qué experiencias tienes al respecto?        

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Enlaces relacionados:

Personas felices               

5 de junio de 2023

El oso polar, el gorila y las manzanas

 


Había una vez un gran oso polar que vagabundeaba exhausto por su inmenso territorio buscando algo de carroña para llevarse a la boca, dado que cada vez era más y más difícil cazar alguna foca de las pocas que quedaban en la zona.  El hambre le acuciaba y su necesidad le hacía apetecer algún otro alimento desconocido de fácil acceso, nutritivo y sencillo de conseguir.  Su imaginación no paraba de dibujarle diferentes escenarios en los que cualquier oso polar podía engullir suficiente alimento para quedarse ahíto. 

A muchos kilómetros de allí, un gran gorila de montaña examinaba concienzudamente la zona en busca de hojas, tallos, brotes, cortezas, raíces, rizomas... elementos todos ellos cada vez más difíciles de encontrar porque su hábitat desaparecía a pasos agigantados.  Cada vez tenía menos fuerzas y cada vez ansiaba más que sucediese algún milagro que le ofreciera un alimento desconocido de fácil acceso, nutritivo y sencillo de conseguir.

Entonces, ¡oh milagro! un animal que también podía caminar a dos patas se apareció simultáneamente en los sueños del oso y del gorila, deleitándose con una extraña fruta que él denominaba "manzana". Masticaba lentamente, deglutía, se relamía y murmuraba extasiado: qué alegría, estoy gozando de una de las frutas más exquisitas y nutritivas del mundo.

¡¡¡¡Aaaaahhhh!!!! ¡Qué conmoción! A través de ese sueño simultáneo, el oso y el gorila conectaron sus cerebros y comenzaron a acariciar la idea de aunar fuerzas para conseguir que las apetitosas manzanas llegaran regular y simultáneamente al Ártico y a África Central. 

Pronto se percataron de que un Ursus Maritimus Mammalia  y un Gorila beringei beringei Mammalia carecían de los recursos necesarios para alejarse  demasiado de su hábitat, por lo que una expedición en busca de la manzana podría resultarles letal.

No obstante, enseguida descubrieron que aquél extraño bípedo que les hacía de nexo  era un Homo que, casualmente, ¡también era Mammalia! Ese dato les ayudó a confiar en él y decidieron contratarle como proveedor exclusivo de manzanas.

El Homo recibió el encargo con grandes muestras de alborozo, explicó que tenía experiencia manzanística desde el origen de su especie en un lugar llamado Jardín del Edén y enseguida comenzó a diseñar un plan estratégico para recolectar, almacenar, transportar y entregar grandes cantidades de manzanas en el Ártico y en África Central.

Ursus y Gorila escucharon la propuesta comercial y decidieron deliberar antes de aceptarla. Hicieron cálculos aproximados de los costes (¡horror, qué megapresupuesto!) y cayeron en la cuenta de que la cantidad total que arrojaba no tenía en cuenta que los manzanos y su entorno quedarían expoliados, envenenarían las tierras con fertilizantes fósiles para incrementar la producción, el transporte deterioraría irremediablemente todos los lugares del recorrido, obligaría a muchos Homos a trabajar esclavizados, pondría en peligro la vida de muchos animales que hasta entonces tenían los pomares como su ecosistema natural...  

Ursus y Gorila llegaron a la conclusión de  que no podían asumir tales responsabilidades y que preferían no alterar de forma tan brutal y antiética tantos ecosistemas de la madre Tierra.  Así que decidieron seguir bregando cada uno en su hábitat para seguir consiguiendo su alimento y no ser partícipes de tales desmanes. 

Y se despidieron dentro del sueño común con una reflexión compartida:  ¡Qué curioso!  Los tres animales, Ursus, Gorila y Homo, somos Mammalia... y el único que se plantea esos horribles proyectos nos ha dicho que es el Homo SAPIENS. ¿Quizás también tendrá alguna relación con el hecho de que nosotros tengamos cada vez más dificultades para encontrar el alimento que por naturaleza nos corresponde?

(Para ayudar a Ursus y Gorila a sentirse mejor con la decisión que han tomado, vamos a enviarles un poco de información científica ibérica que les apoya sin fisuras:   CSIC,  (AEET), Sibecol ).

13 de febrero de 2023

Un coach abejorro

 

La ciencia descubre maravillas de la naturaleza que nos ayudan a encontrar paralelismos entre los ecosistemas naturales y los diseñados por las personas

Jorge Laborda nos presenta, con su atractivo estilo, otra maravilla de la naturaleza: la inteligencia de los abejorros.  Estos animales despiertan antes que las flores que les proporcionan alimento, porque los animales reaccionan al calor (el calor comienza cada vez más temprano) y las plantas necesitan, además, horas de sol (que aumentan progresivamente durante la primavera, al mismo ritmo cada año).  Dado que el cambio climático hace que las temperaturas sean más altas más pronto, los abejorros se encuentran sin flores a su disposición para poder libar.

Eso podría acabar en catástrofe, pero... entra en juego la sabiduría de la naturaleza:  los abejorros practican unas determinadas incisiones en las hojas de las plantas y así consiguen que la planta florezca mucho antes.

Y no se trata únicamente de la incisión, puesto que las réplicas que han realizado los científicos no han surtido el mismo efecto.  Eso sugiere que los abejorros deben, además, introducir en la planta alguna sustancia o proceder a algún otro tipo de intervención, hasta ahora desconocidas.  En cualquier caso, el abejorro consigue que la planta florezca antes de lo programado por el número de horas de luz, asegurándose así la supervivencia.  Otro precioso ejemplo de las complejas relaciones que se establecen entre seres vivos.

A nosotros nos sirve, además, para hacer un paralelismo con el mundo de la gestión corporativa: cuando un buen líder necesita que su equipo obtenga buenos resultados (y dentro de los plazos establecidos), estudia qué se necesita conseguir (objetivos), analiza las alternativas a su alcance y decide qué tipo de intervención será la más adecuada:  en este caso, ofrecer a las personas del equipo los estímulos propicios para su floración.

Puede ser una caricia física o psicológica (como hace el abejorro), aplicación de una sustancia nutritiva (contraprestaciones de diversa índole), modificaciones de la situación actual (cambio de responsabilidades, de tareas, de procedimientos, etc.), en la forma, profundidad y frecuencia adecuadas hasta conseguir los objetivos definidos. 

Y de esta forma, el líder asegura que el ecosistema se mantenga en equilibrio, como hace el abejorro en su entorno.  Una preciosa fórmula do ut des que los buenos líderes practican dejando su huella líquida.

 Mirando a la naturaleza, el líder biomimético encuentra soluciones que han sido probadas durante años y años de ensayo y error, ¿para qué partir de cero si tenemos ante los ojos una solución que ha demostrado ser válida para todos?

Aprender de la naturaleza es una preciosa oportunidad a nuestro alcance que produce placer y garantiza la supervivencia de todos nuestros partícipes, así que desde aquí agradezco a Jorge Laborda su artículo.

29 de agosto de 2022

Antropocentrismo y ética

El artículo de Mayte Rius  publicado en La Vanguardia  sobre los avances de la ciencia, La ciencia avanza hacia el elixir de la eterna juventud plantea, entre otros,  el siguiente razonamiento:  el envejecimiento ya no puede considerarse irreversible y puede "tratarse" desde el punto de vista médico, como se hace con otras situaciones de riesgo para la salud. 

Bien es cierto que Manuel Serrano, del Instituto de Investigación Biomédica, también explicita que estas investigaciones no están pensadas para que podamos alcanzar la inmortalidad, sino para tratar a las personas mayores que tienen una calidad de vida comprometida.  Doy por buena su explicación porque, entre otras cosas, no tengo elementos de juicio para rebatirla.  Seguro que se trata de una buena persona que está buscando lo mejor para sus semejantes. (Aunque la bomba atómica surgió de un diseño anterior con buenos fines).

A pesar de eso, desde el punto de vista de la ética se me plantean varios interrogantes inquietantes:

1) El planeta no necesita que le esquilmemos aún más:  estamos a punto de llegar a los 8.000 millones de habitantes humanos, y solo faltaba que prolonguemos nuestra estancia; en el mes de julio hemos excedido en un 74% la capacidad  para este año de los ecosistemas terrestres.

 2) Me parece muy poco ético torturar a miles de animales indefensos para lograr algo totalmente prescindible. Te dejo aquí una buena explicación de la profesora Clara E. Paniego Burillo en El Salto , y me permito resaltar un párrafo:  el sufrimiento ocasionado a los animales se ha visto multiplicado a un ritmo alarmante en las últimas décadas a causa de la ganadería industrial - que concibe al animal como una máquina de producir carne - y de la investigación tanto militar como farmacéutica.

 3) Prolongar artificialmente la vida va contra una de las más importantes leyes de la naturaleza.   En un contexto muy diferente, Javier Gomá dice:  "Goethe llegó a creer que quizá la Naturaleza, que decreta la muerte de todo ser vivo, haría con él una excepción".

Como siempre, nuestro antropocentrismo toma decisiones antinatura que a la larga son perniciosas para todos los ecosistemas, incluidos obviamente los animales humanos.   Enfocado desde otro ángulo pero muy ilustrativo, te dejo aquí un artículo de Wardle  et al , Terrestrial Ecosystem Responses to Species Gains and Losses,  de cuyo resumen extraigo esta frase:  las ganancias y pérdidas de especies son tanto consecuencias como impulsores del cambio global; por lo tanto, la integración explícita de la investigación sobre cómo ambos procesos afectan simultáneamente el funcionamiento del ecosistema es clave para determinar la  respuesta del sistema terrestre a las actividades humanas actuales y futuras.

Quizás fuera mejor camino fijarnos en realidades muy distintas de las habituales, como por ejemplo el blob, el extraordinario organismo sin cerebro que hace cuestionarnos si somos la especie más inteligente:   que es capaz, en términos humanos, de resolver problemas, establecer redes, navegar por sistemas y laberintos con una eficiencia increíble. Te recomiendo vivamente leer este artículo, donde se dice  también que  el punto es que estos experimentos son deliberadamente descabellados para desafiarnos a pensar de nuevas maneras

No tiene cerebro, pero es capaz de pensar

Nos hace  mucha falta para conseguir parar el derrotero actual, que va a llevarnos a graves problemas como especie y a enormes perjuicios para el planeta.

25 de julio de 2022

¡Viva la atención al cliente!

 

Aprovechando el relajo de este domingo veraniego te explico, a modo de divertimento,  una sorprendente experiencia  - parecida al cuento del elefante y la hormiga -  que he tenido esta semana respecto a la relación que se establece entre una empresa y sus clientes. 

En este caso la empresa era Vueling y  yo tenía el rol de cliente.

La víspera de tomar mi vuelo de ida a mi ciudad de destino recibí en el móvil un mensaje de Vueling preguntándome si estaría dispuesta a cambiar mi vuelo por otro posterior el mismo día, dado que posiblemente habría overbooking. Si aceptaba, la empresa me ofrecía un descuento de 100 € para el próximo vuelo con ellos.  Se trataba de presentarme a mi hora en el aeropuerto y entonces me dirían cuál de los dos vuelos (el que compré o uno de los que me proponían) era el mío.

Inmediatamente pensé: Vaya, no parece muy digno explicar abiertamente que gestionan contando con hacer overbooking, es decir, dando prioridad a sus intereses económicos por encima del respeto que se debe al cliente.  

Mi primera reacción fue negarme, pero después de pensarlo un poco me vinieron a la cabeza las posibles razones que les habían llevado a tomar esa decisión:  mucho tiempo sin actividad o con actividad mínima en la época del corona virus, encarecimiento del combustible, restricciones diversas...

 Llegué a la conclusión de que su decisión no era la mejor desde el punto de vista de la seriedad que se espera de una empresa "decente", pero podía llegar a entender que quisieran asegurar unos mínimos ingresos para sostener la actividad, mantener a los empleados, asegurar su cuota de mercado... En resumen, en una época rara como la que vivimos cabe la posibilidad de que alguien tome una decisión rara.

Así que decidí aceptar.  Me presenté a mi hora y no hizo falta hacer ningún cambio porque había plazas disponibles.

¿Y qué es lo que ocurre habitualmente después de un viaje de ida?  Pues que suele ser normal querer hacer el viaje de vuelta 😜.

Terminé mi trabajo antes de lo previsto y decidí ir al aeropuerto para ver si había posibilidad de adelantar mi vuelo.  

En cuanto llegué me di cuenta de que en el aeropuerto no había oficina de Vueling, así que me acerqué a un mostrador de facturación solicitando el cambio. La empleada, muy amable, me dijo que ella no podía hacer nada y me dio un número de teléfono para que formulara mi demanda. A partir de aquí...

  1. El teléfono de marras era el típico atendido por uno de esos horrendos bots que te hacen esperar un siglo y luego te  preguntan un millón de cosas, creo que incluso intentó saber qué número calzo y cuántos empastes tengo.  Cuando el bot se cansó de jugar conmigo me sugirió que visitara la web corporativa;

  2. La web era casi tan juguetona como el bot, y finalmente optó por indicarme que me bajara la app. (¿Desde cuándo un cliente necesita bajarse una app para hacer una pregunta?  Es el colmo);

  3. Me la bajé a regañadientes, no encontraba por ningún sitio la opción que buscaba y  después de mucho tiempo vi en un rinconcito una información que advertía que, en el caso improbable de que pudiera hacer un cambio de horario, tendría que abonar la cantidad de 200 €;

  4. Eliminé la aplicación de mi móvil, mascullé unas cuantas frases en arameo y otras tantas en sánscrito, miré el reloj para constatar cuánto tiempo me habían robado impunemente, pensé si me cortaba las venas o me las dejaba largas, maldije la facilidad que la empresa tiene para contactar con el cliente y lo imposible que resulta a la inversa, etc., etc.....y de repente vi al fondo de la sala una oficina de Iberia.
Así que me presenté en la oficina de Iberia y me atendió una amable empleada con la que mantuve el siguiente y breve diálogo:

Yo: Buenas tardes.  Como entiendo que ustedes son el hermano mayor de Vueling y Vueling no tiene oficina aquí, vengo a explicar cómo me está tratando su hermano pequeño:  me piden que cambie y les digo que sí, y ahora les pido que cambien y me dicen que no... o que pague 200 €. ¿Pero, dónde está la ética de Vueling, por favor?

Ella:  espere un momento, por favor, que voy a hacer una llamada.  

Fue solo un momento, efectivamente, y enseguida me respondió:  vaya al número diez que ya tiene su plaza reservada para el vuelo que sale ahora mismo.

Sorpresa, alegría, agradecimiento por el buen trato dispensado... y dos horas ahorradas por no tener que esperar al vuelo que compré en su día.

Y después una pequeña reflexión divida en varias partes:



  • nuestro cerebro límbico juega con nosotros si le dejamos;
  • quien no llora no mama;
  • por muy sofisticados que sean los bots no hay nada mejor que hablar con una persona;
  • cuando las personas pueden hacer algo por alguien lo hacen y además se sienten bien;
  • todas las empresas (y todas las personas) comenten errores;
  • pero no todas son capaces de reconocerlos y enmendarlos;
  • muchas empresas son sensibles al juicio que hacen sus clientes sobre el nivel de ética que subyace en sus planteamientos comerciales;
  • un solo cliente puede ayudar a que una empresa se haga estos planteamientos de tipo ético;
  • todos podemos actuar de forma similar ante cualquiera de nuestros proveedores;
  • entre todos podemos hacer una sociedad mejor.
¿Qué otras reflexiones te estás haciendo al respecto?
¿Te ha gustado este divertimento veraniego?

Muchas gracias por llegar hasta aquí 😍😍

8 de junio de 2022

La Naturaleza nos advierte... y nosotros bailando

 



Nos inundan las noticias sobre los planes que las empresas de prácticamente todos los sectores están diseñando para frenar esta terrible crisis climática que nos amenaza con consecuencias irreversibles.  En las redes sociales, los medios de comunicación, la publicidad a domicilio... nos explican cuán seriamente se están planteando contribuir a rebajar los índices de CO2 y tantas otras iniciativas plausibles.

Es cierto que muchas empresas realmente se comprometen, pero desafortunadamente aún son muy pocas para conseguir revertir la situación.  Por ejemplo, los beneficios de las petroleras siguen aumentando, y todos sabemos que si este sector de actividad tiene beneficios otros sectores tienen problemas de liquidez y  la naturaleza está sufriendo.

Juan F.  en Salida de Emergencia explica muy bien las interacciones entre el estado económico y el medio natural, reflexiones que todavía no han calado en diversos sectores. Por ejemplo,  Kate Fletcher - pionera del movimiento slow fashion - comenta respecto al sector de la moda:  "los pilares de la economía circular y sus objetivos son positivos. Pero llevado a la práctica, solo se ha conseguido perpetuar todos los males de la industria de la moda". 

No solo en el sector energético y en la industria de la moda encontramos empresas que ponen los beneficios económicos en primer término;  los regantes y las urbanizaciones turísticas de Doñana se comportan de forma parecida, las aerolíneas  intentan convencernos de que lo hacen muy bien...

Tal parece que la sociedad detesta escuchar tantas advertencias de la naturaleza y mira para otro lado:


Afortunadamente, tenemos muchos voces que intentan concienciar:

Por ejemplo, sabios reconocidos como Fernando Valladares , Antonio Turiel  y  Jorge Riechmann - por citar algunos - nos están avisando sin descanso de las dificultades que se nos avecinan, y existen numerosas iniciativas sociales como la Economía Solidaria pero parece que necesitamos mucho más tiempo del disponible para que estos mensajes calen...  

Incluso hay empresas que intentan tímidamente mitigar la crisis climática.

Si la cuestión climática se extiende también al mundo del trabajo, los efectos de divulgación se pueden multiplicar.  Se ha conocido la noticia de las manifestaciones de los trabajadores de una industria automovilística de Múnich, que han dado la voz de alarma sobre los efectos contaminantes de los componentes de los automóviles, incluido el almacenamiento de las baterías eléctricas, si no se toma en serio la investigación para paliar sus consecuencias.  

El ejemplo de la alianza entre el movimiento por el clima y los trabajadores de Múnich ofrece un ejemplo de cómo se pueden liderar las luchas en la industria del automóvil si se mantienen hombro con hombro, y, lo que es más importante, muestra cómo puede tener éxito la organización conjunta.  Un dirigente sindical de la fábrica de Múnich prometió que él y sus compañeros de lucha se encadenarían a las máquinas si fuese necesario.  Para él y todos sus compañeros de las plantas de Bosch y para todos lo que trabajan en las cadenas de producción y suministro de la industria automotriz, la lucha continúa y eso es igualmente cierto para el movimiento climático.  Por eso, al nombrar a su grupo Protección del Clima y Lucha de Clases, ciertamente, no prometieron una meta inalcanzable. (Martín Pallín, J.A., 2022: Los derechos de la Tierra. Una propuesta de Constitución).

Nos queda un rayo de esperanza.  Si a los científicos, ONG's y otras organizaciones concienciadas se empiezan a unir los trabajadores,  quizás consigamos entre todos que el mensaje tenga suficiente fuerza como para evitar el colapso.  Todos podemos poner nuestra gotita de agua para apagar el incendio.  Yo intento aportar facilitando que las organizaciones se gestionen aprendiendo de la naturaleza y de algunas otras formas que tengo a mano. ¿Quieres compartir aquí iniciativas recomendables que conozcas?  Te lo agradeceré :)

25 de marzo de 2022

Biomimética Organizacional: empresas que se asombran

 Las organizaciones biomiméticas, aquellas que aprenden de la naturaleza para optimizar su gestión y sus resultados, se fijan en numerosos ejemplos  que encuentran por doquier si son capaces de mirar con humildad, ganas de aprender y capacidad de sorprenderse.  Como el niño de esta imagen:


(Imagen: ELGUINDILLA)

Me gusta especialmente esta imagen porque "asombrarse" me sugiere varias cosas a la vez:
  • la inocencia  y curiosidad del niño;
  • su aproximación al árbol desde el respeto, sin dañarlo de ninguna forma;
  • su forma de aprovechar el regalo (sombra) que le brinda la naturaleza;
  • su  modo creativo - fuera del marco habitual - de entender el término;
  • la relación que implícitamente establece entre sentir curiosidad (asombrarse) y movilizarse para contrastar su hipótesis (¿será esto?).
Este niño simboliza muchos de los rasgos de los líderes biomiméticos, porque la capacidad de asombrarse está íntimamente ligada a la creatividad, el aprendizaje y la sensación de bienestar psíquico, lo que favorece posteriormente numerosas mejoras en el ámbito de la organización.

Si trasladamos esta idea al mundo de las organizaciones, su paralelismo puede ayudar a que nuestra empresa comience a transitar por la senda de biomímesis organizacional, una excelente forma de asegurar beneficios de toda índole (no solo económicos) y la conservación del planeta para los descendientes de todo ser vivo.

A modo de resumen:



¿Conoces alguna organización que se haga este tipo de planteamientos? ¿Te gustaría compartir tus conocimientos?  Te escucho.

14 de febrero de 2022

Biomimética Organizacional, para las organizaciones que desean aprender de la naturaleza


En este convulso siglo XXI ya no nos sirven los planteamientos consumistas del pasado, con los que hemos llegado a un punto de sobreexplotación del planeta que parece difícil poder revertir la situación.

"Difícil" no significa "imposible".  De hecho, las entidades públicas, las organizaciones y las personas se están movilizando para conseguir que paulatinamente se deje de esquilmar al planeta arrebatándole compulsivamente sus recursos y dándole a cambio miles y miles de toneladas de basura.

Las administraciones públicas ponen al servicio de los nuevos proyectos numerosas leyes y abundante presupuesto, pero por definición son lentas en decidir, lentas en implantar y lentas en recoger frutos.  Las personas están cada vez más concienciadas, pero a título personal no se consiguen resultados y la labor de agruparse, definir objetivos, conseguir recursos, etc., etc., es muy laboriosa y, por ende, los resultados son inseguros y en cualquier caso a largo plazo.

Afortunadamente, las organizaciones son más ágiles en la toma de decisiones, pueden definir más rápidamente sus objetivos estratégicos en consonancia con las necesidades del planeta (triple bottom line), pueden más fácilmente movilizar a las personas de su entorno (partícipes / stakeholders) y consecuentemente consiguen incidir antes en el derrotero que está tomando nuestra sociedad.  Y  además tienen la gran ventaja añadida de que están en todas partes, como un engranaje indispensable para que dicha sociedad funcione.  

Porque las corporaciones, por ser las instituciones dominantes del planeta, deben gestionar directamente los problemas sociales y medioambientales que afectan a la humanidad (Hawken, 1997). 

No podemos, pues, por menos que estar de acuerdo con Pauli cuando dice que nuestros esquemas de producción y consumo han quedado obsoletos y son incapaces de  responder a las necesidades básicas de todos.  Tienen que evolucionar o sustituirse por otros que prosperen en armonía con la totalidad de la vida, promoviendo la diversidad y asegurando el alimento, la vivienda, la sanidad y el sustento para todos.  Con esta conclusión en mente, dirijamos nuestra admiración y atención a la maestría adaptativa de la naturaleza. 

Tendríamos, pues, que dar un paso más: pasar de esa visión antropocéntrica (los seres humanos vamos a respetar los límites para poder salvarnos), a una visión natural o cosmovisión (los seres humanos formamos parte de la naturaleza, ergo las organizaciones forman parte de la naturaleza: comportémonos como lo hace la naturaleza). 

Esta cosmovisión se fundamenta en dos pilares: entender la naturaleza como el suprasistema en que están insertadas todas las organizaciones, y concebir a la naturaleza como modelo, medida y mentor.

 Así, Pauli sostiene que una solución a los presentes males de nuestra economía reside en comprender y aplicar la lógica ecosistémica, porque la naturaleza exhibe una auténtica economía, y una auténtica sostenibilidad, todo el tiempo. Todas las organizaciones que se están interrelacionando en ese entorno complejo deben estar subordinadas a un objetivo estratégico común: preservar el equilibrio del conjunto para garantizar la vida a largo plazo de cada una de las organizaciones y de todas en un conjunto armónico. Como dice Pauli, se parte de una premisa sencilla: servirse del conocimiento acumulado durante millones de años por la naturaleza para alcanzar cada vez mayores niveles de eficacia, respetando el medio y creando riqueza, y traducir esa lógica del ecosistema al mundo organizacional.

El modelo de organización biomimética, por tanto, tiene como leitmotiv la naturaleza como modelo, medida y mentor.

La naturaleza como modelo: La biomímesis es una nueva ciencia que estudia los modelos de la naturaleza para imitar o inspirarse en los diseños y procesos biológicos para resolver problemas humanos. En este sentido, Benyus nos exhorta a ver la naturaleza desde otra óptica, y esta es la clave: no la miremos para extraer sus frutos, manipularla, “mejorarla” o transformarla de mil modos distintos: mirémosla para aprender a comportarnos como ella, porque somos parte de la propia naturaleza. Capra lo expresa así: Crear comunidades humanas sostenibles significa, en primer lugar, comprender la habilidad inherente a la naturaleza de sustentar la vida, para después rediseñar nuestras estructuras físicas, tecnológicas y las instituciones sociales en concordancia con esa comprensión. Del mismo modo, MacIntyre  - en relación a nuestros obsoletos y destructores sistemas de producción y consumo - recomienda que nos fijemos en la maestría adaptativa de la naturaleza. 

Existen numerosos ejemplos de empresas que han incorporado a sus sistemas o procesos ideas inspiradas en la naturaleza. Benyus nos propone brillantes soluciones: fibras que imitan a las telarañas (cinco veces más fuertes que el acero y muy elásticas), células solares capaces de convertir luz en energía, una farmacopea basada en la sabiduría ancestral de los chimpancés u ordenadores inteligentes compuestos por biomoléculas.  Más recientes son aplicaciones como la robótica de enjambre, al modo de las hormigas virtuales que estudia Campo.  Incluso en el mundo de la arquitectura podemos contemplar el brillante ejemplo de Gaudí:  Tal como señalan Salas et al.,  Gaudí fue un gran precursor de la sostenibilidad y la biomimética en la arquitectura, y nos enseña que los edificios concebidos como “máquinas para vivir” ―por el gran arquitecto Le Corbusier― pueden evolucionar hasta convertirse en “ecosistemas para vivir”.

La naturaleza como medida: después de miles de millones de años de evolución, la naturaleza ha descubierto lo que funciona, lo que es apropiado y lo que perdura. La biomímesis se vale de un estándar ecológico para juzgar la corrección de nuestras innovaciones. Se trata, en primer lugar, de medir el impacto social y medioambiental que tienen las decisiones de las organizaciones, y existen diversos estándares internacionales de medidas de este tipo, como GRI y GIIN.   

De acuerdo con Epstein, esas medidas ofrecen información importante y valiosa que permite a los directivos evaluar de manera más exacta las repercusiones de los impactos que se derivan de las decisiones empresariales.  Medir esos impactos, monetizarlos e incluirlos en las decisiones gerenciales permite mejores análisis coste-beneficios, así como mejores decisiones tanto para el beneficio social de los grupos implicados como para la rentabilidad de la firma en el largo plazo. 

Existen diferentes enfoques para identificar y medir los impactos en la naturaleza de los productos, servicios y actividades de las organizaciones: costo del control y fijación de precios sombra, costo de daños, precio de mercado y valuación, fijación hedonista de precios, costes de viaje, y valuación contingente (Epstein ofrece una descripción de los principales métodos).

Tomar la naturaleza como medida significa, además, tener en consideración el valor intrínseco de la naturaleza con la que se relaciona la organización. Este valor intrínseco, también denominado valor de existencia o de conservación, es independiente del uso presente que las personas hacen de los recursos y surge a partir del sentido de gestión medioambiental relacionado con la responsabilidad para con la preservación de los recursos naturales para las generaciones futuras.  Goodstein enfatiza el hecho de que, aún si un recurso no tiene ningún valor en uso que sea claro en el presente (valor de uso) o en el futuro (valor de opción), las personas pueden estar dispuestas a preservar el recurso dado que consideran que tiene derecho a existir y debe ser protegido.  

La naturaleza como mentor: La biomímesis es una nueva manera de contemplar y valorar la naturaleza. Inicia una era basada no en lo que podemos extraer del mundo natural, sino en lo que éste puede enseñarnos. Hawken ya preconizaba que nuestro destino como personas está irremediablemente unido a lo que ocurra con todos los demás seres vivos. Vogel destacaba la afinidad de las personas por la naturaleza, mecanismo que ayuda a emerger el sentimiento de rectitud natural y superioridad moral en el modo en que la naturaleza hace las cosas. En palabras de Itamar Rogovsky,  la biomimética no solo ofrece parámetros organizacionales y provee ejemplos de lo que funciona y de lo que no, también convierte a la naturaleza en un tipo de mentor que ofrece una nueva manera de apreciarla y de considerar a la organización humana. 

Benyus explica que otros seres vivos no humanos aprendieron hace mucho tiempo que “contaminar el nido” es un negocio ruinoso, y que todas nuestras invenciones ya las descubrió la naturaleza hace mucho tiempo llevándolas a la práctica, además, de forma no costosa para el planeta. También reflexiona acerca del hecho de que los ecosistemas maduros están formados por diferentes seres que persiguen propósitos comunes (como nosotros): mantener su presencia en un sitio, sacar el máximo partido de lo que hay disponible y perdurar a largo plazo. 

Todas las aportaciones citadas tienen dos cosas en común:  1): se preocupan por no dañar a la naturaleza; 2): son antropocéntricas, es decir, existe esa preocupación porque se teme que la humanidad se vea seriamente amenazada.

Es el momento, pues, de hacer un nuevo planteamiento para que las organizaciones - las entidades más numerosas del planeta - tomen las riendas: Biomímesis Organizacional, un nuevo modelo de gestión corporativa que aprende de la naturaleza. En  el artículo Biomimetic Organisations: A Management Model that Learns from Nature puede leerse la propuesta, cuyo resumen es el siguiente:

"Since the end of the last century, different approaches for corporate management have been appearing that try to incorporate the social advances that are being produced and disseminated thanks to the greater capacity of communication available through social networks and other traditional avenues. Among the best known are Corporate Social Responsibility, Sustainability, the Circular Economy, and Collaborative Economics. All of them add value to organisations, and all of them have a common characteristic: they are anthropocentric approaches. Our proposal goes a step further: we need a worldview that is capable of placing organisations in a position of continuous learning looking at nature, because it is the best way to integrate into it as a more ecosystem and thus achieve its flowering respecting the once to all the other subsystems that make up the planet: Organizational Biomimicry. This work compares the anthropocentric vision with the worldview at the same time that it offers a guide of the essential steps so that Organizational Biomimicry is the new model of corporate management".

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Referencias:

Benyus, J.M. (2012): Biomímesis: Cómo la ciencia innova inspirándose en la naturaleza. Tusquets Editores, Barcelona.

Campo, A. et al., (2010):  Artificial pheromone for path selection by a foragingswarm of robots. Biological Cybernetics, iol Cybern 103:339–352DOI 10.1007/s00422-010-0402-x)

Capra, F. (2006): Las conexiones ocultas: Implicaciones sociales, medioambientales, económicas y biológicas de una nueva visión del mundo. Anagrama

Epstein, M. J. (2008): Making Sustainability Work: Best Practices in Managing and Measuring Corporate Social, Environmental and Economic Impacts. Greenleaf Publishing.

Goodstein, L. (1999): Meandering to the top. A personal and professional odyssey. The Psychologist Manager Journal, 3, 71-83

Hawken, P. (1997): Negocio y Ecología. Ediciones Flor del Viento

Olaizola, E. et al.: . Biomimetic Organisations: A Management Model that Learns from Nature. Sustainability 2020, 12, 2329.

MacIntyre, A., (2018): Animales racionales y dependientes. Por qué los seres humanos necesitamos las virtudes.  Paidós Básica, Barcelona

Pauli, G. (2015): La economía azul: 10 años, 100 innovaciones, 100 millones empleos. Tusquets Editores, Barcelona

Rogovsky, I. en Olaizola, E., Gil, X. (2017): Biomimética Organizacional. Ebook publicado por Atlantic International University (http://dh.hpublication.com/publication/81ca8b3c/mobile/

Salas Mirat, C., Bedoya Frutos, C., Adell Argilés, J.M. (2018):  Antonio Gaudí, precursor de la sostenibilidad y la biomimética en la arquitectura, con 100 años de antelación En: ACE: Architecture, City and Environment = Arquitectura, Ciudad y Entorno, 13 (37): 71-98, 2018. DOI: http://dx.doi.org/10.5821/ace.13.37.5348 ISSN: 1886-4805.

Vogel, S. (2000): Ancas y palancas. Mecánica natural y mecánica humana. Tusquets Editores, Barcelona.

13 de enero de 2022

Biomimética Organizacional en Onda Cero

¿Conoces la Biomimética Organizacional? Es el nuevo modelo de gestión que asegura mejoras en la innovación sostenible mediante el aprendizaje de la naturaleza.  

En esta entrevista realizada por Ariadna Belver en Onda Cero charlamos sobre el enfoque del libro Biomimética Organizacional I, planteado como un libro polinizador, ofreciendo numerosos ejemplos de lo que se puede aprender mirando con cariño la naturaleza:  cómo hacer de coach aprendiendo del abejorro, diseñar una buena política de cooperación intergeneracional aprendiendo de las medusas, y tantos otros con idéntico objetivo.  Porque todos queremos que nuestros negocios funcionen bien, nuestros clientes estén satisfechos y sean prescriptores, nuestros equipos estén comprometidos... y todo ello asegurando que este maltrecho planeta podrá seguir manteniéndonos a nosotros y a todos los ecosistemas en los que estamos inmersos. ¿Te animas?

 

9 de noviembre de 2021

Divertimento: una sonrisa acuática

 Hace unos pocos días tuve la suerte de dar un paseíto por la ría de Vigo para cruzar de un lado al otro y me embarqué en un catamarán blanco, limpio y atractivo cuyo aspecto prometía media hora de deleite.

Me acomodé en la cubierta (que curiosamente está descubierta, maravillas del lenguaje 😈), al aire libre,  para disfrutar del aire y del sol.

Apenas arrancó el motor comenzó  el regocijo:  una cinta grabada  -al estilo de las que ponen los aviones antes de arrancar para aleccionar a los pasajeros- lanzó al aire un breve discurso que comenzaba diciendo: 

 "el comandante de este navío y toda su tripulación..."

De acuerdo que la palabra navío puede aplicarse en el sentido de barco que sirve para conducir mercancías o pasajeros de unos puertos a otros, pero normalmente utilizamos el término para referirnos a barcos grandes, y de hecho el DLE así lo define en sus primeras acepciones. 

De modo que comencé a sonreir por la sorpresa que me causó el término.  

Pero eso solo fue el principio, porque en un barquito de esas dimensiones me resultó muy curioso que se hablara de "comandante", término que aplicamos normalmente al jefe de una armada o al piloto de un avión.... y más curioso aún que aludiera a "toda su tripulación" cuando en realidad se trataba de una sola persona que se ocupaba de  revisar los billetes de los pasajeros y lanzar las amarras para asegurar / liberar el barco en el muelle de turno.

De modo que la conseguida frase "el comandante de este navío y toda su tripulación" dio de sí para reirme un buen rato porque le vi varias interpretaciones sugestivas:

  • Copiaron tal cual el mensaje estándar de los aviones: quizás debido a una reflexión previa del tipo se estila en vehículos que transportan pasajeros, luego hagámoslo. ¿Para qué rompernos la cabeza descubriendo la rueda?

  • Decidieron que su trabajo y su estatus no desmerecía en absoluto de los correspondientes en la aviación, luego, ¿por qué no ponerlo de relieve con el lenguaje apropiado que resaltara los méritos?

  • Eran conscientes de su tamaño real y de la complejidad de su trabajo en comparación con los aviones, así que decidieron hacer a los pasajeros un guiño risueño para suscitar una sonrisa, otra forma más de hacer ameno el breve trayecto.

Desde mi punto de vista, la primera opción refleja un enfoque pragmático del trabajo.  💯

La segunda, una visión un tanto sesgada de los responsabilidades y los méritos inherentes, que en este caso puede ayudar positivamente a sobrellevar la monotonía de tantas horas haciendo prácticamente lo mismo. 💯

La tercera sugiere un espíritu burlón, positivo y juguetón que se agradece mucho en cualquier entorno laboral, puesto que estimula la creatividad y la capacidad de diversión de los trabajadores y  de los clientes. 💯

En cualquiera de los tres casos, se consiguió que -al menos yo- estuviera muy pendiente de todo el mensaje para ver si descubría otras joyas ocultas.  No fue así, pero puedo aseguraros que sé cómo proceder en caso de imprevistos en una embarcación de este tipo :)

Y, lo mejor de todo, es que aún después de haber desembarcado seguía con una sonrisa en los labios y la mente retozona.  Muchas gracias, señor comandante y señor miembro de la tripulación, los regalos inesperados se agradecen el doble :)

30 de septiembre de 2021

La sostenibilidad insostenible

Últimamente me como el coco cada vez más a menudo a propósito de los productos o servicios que consumo.  Más exactamente, a propósito de lo que las marcas  nos explican y lo que sé / intuyo al respecto.

Dos ejemplos recientes:  


una famosa marca de venta al por menor vía internet - que todos conocemos y hemos utilizado alguna vez -   ha participado en una convención virtual de ámbito nacional explicando que realiza grandes avances en materia de sostenibilidad, dotándose de una flota de vehículos eléctricos para el reparto que aumenta progresivamente para ir desechando los tradicionales vehículos a gasolina;

 una  famosa marca de refrescos anuncia a bombo y platillo todas las mejoras que ha introducido presentándolas como "una transformación estratégica de punta a punta, con la sostenibilidad como eje central". Entre otras medidas, anuncia la creación de una cadena de valor circular e inclusiva.

No sé si se trata de greenwashing o no, pero en cualquier caso todos esos avances que pregonan suscitan en los clientes preguntas relevantes cuyas respuestas pueden afectar a sus resultados, del tipo:

  • ¿Hasta qué punto es ético comprar vía internet un producto perfectamente prescindible (lo son la mayoría) sabiendo que traérmelo hasta mi casa supone un gasto energético por parte del transporte? ¿Cuánto cuesta realmente en términos de respeto al medio ambiente que una furgoneta haga un viaje solo para acercarme un paquete minúsculo?  Y eso suponiendo que no tenga que hacer dos viajes por ausencia del destinatario o que devuelva el producto, opción siempre presente que se presenta como opción en el reclamo de venta. 

  • ¿Hasta qué punto es ético esquilmar el planeta comprando un producto prescindible, que ha polucionado desde su fabricación y almacenamiento hasta su distribución "uno a uno"?

  • ¿Hasta qué punto es ético comprar un producto de "alimentación" que no aporta nada positivo a mi organismo y a cambio exige cantidades ingentes de agua, tierra cultivable, largos procesos industriales, enormes esfuerzos de almacenamiento y distribución, etc. etc.?

  • ¿Hasta qué punto es ético que yo apoye - comprando esos productos o servicios - la existencia en el mercado de marcas que, a pesar de sus esfuerzos en materia de sostenibilidad, ofrecen algo cuestionable desde el punto de vista de la salud, perfectamente prescindible y  que además es nocivo para el planeta?

  • ¿Hasta qué punto puedo considerarme corresponsable de que miles y miles de personas se queden sin trabajo si dejo de consumir esos productos/servicios?

  • ¿Hasta qué punto tengo suficientes elementos de juicio para tomar una decisión acertada?

  • ¿Dónde está el punto medio de equilibrio entre la necesidad de permitirme caprichos y el pepito grillo que me pone de relieve tantas incoherencias?

Vivimos en una sociedad desenfrenada, derrochona, egoísta, cortoplacista, con valores distraídos  y perniciosa para la salud del Planeta. ¿Cuánto tiempo más vamos a seguir viviendo así? ¿Cuántos esfuerzos personales estoy dispuesta a hacer para cambiar este terrible derrotero? ¿Cuánto tiempo puedo seguir haciéndome miles de preguntas antes de adquirir un producto/servicio sin acabar locuela perdida? ¿Dónde pongo la barrera entre lo que deseo, lo que necesito, lo que consumo?... y todas esas preguntas me sugieren otra:

¿Qué cosas podemos hacer los ciudadanos para apoyarnos unos a otros y conseguir poco a poco desterrar del mercado marcas que ofrecen sostenibilidad insostenible? 

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23 de julio de 2021

Poderoso caballero es don dinero

El discípulo, después de peregrinar por el mundo, se acercó a su maestro y le dijo:

- He conocido a mucha gente y he notado que es muy distinta la actitud de los ricos y la de los pobres hacia quienes se les acercan.  Cuando me acerco a un pobre, me abre las puertas de su casa, me pregunta cómo estoy y hasta me ofrece ayuda. 


Sin embargo, con los ricos es otra cosa.  Es muy difícil acercarse a ellos: viven en palacios, tienen guardias, y, cuando al fin uno está delante de ellos, ni nos miran y piden que sea breve, porque tienen muchas cosas que hacer.

El maestro le dijo: Acércate a la ventana.  ¿Qué ves?

- Veo a una señora con un niño. Y un coche que va al mercado.

-Bien.  Ahora ponte delante del espejo.  ¿Qué ves?

- ¡Venga ya, Maestro! Qué voy a ver, ¡a mí mismo!

- Pues ya ves: la ventana está hecha de cristal y de cristal está hecho el espejo.  Basta con poner un poco de plata detrás, y uno ya solo se ve a sí mismo y no ve a los demás.  Eso pasa con las riquezas de los ricos.

Esta preciosa alegoría es muy apropiada para la crisis que estamos viviendo, producto de la avaricia de unos pocos que están destrozando el mundo de todos, y también de la estulticia de todos nosotros que nos hemos dejado llevar por sus cantos de sirena.

A ver si con este escarmiento llamado coronavirus nos planteamos cómo vivimos, cómo derrochamos, cómo dejamos en la cuneta a millones de seres humanos, cómo martirizamos a millones de animales, cómo esquilmamos la naturaleza.... y somos capaces de vivir sin la plata que hemos colocado detrás del espejo.

Me encantaría conocer tu opinión sobre el particular, ¿te animas?  Gracias por anticipado :)

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