30 de enero de 2013

Sopa de letras: ¿ RSE + DO?


Lo que estamos viendo ahora no será más.

"En una ocasión, una nube le dijo a un lago:  eres un arrastrado, siempre lamiendo la tierra.  Yo, desde lo alto, lo veo todo y tengo sabiduría de las cosas.  Cuando el lago fue a contestarle, ya no estaba;  se la había llevado el viento... (Mapahumano de Pueblos, Etnias y Culturas).

El discurso de la nube se da frecuentemente en algunas posiciones directivas: esta nube está acostumbrada a su posición panorámica y se ha convencido de que es la mejor, si no la única, desde la que se puede divisar qué está ocurriendo. 

Ha funcionado bien durante mucho tiempo, porque nos movíamos en una sociedad plácida, sin vientos que se llevaran las nubes, alteraran el ritmo de evaporación, el ritmo de las lluvias y todo el conjunto del sistema hídrico.

Ahora, afortunadamente, los directivos han aceptado (o están aceptando) que no es suficiente posicionarse en lo alto para verlo todo: los vientos aparecen, cambian de rumbo e intensidad, mueven y cambian todo lo circundante y después se calman... hasta la próxima.  

Ya no sirve una posición elevada si ésta es estática:  lo que estamos viendo ahora no será más.  Tendremos diferentes realidades en diferentes momentos.  Podemos contar con el charco o no, con la nube o no, con el viento o no. Múltiples combinaciones, la mayoría impredecibles, nos llevan a una situación en la que es necesario contar con la visión que puedan aportar todos los elementos del sistema:  un buen meteorólogo recibe aportaciones de diferentes elementos interrelacionados que le ayudan a tener esa visión global y adecuada para este momento. 

Y después de haber leído tanta información diferente hace su pronóstico y toma sus decisiones  sabiendo que existen probabilidades de error.

Por eso la RSE está teniendo tanto éxito: una empresa que ha implantado RSE, a diferencia de la nube, es consciente de que su propia existencia depende del charco, los vientos, la temperatura.... y de que todos ellos pueden ayudar a su consolidación o desaparición. Todos esos elementos, que hemos dado en llamar stakeholders, forman parte del sistema - empresa y por tanto tienen capacidad de influir en ella de diversas formas.  Gestionar estas relaciones para que resulten armónicas y aceptables para todas las partes interesadas es algo que cada vez resulta más atractivo, y se hacen numerosos estudios para demostrar la relación directa que existe entre una buena aplicación de la RSE y los resultados positivos de la organización.

Ahora bien, si entendemos la RSE como un modelo de gestión corporativa, podemos encontrar grandísimos paralelismos con D.O. entendido  como un planteamiento  estratégico para la gestión del cambio en una organización. 

El D.O.  arranca a mediados del siglo pasado y está de rabiosa actualidad, puesto que persigue los mismos objetivos que la RSE pero le lleva bastantes años de ventajaObservo, sin embargo, que la RSE está intentando nutrirse sobre todo en el mundo de la economía, mientras que el DO se asienta en las ciencias del comportamiento humano como base imprescindible para aplicar después todas las aportaciones de las diversas ciencias (incluídas las económicas).

Tengo la sensación de que una vez más estamos intentando inventar la rueda: ¿por qué tanto ruido con RSE si una empresa gestionada con un enfoque DO ya está posicionada en el modelo de gestión responsable tal como lo explica la RSE? ¿Será que es más fácil, más comercial, "vender" RSE? ¿Será que RSE no exige, aparentemente, una formación / experiencia tan sólida como DO? ¿Será que nuestra cultura continúa priorizando el enfoque económico sobre el enfoque humano?

A veces la mente hace piruetas divertidas:  en este caso, esta situación me ha recordado el fenómeno social del Ecce Homo de Borja: la restauración es francamente mejorable, pero a pesar de ello ofrece otra realidad que  también genera interés, esparcimiento y beneficio. Incluso se ha dicho que la nueva imagen está más en consonancia con el siglo XXI que la anterior.

no podría existir si no tuviera debajo un buen original .  No hace falta escoger con cuál nos quedamos, ¿por qué no con los dos? Un DO clásico y bien formado como base de una RSE moderna, algo economicista pero atractiva y fácilmente aceptada.  Y cuando queramos profundizar, siempre nos quedará la posibilidad de rascar un poco para contemplar el original...




25 de enero de 2013

Teoría de los hongos, un paradigma empresarial (Itamar Rogovsky)

Una organización puede estar constituída como un animal, como un vegetal o como un hongo. ¿Cómo lo hace la tuya?

El pasado día 17 de  enero tuve la suerte de presentar a Itamar Rogovsky en su conferencia anual para Aedipe. En esta ocasión nos instruyó / deleitó (con Itamar, los verbos instruir y deleitar son sinónimos) con una aproximación sistémica a su "Teoría de los hongos".

En esencia, Itamar nos hizo reflexionar sobre la importancia de la adaptación  - y, aún más, la anticipación - para toda organización que desee prosperar en este nuevo mundo, a imagen y semejanza de los hongos.  Y si se  adopta el paradigma de los hongos, la organización conseguirá ser:
  • no estructurada,
  • sin límites,
  • no liderada,
  • sin presupuesto,
  • no programada,
  • sin objetivos,
  • conjetural.
Si no conoces a Itamar es probable que la relación anterior te haya sorprendido, o incluso "escandalizado".  Pero si le conoces ya sabes que es su forma de provocar para que sus interlocutores piensen desde un ángulo distinto al habitual y puedan avanzar al ritmo de sus planteamientos. 

Un pensamiento brillante, holístico y centrado en el futuro, propio de una persona de mediados del siglo XXI.  Aunque sean mundos tan distintos, cada vez que veo a Itamar inmerso en su trabajo recuerdo el título de aquél libro de Deepak Chopra titulado Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo.  Y también evoco aquella frase de George Lucas que dice: los sueños son sumamente importantes. Nada se hace sin que antes se imagine. Está claro que escucharle me ayuda a conectar serias teorías organizativas con mundos dispares, lo cual es un regalo que le agradezco sobremanera.  Esta entrada es un pequeño homenaje a mi maestro y amigo. 

Te dejo aquí las diapositivas que utilizó en la conferencia, por si quieres hacer el ejercicio de co-pensar con él para rearmarlas con todo el contenido que te puedan sugerir.  Que disfrutes.

22 de enero de 2013

Comunicaciones embalsadas

Muchas veces, incluso de forma inadvertida, utilizamos comunicaciones embalsadas que son producto de un complejo diálogo interno y que surgen al exterior de forma tan natural que si no estamos atentos pueden conducirnos a interpretaciones erróneas.


Por razones culturales o sociales, por inercia, por temor al qué dirán..., muchas veces me abstengo de decir algo que bulle en mi interior, y lo sustituyo por unas cuantas frases  / ideas socialmente aceptadas. 

Pero.... algo que bulle dentro pugna por salir, como el agua que intentamos contener en una presa:  en un momento determinado rebasa los bordes y sale, independientemente del cuidado que hayamos puesto en fabricar los muros.

Y la imagen que estamos mostrando a nuestro interlocutor en ese momento es como la presa que está a punto de romperse:  se ve perfectamente el muro, y también se ven los hilillos de agua que comienzan a asomar.  Ver el agua depende en parte de la cantidad que fluya y en parte de la sensibilidad ante "el agua". Alguien con cierto entrenamiento puede ver ambas cosas simultáneamente.  Mira un ejemplo (que no es acuático pero me encanta):



Mi amigo Iñaki Gómez me envió hace algún tiempo este ¿dibujo? que no pude por menos de guardar:

Seguro que hay personas que primero ven "el muro", personas que primero ven "el agua" y personas que ven ambas cosas a la vez. ¿Qué has leído en primer lugar, la palabra "bien", las palabras que componen esa palabra o las dos cosas simultáneamente?

Me gusta mucho este ejemplo porque entiendo que ha debido de llevar su tiempo componer la palabra "bien" con tantas palabras:  es un muro muy bien construído, que lanza un mensaje positivo:  "bien".  Muy adecuado para utilizarlo socialmente.

Cómo y con qué se ha construído es otro asunto:  aquí aparecen un montón de conceptos directamente relacionados con "no bien":  cada uno de nosotros podemos poner los conceptos que queramos, que en esencia corresponden a cómo nos sentimos.  Los construímos cuidadosamente para que tengan una envoltura aceptable... y ahí quedan, pugnando por salir y nosotros controlando la parte evidente de la comunicación.

En un entorno de obligada convivencia, en el laboral por ejemplo, esta situación es lamentable porque estas dos personas están más atentas a gestionar sus respectivos "muros" que a descubrir los puntos fuertes de cada una de ellas y, mejor aún, cómo combinarlos para apoyarse mutuamente en busca de logros. 

Esta postura de apoyo mutuo tiene además una virtud añadida, puesto que a la vez que va tendiendo puentes de entendimiento va favoreciendo sentimientos positivos como la autoestima, la alegría de ayudar, la satisfacción de hacer bien las cosas y conseguir avances, etc.

Así pues, parece adecuado permitir que "el agua" fluya para que el interlocutor pueda entender mejor la situación.  Sólo hay un truco:  no puede fluir en cualquier momento, ni con cualquier intensidad:  como en una presa,  un torrente incontrolado puede suponer enormes perjucios. Pero disponemos de aliviaderos que controlan cuándo y cuánta agua  ha de salir de la presa.  El agua bien canalizada abona la tierra y favorece la aparición de buenos frutos;  el contenido de la comunicación, bien gestionada, abona y favorece la aparición de buenas relaciones personales y profesionales.


13 de enero de 2013

No congeniamos, vete

Últimamente he conocido varios casos en los que un CEO ha pronunciado esta frase: "No congeniamos, vete". Despedir a una persona puede hacerse de muchas formas y por muchas causas, y es muy difícil desde fuera juzgar lo que ocurre en una organización. Pretendo aquí hacer una reflexión sobre esta forma  de desvincular a una persona que ocupa un puesto directivo.

(Por cierto, Itamar Rogovsky  tiene un chiste muy bueno sobre las desvinculaciones precipitadas, si queréis os lo cuento en el próximo post).

Los últimos casos que he conocido tenían alguna de estas características: 

Discrepancias profesionales:  El CEO desea homogeneizar el enfoque de todas las personas de su equipo de acuerdo con su propio punto de vista, y la persona que nos ocupa está convencida de que su parecer es mejor porque domina - por formación y por experiencia - su ámbito de responsabilidad;

Discrepancias personales: pueden ser de lo más variopinto, como ritmo de trabajo ("eres muy lent@"), filosofía de vida ("eres demasiado ingenu@"), o rasgos de personalidad ("eres rígid@", "inflexible", "intratable"...)

Generalmente suele haber una mezcla de ambas, y además se da otra circunstancia:  el CEO (en realidad ambos interlocutores, pero ahora hablamos del CEO) se ubica frecuentemente en el posicionamiento "tú eres..." No está mal siempre y cuando se complete la frase con "y yo soy...".  Mejor aún, la frase ideal sería:  "Yo estoy... y tú estás..."

Aplicando esta fórmula también se puede llegar a una situación de desvinculación, pero es menos probable porque se está poniendo el énfasis en encontrar puntos a mejorar en las relaciones interpersonales que permitirán, entre otras cosas, obtener lo mejor de cada interlocutor para conseguir juntos los objetivos corporativos.

Recientemente leí, a través de @juancbarcelo, un interesante artículo sobre profesiones  en las que abundan los psicópatas y "CEO" ocupa el primer lugar en el ranking. No digo que todos los CEO sean psicópatas (¡pobres de nosotros, estaríamos arreglados!), pero esto es como las meigas:  no creo en ellas, pero haberlas haylas.

Hasta el genial Forges se preocupa por el asunto, lo que confirma una vez más que se pueden tratar temas muy serios utilizando el humor para concienciar. 

¿Conoces a algún CEO que se parezca en algo a lo que estamos comentando?

7 de enero de 2013

La sonrisa de los brazos cortos

Muchas veces un toque de humor explica mejor que cualquier otra cosa una idea  más o menos filosófica, como la mía tan recurrente de  "una mirada diferente puede ayudar a avanzar". 
He encontrado una perla de Tip y Coll guardada en los archivos de TV2 que os dejo aquí y que lo ilustra muy bien:




Los geniales Tip y Coll demuestran, una vez más, que las cosas se pueden ver desde diferentes perspectivas y que la perspectiva que elijamos condiciona nuestro posicionamiento ante el hecho.

En este caso, Coll da por supuesto que  lo normal es aceptar la banqueta que le ofrece Tip.  Ni siquiera se cuestiona que pueda haber otro tipo de banquetas más ajustadas a sus necesidades, o que podría buscar otras alternativas:  tocar de pie, pedir prestada una silla a un espectador, pedir a Tip que haga de silla, apilar objetos hasta la altura deseada, enviar a alguien a buscar su propia banqueta...

Como da por hecho que eso es así, no hay nada que plantearse.  Lo único a su alcance en ese momento es intentar adaptarse él a esa realidad. 

Así que contempla la situación desde dos vertientes simultáneas:

Necesita ayuda del interlocutor (¿Me puedes subir el piano?) No se percata de que su petición puede poner en un brete a su compañero, de que acceder a su petición alargaría innecesariamente el proceso e incrementaría los costes, de que el resultado final sería precario (cuando menos) y de que la actividad tendría muchas posibilidades de fracasar.  Y todo eso sin mencionar el desasosiego y malestar que puede producir involuntariamente en su interlocutor, lo que puede perjudicar el marco de sus relaciones interpersonales posteriores.

Infravalora sus propias posibilidades (he traído los brazos cortos) y ello produce de inmediato su actitud de impotencia y dependencia. Desde este posicionamiento es muy difícil ejecutar correctamente una tarea, no digamos ya lograr un objetivo a medio plazo. Y además está reorganizando sus neuronas de una forma tal que tendrá más facilidad para establecer conexiones de fracaso que conexiones de éxito. 
Parece claro que en esta situación estaría muy bien la intervención del responsable del equipo para acompañar al pianista en ese proceso de mejora que le lleve a la autosuficiencia, la automotivación y el desarrollo profesional.  Y que una adecuada planificación de dicho responsable evitaría situaciones como ésta, permitiéndole además colocarse en su posición de huella líquida.  

En resumen:  una mirada diferente puede ayudar a avanzar.  Y dos miradas más aún, porque en este video la primera mirada nos lleva a la sonrisa y la segunda al análisis.  Como dice Henri F. Amel, "mira dos veces para ver lo exacto; mira una sola vez para ver lo hermoso".