25 de noviembre de 2017
La Natura como maestra
Una nueva y como siempre grata experiencia, la última charla con Rosa de Diego de ràdio4 RNE sobre mi ebook Biomimética Organizacional, escrito a cuatro manos con Xema Gil, con un prólogo impagable de Itamar Rogovsky y publicado por la Atlantic International University.
En este audio comentamos algunos capítulos que a Rosa le llamaron especialmente la atención: medusas, abejas, hormigas y camaleones pululando por el estudio para ilustrar de qué modo pueden las empresas beneficiarse de todos los éxitos que ha conseguido la naturaleza. Espero que disfrutes de la audición :-)
Y si quieres leerlo, tienes aquí el enlace:
Todos los comentarios serán bienevenidos :-)
14 de noviembre de 2017
Las sillas de tu vida
Me gustan las sillas porque pueden representar de una forma muy visual cómo nos sentimos y qué hacemos al respecto. Así que, con tu permiso, voy a presentarte varios modelos de sillas y te digo qué me sugieren. Aceptaré encantada tus reflexiones :)
Vamos a ver diferentes situaciones que, con todas las reservas que queramos, podemos agrupar en tres bloques o fases. Convenimos también en que podemos cambiar de fase de forma sucesiva y también "a saltos", en función de las circunstancias de la vida, de mi capacidad de adaptación, del tipo de ayuda que encuentre cerca...
Y, para complicarlo aún más, en una determinada situación puedo utilizar una silla A y al mismo tiempo estar utilizando una silla B en otra situación simultánea. Vivir no es sencillo, de acuerdo, pero ¡proporciona tantas alegrías! Con un poco de nuestra parte podemos conseguir una vida más placentera, en esencia se trata de saber combinar las sillas de la mejor forma posible en cada uno de los momentos que me vaya ofreciendo la vida.
Es como amueblar un comedor. Seguro que has visto comedores con un montón de sillas todas iguales, en perfecta formación, como un batallón de soldados del ejército chino. Y también habrás visto comedores con sillas de diferentes colores, formas y tamaños, ordenadas con diferentes criterios en diferentes ocasiones. No sé cuál de los dos modelos es el mejor, así que ¿por qué no quedarnos con ambos? El truco es poder disponer de muchas sillas diferentes y jugar con ellas de la forma más apropiada para cada circunstancia. ¿Jugamos?
Vamos a hacer tres grupos o fases:
I. Fase de adaptación al medio, cuando hago esfuerzos por ser aceptada por los demás.
II. Fase de autoaceptación, cuando me voy conociendo, aceptando y desarrollando.
III. Fase de integración social, cuando disfruto de la convivencia y de las aportaciones mutuas.
I. Fase de adaptación al medio, cuando hago esfuerzos por ser aceptada por los demás
1. La tensión interior. Chirico nos presenta una persona con ciertas características especiales:
La cara no está definida, como ocurre cuando estamos en un episodio de tensión interior; los rasgos se crispan o tensan hasta hacernos prácticamente irreconocibles, como si en esos momentos no fuéramos nosotros.
El ropaje refleja los movimientos convulsos que se producen en nuestro aparato digestivo: contracciones estomacales, espasmos, piedras vesiculares o tantas otras manifestaciones psicosomáticas que nos dejan dolorido el cuerpo y el corazón. En esta imagen el torso está excesivamente desarrollado respecto al resto del cuerpo, lo que refuerza la idea.
La silla no facilita las cosas: a pesar de ser un modelo de silla aparentemente cómodo, es obvio que resulta pequeña para la persona que la ocupa, impidiéndole apoyar brazos y cabeza y ofreciendo así una imagen de absoluta tensión.
En conjunto, esta imagen - bien bautizada como La Espera - transmite una actitud reactiva - defensiva, a la espera de no se sabe qué acontecimientos que no se pueden eludir ni gestionar: todo el cuerpo en tensión y acorralado por el mueble.
Todos tenemos momentos en que nos sentimos tensos como el personaje de Chirico. Forma parte de la vida, y si esa tensión la gestionamos adecuadamente es una fuente de energía que nos ayuda a conseguir metas, sentirnos capaces y abordar proyectos profesionales o personales dentro del marco de desarrollo que normalmente perseguimos para ser cada día un poco mejores.
Lo importante en estos momentos es percatarse de que la tensión está ahí y que nos permitamos abordarla para intentar comprender sus motivos y así poder observar esa realidad hiriente desde otro ángulo menos lesivo para nosotros: en realidad, la realidad no existe, es "nuestra" realidad en cada momento. Poder contemplarla desdramatizada es muy positivo para nuestros intereses: mantiene vivas nuestras energías pero minimizamos los daños colaterales de malestar físico y psíquico.
2. Los buenos modales. Esta mocita, al contrario, está sentada en una silla adecuada para su talla, y
se mantiene erguida, sin apoyarse en el respaldo, mirando al frente con expresión cortés y con todo el cuerpo colocado de acuerdo con las pautas de la buena educación de la época.
No sabemos cuánto tiempo podría la joven mantener esta postura, porque comporta un alto grado de aceptación de normas externas, control corporal y control de los sentimientos para que no afloren (demasiado) al rostro.
Todos adoptamos en algún momento esta postura, porque todos hemos de acatar en algún momento las normas sociales, los códigos de comportamiento de la empresa en la que trabajamos, el código deontológico de nuestra profesión, los acuerdos de la comunidad de vecinos, las pautas no escritas de nuestro entorno de amigos, etc. Somos animales sociales y por lo tanto asumimos que hemos de vivir dentro de un conjunto de reglas que aseguren una convivencia llevadera.
Eso está bien, porque una vida en soledad forzosa es muy triste y frustrante. Lo importante cuando utilicemos esta silla es que seamos conscientes de que lo estamos haciendo: aceptar las normas que nos vienen del exterior no debe constreñir nuestra capacidad de discernimiento ni de libertad. Cuando Jean Paul Sarte nos dice que su libertad termina donde empieza la de los demás no nos exhorta a ceder siempre ante los demás, sino a estudiar dónde está la linde entre el yo y el los otros para poder negociar acuerdos de beneficio mutuo. De forma que así podremos saber cuándo y cuánto tiempo tendremos que asumir libremente una postura estándar y cuándo y cómo podremos diseñar nuevos cauces de comunicación que nos abran a otras realidades más enriquecedoras para nosotros y para los demás.
3. La multitarea. Es curioso que Ocampo nos cite la silla de La Gioconda
cuando es un elemento que apenas se vislumbra en la composición, ¿no crees? En cambio, vemos multitud de seres que dan forma a la dama y también otros varios que la rodean conformando un entorno inquietante. Apenas un trocito del respaldo de la silla, desbordado por un cúmulo de seres vivos que prácticamente la anulan.
La famosa sonrisa queda empequeñecida por la cantidad de elementos extraños que han tomado carta de naturaleza, como nos pasa en las ocasiones en que elementos externos tienen tanta preponderancia en nuestro día a día que llegan a conformar un remedo de nosotros mismos: urgencias domésticas, anhelos de nuestros hijos, expectativas de nuestra pareja, multitud de objetivos profesionales, presión diaria en el puesto de trabajo, desvelo por mantener el cuerpo y la apariencia física de acuerdo con lo que se espera de una persona de nuestro estatus, responsabilidades diversas y simultáneas que tenemos que atender todas a la vez consiguiendo todos los objetivos para ayer.
Seguimos con la sonrisa estereotipada, pero nos estamos convirtiendo en una mezcolanza de cosas extrañas que nos desgarra por dentro, nos otorga una apariencia rara y poco creíble... mientras nos sentimos desfallecer sin tener un apoyo tranquilizador: apenas un trocito del respaldo de la silla, totalmente insuficiente. Agotados y desvalidos.
Hacer muchas cosas a la vez no es malo per se, siempre que podamos controlar el proceso y tengamos el apoyo suficiente para poder decidir qué entra en nuestra vida y qué no. Conseguir ese control no es tarea fácil, pero el mero hecho de planteárselo es ya el primer paso para conseguir el éxito. ¿De verdad necesito un gato en el escote, o tengo suficiente con una bufandita normalita? ¿Qué ocurriría si me busco una buena silla que me permita acomodarme para poder hacer frente a esos inquietantes seres que me acechan por la espalda? ¿Qué recursos tengo para gestionar las presiones de familiares, amigos, colegas, clientes, etc., y poder llegar a un statu quo que me resulte satisfactorio sin tener que recomponerme en múltiples trocitos de cosas extrañas?
II. Fase de autoaceptación, cuando me voy conociendo, aceptando y desarrollando
4. La reflexión. Esta silla es diferente de las anteriores: tiene una altura apropiada, ofrece apoyabrazos cómodos, incorpora un cojín mullido y una cálida mantita en el respaldo para acoger y acariciar al ocupante...
Esta mujer puede reposar con sosiego "arropada" por el mueble. Eso le permite despreocuparse de los problemas cotidianos y dedicarse un rato para pensar, recordar, memorizar, soñar... toda una serie de actividades que insuflan energía y refuerzan las ganas de vivir.
Es posible también que esté aprendiendo, proceso simbolizado por el libro: el aprendizaje necesita de momentos de reflexión e interiorización de los inputs recibidos por múltiples vías.
Los pies descalzos también nos indican que la silla está situada en el lugar adecuado: no hay piedras, cristales, desniveles, frío pavimento ni ningún otro elemento que pudiera perturbar este instante de quietud. Una silla apropiada en el lugar apropiado.
Cuando somos capaces de organizarnos un rinconcito así, literal o metafórico, hemos dado un gran paso en pos de nuestro bienestar: cuidar el cuerpo y la mente, permitirnos momentos de estar con nosotros mismos, estimulando el diálogo interno, nos ayuda a enriquecer nuestro bagaje para tener más fuerza y más optimismo frente a las dificultades que nos esperan ahí fuera. Cada vez tenemos más confianza en nosotros mismos, y eso es una fuente inagotable de bienestar.
5. La relajación. Una cómoda silla tapizada de terciopelo, con respaldo lo bastante alto como para apoyar la cabeza, capaz de acoger sin problemas el cuerpo de la muchacha que reposa plácidamente con un animalillo en el halda. Su tono cálido y forma envolvente invitan a dejarse llevar por el dolce far niente; la postura relajada del gato concuerda con los ojos cerrados de la chica y con su falta de preocupaciones, incluso respecto a la corrección de la vestimenta. No sé cuál de las dos criaturas está ronroneando más a gusto :-)
Cuando disponemos de un asiento así de confortable nos podemos permitir esa relajación tan satisfactoria y tan positiva para la salud física y psíquica.
Un asiento así no se puede conseguir a las primeras de cambio como la raquítica silla de Chirico o la casi inexistente de Ocampo: ésta presenta la madera trabajada con esmero, cincelada y barnizada, además del costoso recubrimiento. Simboliza todos los esfuerzos que he hecho hasta ahora en mi vida y todas las aportaciones que he recibido y podido incorporar, hasta llegar a un punto en que me veo adecuadamente soportada que puedo permitirme parar, reponer fuerzas y sentirme descansada para continuar con la vida.
Ahora es el momento de introducir en mi agenda tiempo de calidad para mí: acudir periódicamente al gimnasio, hacer la siesta, meditar, oxigenarme en un paseo por el parque... Cualquier actividad (o no-actividad) que me resulte grata, a mi medida y - sobre todo - reconstituyente. No importa qué hagan las personas de mi entorno , tengo determinación suficiente para elegir mi propia forma de relajarme y recargar las pilas.
6. El aprendizaje activo. Como ya gestiono adecuadamente mis reflexiones y mis descansos, tengo coraje y fuerzas suficientes para
planificar mi aprendizaje: no cualquier cosa que los demás deseen que aprenda, sino aquéllo que realmente me enriquezca a título personal y / o profesional, algo que he decidido aprender porque realmente me interesa.
Esta muchacha está arrellanada en una cómoda butaca, al amor de la lumbre, en una postura informal que le permite abstraerse del entorno y centrar toda su atención en el texto que le interesa. Ha conseguido un entorno estimulante qué hará atractivo el aprendizaje.
El libro puede trocarse, naturalmente, por una tableta, una videoconferencia, un audio, un coloquio con profesionales cualificados... porque lo importante aquí no es la herramienta utilizada, sino cómo esta persona ha trabajado su entorno y su predisposición para aprehender todo lo que le interesa en ese momento. Está también generando una rutina positiva que le facilitará seguir aprendiendo a lo largo de toda su vida, que es una de las condiciones para ser un poco más feliz y poder establecer mejores relaciones con los demás.
III. Fase de integración social, cuando disfruto de la convivencia y de las aportaciones mutuas
7. La integración social. Cuando he conseguido alcanzar niveles aceptables de autocontrol,
automotivación y autocompromiso de mejora estoy en una posición óptima para compartir con los demás.
Estas costureras disponen de una silla estándar, pero han incorporado un escabel que facilita el descanso de la columna vertebral y mejora el rendimiento en el trabajo. Están cosiendo y charlando, seguramente intercambiando conocimientos sobre posibles formas de embellecer la vainica y otras artes del oficio. Se las ve distendidas, trabajando en un entorno natural que han elegido cuidadosamente para que les permita, a la vez, disfrutar de la naturaleza, colocar sus asientos y disponerlos en círculo para poder verse unas a otras y así facilitar el coloquio.
Cuando tengo una silla tan apropiada como ésta puedo integrarme en el círculo: un equipo de personas que aportan lo mejor de sí para obtener óptimos resultados individuales y grupales. Y, de paso, la grata sensación de formar parte de una comunidad de iguales con la que me identifico, me fortalezco y me facilita más herramientas para proseguir por mi camino de la mejora continua.
8. La versatilidad Esta silla no tiene autor conocido (o no he sabido encontrarlo), pero me gusta mucho para explicar mi idea de versatilidad:
Un conjunto de elementos atípicos para fabricar una silla (en este caso, discos compactos), cuya combinación me permite diseñar la altura deseada, más o menos asiento, más o menos respaldo, añadir diferentes cojines o elementos de confort / decoración, ... y que puedo reconvertir en cualquier otro mueble con poco esfuerzo.
De modo que ahora puedo combinar mis puntos fuertes a medida que se vayan presentando diferentes situaciones; es más, puedo provocar a priori que las situaciones sean más gratas o más gestionables para mí, porque tengo la posibilidad de transformar la realidad que estoy viviendo en ese momento: puedo cambiar el enfoque del trabajo que estoy realizando, el tipo de relación que habitualmente mantengo con mis colegas, amigos, familia, etc.; puedo anticiparme a mi futuro próximo fabricándome el mueble más adecuado para mantenerme alerta, descansar un rato, dormir plácidamente... y así estar preparada para la próxima realidad que me toque vivir...
...y, finalmente, utilizar esta silla o los elementos que la componen me permite transitar cómodamente de una a otra silla de mi colección. Así que elijo tener toda esta colección de sillas en lugar de un típico conjunto de sillas iguales, como un batallón de soldados del ejército chino :-)
¿Con qué sillas te gustaría amueblar tu casa?
Vamos a ver diferentes situaciones que, con todas las reservas que queramos, podemos agrupar en tres bloques o fases. Convenimos también en que podemos cambiar de fase de forma sucesiva y también "a saltos", en función de las circunstancias de la vida, de mi capacidad de adaptación, del tipo de ayuda que encuentre cerca...
Y, para complicarlo aún más, en una determinada situación puedo utilizar una silla A y al mismo tiempo estar utilizando una silla B en otra situación simultánea. Vivir no es sencillo, de acuerdo, pero ¡proporciona tantas alegrías! Con un poco de nuestra parte podemos conseguir una vida más placentera, en esencia se trata de saber combinar las sillas de la mejor forma posible en cada uno de los momentos que me vaya ofreciendo la vida.
Es como amueblar un comedor. Seguro que has visto comedores con un montón de sillas todas iguales, en perfecta formación, como un batallón de soldados del ejército chino. Y también habrás visto comedores con sillas de diferentes colores, formas y tamaños, ordenadas con diferentes criterios en diferentes ocasiones. No sé cuál de los dos modelos es el mejor, así que ¿por qué no quedarnos con ambos? El truco es poder disponer de muchas sillas diferentes y jugar con ellas de la forma más apropiada para cada circunstancia. ¿Jugamos?
Vamos a hacer tres grupos o fases:
I. Fase de adaptación al medio, cuando hago esfuerzos por ser aceptada por los demás.
II. Fase de autoaceptación, cuando me voy conociendo, aceptando y desarrollando.
III. Fase de integración social, cuando disfruto de la convivencia y de las aportaciones mutuas.
I. Fase de adaptación al medio, cuando hago esfuerzos por ser aceptada por los demás
1. La tensión interior. Chirico nos presenta una persona con ciertas características especiales:
Giorgio de Chirico, La Espera |
El ropaje refleja los movimientos convulsos que se producen en nuestro aparato digestivo: contracciones estomacales, espasmos, piedras vesiculares o tantas otras manifestaciones psicosomáticas que nos dejan dolorido el cuerpo y el corazón. En esta imagen el torso está excesivamente desarrollado respecto al resto del cuerpo, lo que refuerza la idea.
La silla no facilita las cosas: a pesar de ser un modelo de silla aparentemente cómodo, es obvio que resulta pequeña para la persona que la ocupa, impidiéndole apoyar brazos y cabeza y ofreciendo así una imagen de absoluta tensión.
En conjunto, esta imagen - bien bautizada como La Espera - transmite una actitud reactiva - defensiva, a la espera de no se sabe qué acontecimientos que no se pueden eludir ni gestionar: todo el cuerpo en tensión y acorralado por el mueble.
Todos tenemos momentos en que nos sentimos tensos como el personaje de Chirico. Forma parte de la vida, y si esa tensión la gestionamos adecuadamente es una fuente de energía que nos ayuda a conseguir metas, sentirnos capaces y abordar proyectos profesionales o personales dentro del marco de desarrollo que normalmente perseguimos para ser cada día un poco mejores.
Lo importante en estos momentos es percatarse de que la tensión está ahí y que nos permitamos abordarla para intentar comprender sus motivos y así poder observar esa realidad hiriente desde otro ángulo menos lesivo para nosotros: en realidad, la realidad no existe, es "nuestra" realidad en cada momento. Poder contemplarla desdramatizada es muy positivo para nuestros intereses: mantiene vivas nuestras energías pero minimizamos los daños colaterales de malestar físico y psíquico.
2. Los buenos modales. Esta mocita, al contrario, está sentada en una silla adecuada para su talla, y
Renoir, Mlle Romaine Lascaux |
No sabemos cuánto tiempo podría la joven mantener esta postura, porque comporta un alto grado de aceptación de normas externas, control corporal y control de los sentimientos para que no afloren (demasiado) al rostro.
Todos adoptamos en algún momento esta postura, porque todos hemos de acatar en algún momento las normas sociales, los códigos de comportamiento de la empresa en la que trabajamos, el código deontológico de nuestra profesión, los acuerdos de la comunidad de vecinos, las pautas no escritas de nuestro entorno de amigos, etc. Somos animales sociales y por lo tanto asumimos que hemos de vivir dentro de un conjunto de reglas que aseguren una convivencia llevadera.
3. La multitarea. Es curioso que Ocampo nos cite la silla de La Gioconda
Octavio Ocampo, La Silla de La Gioconda |
La famosa sonrisa queda empequeñecida por la cantidad de elementos extraños que han tomado carta de naturaleza, como nos pasa en las ocasiones en que elementos externos tienen tanta preponderancia en nuestro día a día que llegan a conformar un remedo de nosotros mismos: urgencias domésticas, anhelos de nuestros hijos, expectativas de nuestra pareja, multitud de objetivos profesionales, presión diaria en el puesto de trabajo, desvelo por mantener el cuerpo y la apariencia física de acuerdo con lo que se espera de una persona de nuestro estatus, responsabilidades diversas y simultáneas que tenemos que atender todas a la vez consiguiendo todos los objetivos para ayer.
Seguimos con la sonrisa estereotipada, pero nos estamos convirtiendo en una mezcolanza de cosas extrañas que nos desgarra por dentro, nos otorga una apariencia rara y poco creíble... mientras nos sentimos desfallecer sin tener un apoyo tranquilizador: apenas un trocito del respaldo de la silla, totalmente insuficiente. Agotados y desvalidos.
Hacer muchas cosas a la vez no es malo per se, siempre que podamos controlar el proceso y tengamos el apoyo suficiente para poder decidir qué entra en nuestra vida y qué no. Conseguir ese control no es tarea fácil, pero el mero hecho de planteárselo es ya el primer paso para conseguir el éxito. ¿De verdad necesito un gato en el escote, o tengo suficiente con una bufandita normalita? ¿Qué ocurriría si me busco una buena silla que me permita acomodarme para poder hacer frente a esos inquietantes seres que me acechan por la espalda? ¿Qué recursos tengo para gestionar las presiones de familiares, amigos, colegas, clientes, etc., y poder llegar a un statu quo que me resulte satisfactorio sin tener que recomponerme en múltiples trocitos de cosas extrañas?
II. Fase de autoaceptación, cuando me voy conociendo, aceptando y desarrollando
4. La reflexión. Esta silla es diferente de las anteriores: tiene una altura apropiada, ofrece apoyabrazos cómodos, incorpora un cojín mullido y una cálida mantita en el respaldo para acoger y acariciar al ocupante...
Iman Maleki, Mujer Sentada con Libro |
Esta mujer puede reposar con sosiego "arropada" por el mueble. Eso le permite despreocuparse de los problemas cotidianos y dedicarse un rato para pensar, recordar, memorizar, soñar... toda una serie de actividades que insuflan energía y refuerzan las ganas de vivir.
Es posible también que esté aprendiendo, proceso simbolizado por el libro: el aprendizaje necesita de momentos de reflexión e interiorización de los inputs recibidos por múltiples vías.
Los pies descalzos también nos indican que la silla está situada en el lugar adecuado: no hay piedras, cristales, desniveles, frío pavimento ni ningún otro elemento que pudiera perturbar este instante de quietud. Una silla apropiada en el lugar apropiado.
Cuando somos capaces de organizarnos un rinconcito así, literal o metafórico, hemos dado un gran paso en pos de nuestro bienestar: cuidar el cuerpo y la mente, permitirnos momentos de estar con nosotros mismos, estimulando el diálogo interno, nos ayuda a enriquecer nuestro bagaje para tener más fuerza y más optimismo frente a las dificultades que nos esperan ahí fuera. Cada vez tenemos más confianza en nosotros mismos, y eso es una fuente inagotable de bienestar.
5. La relajación. Una cómoda silla tapizada de terciopelo, con respaldo lo bastante alto como para apoyar la cabeza, capaz de acoger sin problemas el cuerpo de la muchacha que reposa plácidamente con un animalillo en el halda. Su tono cálido y forma envolvente invitan a dejarse llevar por el dolce far niente; la postura relajada del gato concuerda con los ojos cerrados de la chica y con su falta de preocupaciones, incluso respecto a la corrección de la vestimenta. No sé cuál de las dos criaturas está ronroneando más a gusto :-)
Renoir, Sleeping Girl with a Cat |
Un asiento así no se puede conseguir a las primeras de cambio como la raquítica silla de Chirico o la casi inexistente de Ocampo: ésta presenta la madera trabajada con esmero, cincelada y barnizada, además del costoso recubrimiento. Simboliza todos los esfuerzos que he hecho hasta ahora en mi vida y todas las aportaciones que he recibido y podido incorporar, hasta llegar a un punto en que me veo adecuadamente soportada que puedo permitirme parar, reponer fuerzas y sentirme descansada para continuar con la vida.
Ahora es el momento de introducir en mi agenda tiempo de calidad para mí: acudir periódicamente al gimnasio, hacer la siesta, meditar, oxigenarme en un paseo por el parque... Cualquier actividad (o no-actividad) que me resulte grata, a mi medida y - sobre todo - reconstituyente. No importa qué hagan las personas de mi entorno , tengo determinación suficiente para elegir mi propia forma de relajarme y recargar las pilas.
6. El aprendizaje activo. Como ya gestiono adecuadamente mis reflexiones y mis descansos, tengo coraje y fuerzas suficientes para
Florence Fuller, Inseparables |
Esta muchacha está arrellanada en una cómoda butaca, al amor de la lumbre, en una postura informal que le permite abstraerse del entorno y centrar toda su atención en el texto que le interesa. Ha conseguido un entorno estimulante qué hará atractivo el aprendizaje.
El libro puede trocarse, naturalmente, por una tableta, una videoconferencia, un audio, un coloquio con profesionales cualificados... porque lo importante aquí no es la herramienta utilizada, sino cómo esta persona ha trabajado su entorno y su predisposición para aprehender todo lo que le interesa en ese momento. Está también generando una rutina positiva que le facilitará seguir aprendiendo a lo largo de toda su vida, que es una de las condiciones para ser un poco más feliz y poder establecer mejores relaciones con los demás.
III. Fase de integración social, cuando disfruto de la convivencia y de las aportaciones mutuas
7. La integración social. Cuando he conseguido alcanzar niveles aceptables de autocontrol,
Daniel Ridgway, Sewing Circle |
Estas costureras disponen de una silla estándar, pero han incorporado un escabel que facilita el descanso de la columna vertebral y mejora el rendimiento en el trabajo. Están cosiendo y charlando, seguramente intercambiando conocimientos sobre posibles formas de embellecer la vainica y otras artes del oficio. Se las ve distendidas, trabajando en un entorno natural que han elegido cuidadosamente para que les permita, a la vez, disfrutar de la naturaleza, colocar sus asientos y disponerlos en círculo para poder verse unas a otras y así facilitar el coloquio.
Cuando tengo una silla tan apropiada como ésta puedo integrarme en el círculo: un equipo de personas que aportan lo mejor de sí para obtener óptimos resultados individuales y grupales. Y, de paso, la grata sensación de formar parte de una comunidad de iguales con la que me identifico, me fortalezco y me facilita más herramientas para proseguir por mi camino de la mejora continua.
8. La versatilidad Esta silla no tiene autor conocido (o no he sabido encontrarlo), pero me gusta mucho para explicar mi idea de versatilidad:
Silla de CD's vista en www.decorablog.com |
Un conjunto de elementos atípicos para fabricar una silla (en este caso, discos compactos), cuya combinación me permite diseñar la altura deseada, más o menos asiento, más o menos respaldo, añadir diferentes cojines o elementos de confort / decoración, ... y que puedo reconvertir en cualquier otro mueble con poco esfuerzo.
De modo que ahora puedo combinar mis puntos fuertes a medida que se vayan presentando diferentes situaciones; es más, puedo provocar a priori que las situaciones sean más gratas o más gestionables para mí, porque tengo la posibilidad de transformar la realidad que estoy viviendo en ese momento: puedo cambiar el enfoque del trabajo que estoy realizando, el tipo de relación que habitualmente mantengo con mis colegas, amigos, familia, etc.; puedo anticiparme a mi futuro próximo fabricándome el mueble más adecuado para mantenerme alerta, descansar un rato, dormir plácidamente... y así estar preparada para la próxima realidad que me toque vivir...
...y, finalmente, utilizar esta silla o los elementos que la componen me permite transitar cómodamente de una a otra silla de mi colección. Así que elijo tener toda esta colección de sillas en lugar de un típico conjunto de sillas iguales, como un batallón de soldados del ejército chino :-)
¿Con qué sillas te gustaría amueblar tu casa?