18 de septiembre de 2019

La paz perfecta


Cierto rey prometió un gran premio al artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos lo intentaron.

El rey observó y admiró todas las obras, pero solamente hubo dos que en verdad le gustaron.

La primera mostraba un lago muy tranquilo, espejo perfecto donde se reflejaban las montañas circundantes. Sobre ellas se encontraba un cielo azul con tenues nubes blancas. Todos los que miraron esta pintura estuvieron de acuerdo en que reflejaba la paz perfecta.

La segunda también tenía montañas, pero  eran escabrosas. Sobre ellas había un cielo oscuro, del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Esta imagen no se revelaba para nada pacífica. Pero cuando el rey analizó el cuadro más cuidadosamente, observó que tras la cascada, en una grieta, crecía un delicado arbusto. En él había un nido y allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, un pajarito.

¿Cuál crees que fue la pintura ganadora?

El rey escogió la segunda.


La paz —explicó— no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin dolor. Significa que, aun en medio de estas circunstancias, nuestro corazón puede permanecer en calma.

 Es más fácil decirlo que hacerlo, de acuerdo.  Pero con un poco de entrenamiento se puede conseguir cierto nivel de bienestar que, lógicamente, apacigua.

¿Qué técnicas sueles aplicar para poder permanecer en calma en medio de la tormenta?


Y, por si sientes curiosidad, te dejo aquí información sobre el vencejo de cascada

3 de septiembre de 2019

A favor del Planeta

Todos somos conscientes de que nuestro planeta pasa por graves dificultades: los mares están infestados de plásticos, el permafrost está desapareciendo, cada vez tenemos menos selva, la temperatura aumenta de forma continuada…

Los organismos internacionales y los gobiernos nacionales toman medidas muy plausibles aunque no todas de probada eficacia: pueden carecer del presupuesto necesario, estar diseñadas para conseguir logros a muuuuy largo plazo, se pueden ignorar o tergiversar en función de intereses políticos…  no es suficiente.

Básicamente,  no tenemos un Planeta B, y todas esas soluciones son meros parches que no atacan lo esencial:  nos hemos olvidado de que nosotros también somos naturaleza y de que todo lo que hacemos, por tanto, afecta a la naturaleza. Nuestra visión antropocéntrica, consolidada a lo largo de siglos de cultura, nos impide ver algo tan elemental que nos está destruyendo.

Cuando realmente aceptemos esta olvidada realidad podremos poner en marcha programas adecuados para detener la catástrofe y remediar en lo posible tantos daños infligidos al planeta que nos sustenta.

Y en este lance haríamos muy bien en integrar a las empresas: no olvidemos que las empresas, a nivel global, tienen a menudo más peso - y por tanto más capacidad de decisión - que muchos gobiernos. Un dato:  69 de las 100 principales entidades económicas del mundo son empresas y solo 31 países, de acuerdo con los datos de Global Justice Now 2016.

Estamos, pues, ante una oportunidad de oro para que las empresas, además de buscar legítimos beneficios, se impliquen en esta lucha estratégica.  Un modelo de negocio que aplique la Responsabilidad Social Corporativa está muy bien y resulta muy útil al efecto, podemos felicitarnos por tener tantas organizaciones en este ámbito.

Podemos conseguir, además, que las empresas comiencen a olvidar la visión antropocéntrica y
El Mundo de Ptolomeo

vayan adoptando una cosmovisión que impregne el modelo de negocio para seguir siendo rentables diseñando nuestras actividades desde una postura de humildad que reconozca que somos naturaleza, pertenecemos a la naturaleza y todo lo que hacemos afecta a la naturaleza.

Una nueva generación de organizaciones que gustamos de llamar biomiméticas.  Al fin y al cabo, ya nos avisó Einstein: mirar profundamente a la naturaleza es la forma de entender todo mucho mejor.  ¿Para qué perder recursos y energía intentando descubrir cómo hacerlo, si la naturaleza ya lo descubrió después de miles de años de ensayo y error? Votemos, pues, por las organizaciones biomiméticas.  Seguro que el rescate del planeta avanzará a buen ritmo.