27 de agosto de 2013

La felicidad como indicador del rendimiento profesional.


La felicidad aumenta el humor, la motivación, el compromiso y el rendimiento.

Reuven Bar-On  define su reconocido modelo de Inteligencia Emocional como la capacidad de entender y encaminar nuestras emociones para que "trabajen" para nosotros y no contra nosotros, que nos ayuden a ser más eficaces y exitosos en distintas áreas de la vida.

Utiliza los siguientes factores:

  1. Conciencia emocional de sí mismo, así como una profunda, abierta y honesta comprensión de sus fuerzas y debilidades.
  2. Una comprensión y preocupación por otros, así como una capacidad de relacionarse bien con ellos constructivamente, cooperativamente y de forma responsable.
  3. Habilidad de controlar las emociones y saber trabajar bien bajo presión.
  4. Habilidad para  resolver problemas de forma flexible y realista y crear soluciones efectivas.
  5. Habilidad de ser positivo, optimista y feliz tanto para encontrar sentido a lo que hacen, como para automotivarse y estar comprometido con su trabajo.
Las personas que son más inteligentes emocional y socialmente son más felices que las que no lo son.  Son también más positivas, automotivadas y comprometidas con lo que hacen. 

Y las investigaciones dicen que hay una alta correlación entre

  • la IE y la felicidad (.72);
  • sobre el bienestar total (.77),
  • la felicidad y el amor propio (.75),
  • las relaciones interpersonales (.74),
  • el autoaprendizaje (.73) 
  • el optimismo (.70).  

Esto significa que si alguno de estos factores (o todos) se incrementan, la felicidad también será mayor, y si la felicidad aumenta, estos factores también lo harán.  La felicidad es un indicador muy importante del rendimiento profesional.

La felicidad proporciona dos factores importantes que aumentan el rendimiento en el lugar de trabajo.  Primero, el sentimiento de felicidad aumenta el humor que motiva y da energía a las personas, que se vuelven más comprometidas con lo que hacen; y estando más motivadas, con energía y comprometidas aumentan el rendimiento y el deseo de hacer bien las cosas.  Segundo, un buen rendimiento hace feliz a la persona y motiva al individuo para que continúe con esta actitud.  Esto crea un círculo que conduce al rendimiento de alto nivel.

Entrevista en la revista Dirigir Personas, nº 16 Abril - Junio 2013  www.aedipe.es

Como puedes comprobar, no leo las revistas en el momento en que me llegan, pero las leo :-)

Me he limitado a teclear un resumen de la entrevista, porque obviamente yo no puedo decirlo mejor que Reuven Bar-On y tampoco puedo estar más de acuerdo.

1 de agosto de 2013

Capturar el momento

La vida nos regala frecuentemente momentos mágicos que sólo esperan nuestra atención para mostrar toda su hermosura.

Ésta es una de esas reflexiones veraniegas no excesivamente ligadas a esa parcela  vital que llamamos trabajo, (¿o sí?) como verás enseguida.

Hace poco tuve la suerte de cenar con un grupo de extraordinarias personas, de ésas a las que llamo buena gente buena.  Cada una de ellas tiene la suficiente fuerza, bondad y generosidad como para dedicarles no una entrada, sino un libro.  No sé por cuál podría empezar, así que voy a limitarme a hacer una pequeña reflexión "en voz alta" sobre un comentario que hizo uno de los contertulios:

Mi verdadera fuerza está en mi familia, mis seres queridos
Me enterneció.  Me pareció maravilloso que un hombre adulto, a quien nuestra sociedad tradicional supone reservado y lejano en su papel de ejecutivo, manifestara públicamente dónde está el origen de  tanta fuerza, creatividad, optimismo, proactividad y generosidad:  en algo tan evidente como la familia;  tan evidente como el ovni pintado en la pared que está observando el niño, objeto que si se mira en el momento adecuado y desde el ángulo adecuado ofrece toda su luz y su poesía.  Seguro que este niño estaba feliz, con su capacidad de capturar el momento.  Seguro que ese querido contertulio mío está feliz capturando los momentos mágicos de su intimidad familiar que, como la luz del ovni, iluminan mucho más allá de lo meramente evidente.

Hago lo posible por rodearme de toda esta buena gente buena, magníficos compañeros de viaje en la vida, y les agradezco muchísimo todos sus preciosos regalos.