30 de julio de 2019

Mujeres directivas

¿En España, tenemos más o menos mujeres directivas que el año pasado? ¿Y cómo estamos respecto al resto de Europa?

Pueden parecer  preguntas baladíes, pero si  tenemos en cuenta que la población femenina es prácticamente el 50% del total y que las mujeres están mejor formadas que los hombres de acuerdo con los datos recién publicados por el  INE relativos a 2018  (formación superior en personas situadas entre los 25 y los 64 años:  hombres 24,6%, mujeres 39,8%), se podría esperar que estos datos tuvieran su adecuada correlación en el mundo de la empresa.  Pero no es así.

¿Qué ocurría en 2018?

Según el informe Women in business de Grant Thornton, ocho de cada diez empresas españolas no creía  en la imposición de cuotas obligatorias como medida para lograr la igualdad de género entre directivos. Había empresarios que se fijaban en los efectos adversos que se produjeron en Noruega, (el modelo a seguir):  empresas que decidieron no cotizar en Bolsa para no tener que cumplir la cuota; otras que decidieron disminuir el número de hombres consejeros para no tener que incorporar mujeres;  otras acudieron a otros países para captar mujeres capacitadas, alegando que en su país no había…  y todo ello repercutía negativamente en  la agilidad de los procesos de decisión y sustancialmente en la imagen corporativa, con el consiguiente riesgo económico.

Por su parte, Antonio Garamendi, en nombre de  la CEOE, opinaba que obligar  por ley a que haya cuotas de mujeres en los consejos podría perjudicar la competitividad de las empresas,  abogando por impulsar la promoción sin obligaciones legales.

¿Qué ocurre en 2019?

Grant Thornton 2019,  en su documento Women in Business: hacia un avance real  explica que el  número de mujeres directivas en España en 2019 se sitúa en un  30%. Es el mejor dato de los últimos cinco años y supone un avance de tres puntos con respecto al porcentaje del año pasado. Se rompe así la tendencia al estancamiento de los últimos años, en los que la cifra apenas había fluctuado dos puntos.

El Barómetro de Empresas, 2º semestre de 2019 de Deloitte arroja las cifras de la imagen, publicada por El País,  y explica que En relación a la brecha de género, la mitad de compañías participantes en esta edición no está aplicando actualmente el sistema de cuotas para incrementar el número de mujeres en puestos directivos (La distribución de mujeres en puestos directivos entre los panelistas es de 22%).




(Estos datos corresponden a las respuestas obtenidas de 262 empresas de un universo de 2300 con mayor facturación dentro de cada sector de actividad).

A pesar de que estos dos estudios difieren en los resultados, está claro que en España estamos por debajo de lo que ocurre en otros países de nuestro entorno: En Noruega, el porcentaje de mujeres consejeras supera el 40%, 36% en Suecia, 38% en Francia, 34% en Italia, 27% en Alemania…  ¿Puede ser casualidad que el porcentaje más alto corresponde a Noruega, primer país en implantar el sistema de cuotas en 2008?


Entiendo que un sistema obligatorio no sea bien aceptado por las empresas, a nadie le gusta que le digan qué tiene que hacer en su negocio.  Incluso hay mujeres (entre las que me cuento) a quienes les disgusta promocionar "porque toca" en vez de hacerlo por méritos propios.  Hay además, más de un ejemplo (sobre todo en grandes empresas y en el sector público) que resulta patético por lo evidente que es la promoción "porque toca".

Pero también es cierto que una tendencia social no se cambia de un día para otro, y menos sin los estímulos adecuados.  Ejemplos tremebundos pueden ilustrar la idea:  la abolición de la esclavitud y el derecho a voto de la mujer, entre otros, nos ayudan a comprender por qué es recomendable que la legislación promueva el avance social que nos ocupa:  que las mujeres trabajen en paridad con los hombres para reparar una injusticia social, mejorar la trayectoria profesional de las mujeres, aportar más talento a las organizaciones y conseguir, así, mayores niveles de bienestar de la población.

¿Y tú, estás a favor o en contra del sistema obligatorio de cuotas?

2 de julio de 2019

Esperanza es nombre de mujer


Estatua de Luo Li Rong
Se vislumbra un próximo futuro en el que las mujeres estén en condiciones de aportar en paridad con los hombres.

De los 7.500 millones de personas que vivimos en este planeta, aproximadamente el 50% somos mujeres.  Muchas mujeres en términos absolutos, pero muy pocas teniendo en cuenta el peso que tenemos en las decisiones que se toman y nos afectan a todos.

Nuestra sociedad ha dado siempre prioridad a la visión masculina de la vida hasta el punto de que nuestra historia es prácticamente una retahíla de figuras masculinas en la que alguna vez aparece tímidamente alguna fémina.  Naturalmente, eso ha supuesto que la vida se vea con ojos masculinos: la economía, la ciencia, la política, las corrientes de pensamiento... son masculinas.  (Eso que tienen nombres femeninos, menos mal 😈).

Hasta ahora.  Este siglo, con sus facilidades para compartir, comunicar, aliarse y avanzar está suponiendo una oportunidad única para que ese 50% de la población comience a conquistar la cuota de representatividad que le corresponde.

Es una oportunidad de oro, porque una visión masculina de la vida nos está llevando hacia el desastre planetario.  No estoy diciendo que las mujeres lo vamos a hacer mejor, sino que podemos aportar una visión diferente que enriquezca la instituida para trabajar conjuntamente en la defensa de nuestra casa común que, ay, se nos está desmoronando a pasos agigantados.

No solo la tecnología se está convirtiendo en nuestra aliada: parece ser que incluso la naturaleza está de nuestra parte.  Además de ser quienes podemos parir,  la madre naturaleza nos trata con cariño. ¿Sabías que el gen del guerrero juega a nuestro favor?  Influye en la producción de dopamina y serotonina, pero, mientras que a los hombres les estimula el gusto por el riesgo y otros comportamientos "masculinos", a las mujeres nos incrementa los niveles de felicidad.

Así que vamos a aprovechar la alianza estratégica tecnología + naturaleza para conseguir la visibilidad que merecemos y el planeta necesita.  Por mi parte,  jaleo y divulgo siempre que puedo los logros de diferentes mujeres en diferentes ámbitos, y estoy convencida de que si lo hacemos muchas mujeres (y algunos hombres convencidos) el efecto multiplicador será imparable. ¿Te animas?

Mi frase - lema es Esperanza es nombre de mujer.  Porque podemos y queremos aunar todas nuestras cualidades, capacidades, conocimientos y compromiso para conseguir junto con los hombres un mundo mejor. 

Así que te dejo aquí una pequeña relación de mujeres que admiro por diferentes motivos.  Obviamente no están todas las que me gustaría mostrarte, pero en este momento solo estoy haciendo un pequeño ejercicio para animarte a que tú también lo pongas en marcha.

Desde la ciencia, podemos fijarnos en  Valentina Tereshkova, la primera mujer astronauta; Montse Calleja, que trabaja en sensores nanomecánicos; Elena García Armada, que ha desarrollado exoesqueletos biónicos para niños; María Casado, especialista en bioética. También te puede interesar echar un vistazo a Las 8 mujeres más influyentes de la ciencia en España  y Mujeres con Ciencia .

Desde la filosofía, podemos encontrarnos con  Adela Cortina, una pionera en ética aplicada a la organizaciones;   Amelia Valcárcel  y su defensa de la mujer;  Marta Tafalla,  centrada en ética medioambiental con un foco interesante en la vertiente ecoanimal;

Mujeres que luchan por los animales,  Jane Goodall conocida en todo el mundo, y otra más próxima  que también dedica la vida a ello, Silvia Barquero;

En tecnología me encanta  Janine Benyus , una pionera en aprender de la naturaleza;

Mujeres que ayudan a abrir la mente y a sentrise bien en el rol femenino:  Rosa Montero por su capacidad de empatizar y Elvira Sastre  por su sensibilidad;

Mujeres varias valientes defendiendo la naturaleza: Meet 6 women fighting for clean water;

Políticas que están diseñando un nuevo rumbo para sus países:  Jacinda Ardern  en Nueva Zelanda, por centrarse en el bienestar de la población en lugar del PIB;   Erna Solberg, de Noruega, por luchar contra la deforestación y en pro del medio ambiente;

Y mujeres jóvenes, comprometidas y entusiastas, nuestro gran futuro, nuestra gran esperanzaMalala Yousafzai peleando por los derechos civiles, Greta Thunberg  para frenar la crisis del clima,  Carola Rakete salvando vidas a riesgo de su libertad...




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