Entiendo que es un guiño a los pacientes hombres que acompañan a sus parejas por los interminables pasillos de las tiendas, y que es también una forma inteligente de hacerse publicidad.
De hecho, hay ideas francamente brillantes basadas en los comportamientos infantiles. He aquí un ejemplo:
Yo voy ahora a mirarlo desde otro ángulo. Entiendo que IKEA supone que algunos hombres acompañantes agradecen que se les coloque en una situación más propia de la edad infantil: espacio acotado, juguetes diversos, una persona que le indica cuándo ha de terminar la sesión de juego...
Me ha llamado la atención el hecho de que asocie jugar solo con la edad infantil. Si no fuera así no se hablaría de "guardería" al referirse a ese espacio; se podrían haber seleccionado otras palabras relacionadas con el placer, la especialización, la oportunidad de relacionarse, de utilizar tecnología diseñada para el entretenimiento, etc., etc.
Existen diversas empresas que, en el ámbito laboral, cuentan con un espacio "de juegos" destinado a todas las personas empleadas, que pueden utilizarlo libremente cuando sienten necesidad de relajarse, aislarse, tomar distancia del trabajo que están realizando, relacionarse con los compañeros... En ningún caso he visto que ese espacio se relacione con la infancia.
Generalmente se suele mencionar que favorece la creatividad y el bienestar de las personas, circunstancias que después tienen repercusiones directas y positivas en los resultados del trabajo.
Generalmente se suele mencionar que favorece la creatividad y el bienestar de las personas, circunstancias que después tienen repercusiones directas y positivas en los resultados del trabajo.
Estoy más de acuerdo con esta forma de ver el juego. Es verdad que jugar es una actividad propia de la infancia, pero no solo de la infancia. De hecho, las personas adultas que juegan suelen ser más felices, hacen más felices a las demás personas, estimulan su creatividad, tienen menos enfermedades, son más proactivas, tienen más facilidad para aprender y cuentan con otras muchas ventajas que sería prolijo enumerar.
Por eso me gustan las empresas que saben estimular el juego entre sus empleados y que miden los resultados que éstos obtienen, más que las horas que están aparentemente dedicados al trabajo. Por lo general, se trata de empresas de éxito y de empleados satisfechos.
La primera vez que tuve acceso a una empresa así (en los noventa, hace, ay, mucho tiempo) fue en Offenbach, Alemania. Junto con Karsten Trebech visité Löhr & Bromkamp, planta del grupo GKN Driverline. En aquella época se dedicaban a fabricar ejes para coches, habían recibido múltiples premios internacionales y proclamaban que su filosofía básica era hacer a los empleados orgullosos de su rendimiento, partiendo de la idea de que las personas son más flexibles que las máquinas y por tanto conviene centrarse en las personas.
En este contexto - además de otras muchas cosas que no vienen al caso - los operarios de la planta tenían a gala reducir los tiempos en cambios de máquinas, manualmente, simulando los cambios de neumáticos en las carreras de F1.
Es decir, las empresas que favorecen planteamientos lúdicos son exitosas. ¿Estás de acuerdo?