31 de diciembre de 2020

¿Se puede utilizar la Biomímesis para hacer lavado verde?

 Afortunadamente, cada vez es más frecuente que científicos y expertos vuelvan su vista hacia la naturaleza, porque se están dando cuenta de que el modus operandi que impera en nuestra sociedad respecto a la forma de hacer negocios es francamente ruinosa para el planeta y, por ende, nos pone a nosotros en peligro como especie.

A pesar de que esa es una postura muy antropocéntrica, la recibo esperanzada si nos ayuda a redirigir la sociedad hacia derroteros más respetuosos y saludables para todos los seres vivos (incluidos nosotros, obviamente).

Por eso procuro estar al día sobre los avances que se hacen desde el enfoque biomimético (Biomímesis = bio [vida] + mímesis [imitación]).  

Este artículo que estás leyendo hace mención a mi última lectura sobre el tema.

Podemos encontrarnos con avances que, desde mi punto de vista, no son avances biomiméticos.  Creo que es importante que los divulgadores de ciencia precisen bien los términos, porque las malas interpretaciones pueden dar lugar a eso tan terrible que llamamos greenwashing o lavado verde, tan de moda desafortunadamente.  

De hecho, tenemos muchas organizaciones especializadas en hacernos creer que hacen las cosas muy bien y nos torpedean un día sí y otro también con su publicidad engañosa:  empresas del sector lácteo que nos hablan de bienestar animal, del sector hotelero que nos venden maravillas muy alejadas de la realidad, y tantos otros malos ejemplos que sería prolijo enumerar. De hecho tenemos tantos malos  ejemplos que me permití montar una historieta humorística sobre el lavado verde.

En el mundo científico no suele existir, afortunadamente, ese afán de lucro que induce a tergiversar las cosas para engañar al cliente y obtener más beneficios económicos. Pero una mala interpretación puede dar lugar a comportamientos no deseables por parte de la ciudadanía; por ejemplo, si creemos que la fruta durián es perfecta para recargar nuestros móviles, cuando esta tecnología pueda comercializarse la adquiriremos encantados y estaremos infligiendo un gran castigo al planeta.  Y lo haremos con la mejor intención, de la misma forma que tendemos a comprar productos etiquetados como "eco", "bio" y similares sin haber tenido la oportunidad de averiguar qué se esconde realmente detrás de ese término.

Te dejo aquí el artículo que ha provocado mis reflexiones: Triunfa la ciencia inspirada en la naturaleza, y el mío con las reflexiones que me ha provocado cada uno de los avances que expone:  Biomímesis: ¿emular, o explotar a la naturaleza?

Te dejo también mi aportación al esperanzador mundo de la Biomímesis, esta vez desde el enfoque de la gestión corporativa: Biomimetic Organisations: A Management Model that Learns from Nature.

Leeré encantada tus aportaciones si te decides a hacerlas. Y agradecida, claro 😀

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