28 de abril de 2016

Todos somos extranjeros


Es la segunda vez que escribo un post con Laura Rosillo . Somos buenas amigas y los pocos ratos que estamos juntas nos ofrecen múltiples alegrías.  Una de ellas, por ejemplo, es aprender de un gran maestro.  Escuchamos, anotamos, preguntamos, reflexionamos, comentamos... y así nos enriquecemos juntas y disfrutamos de la vida.

Ya no quedan maestros. Personajes que sobre una tarima nos sacuden de nuestra modorra, ponen patas arriba nuestras certezas y dejan que entre aire nuevo y ventile todos los rincones de nuestro cerebro cargadito de mensajes televisivos. Maestros que, iluminados por la vehemencia de su discurso, olvidan el micrófono porque en realidad nos hablan al oído, tienen el poder de dirigirse individualmente a cada uno de nosotros.

A veces, con un poco de suerte, escuchamos a un brillante gurú, que nos emociona superficialmente y del que no recordamos nada al día siguiente.

Los maestros son otra cosa:  ya nunca volveremos a pensar igual, incorporan a nuestra propia visión y experiencia nuevos escenarios y nuevos ángulos de percepción..

Nos estamos refiriendo a Itamar Rogovsky, un maestro de los que casi no quedan, que desde la sencillez, la proximidad y la argumentación retórica más clásica, vino a demostrar que todos somos extranjeros… y esto en esta ciudad, la nuestra, que se cree capital de un quimérico estado, y que, efectivamente, nos hace sentirnos extranjeras en nuestra propia casa.

Y nosotras, con los oídos bien abiertos y tomando notas sin parar, ya que teníamos la certeza de que su relectura hoy iba a ampliar nuestro pequeño mundo, fuimos adentrándonos en la descripción que del momento presente iba perfilando el profesor Rogovsky.

Nos advirtió que ni citas, ni autores, pero detrás de cada frase se escondía un libro recién leído o recién recordado, un autor de cabecera, una cita anotada en una servilleta de un bar o en una libreta guardada en un bolsillo…

La afirmación de arranque asentía que “todos somos extranjeros” para llegar al colofón de que como trabajadores somos extraños, extranjeros, estamos “fuera de lugar” en nuestra empresa.

Itamar Rogovsky, sobre Extranjería
Las referencias al enfrentamiento judío/palestino, musulmán/cristiano, latino/yankee, blanco/negro, nos sirven para generalizar el problema de que para cada individuo, el “otro” es un extranjero y nosotros mismos lo somos desde que nacemos y somos expulsados del “paraíso”, del útero de nuestra madre.

Y así encerrados en nuestra propia cultura, en nuestra zona confortable, el “otro” es vivido siempre como un “invasor” si quiere mantener sus valores y principios,  y como un “extranjero” si pretende integrarse y adoptar los nuestros.

Y lo mismo sucede en las organizaciones en las que cualquiera que no se disuelva en la mediocridad de lo establecido, lo usual, lo prescrito por la cultura de la empresa, es considerado un extranjero y, en consecuencia, un enemigo que debe ser expulsado de la comunidad compacta y hermética que configuran tantas organizaciones hoy.

Itamar Rogovsky, Extranjería
De hecho, aseguró que "el sentimiento de extranjería es el paradigma de la situación organizacional actual".

Y los “Jinetes del Apocalipsis” contra los que debe luchar ahora la dirección de la empresa o en su
ayuda Recursos Humanos para renovar, reinventar, reiniciar… las relaciones empresa/trabajador, nos decía el profesor Rogovsky, son la cooptación, el ghetto, el gatopardismo, el mobbing y la tanatopolítica… plagas todas ellas relacionadas con la exclusión del “otro”, con el sentimiento de extranjería que insuflan muchas organizaciones para situarse sus directivos en un plano superior, excluyente, elitista, autoritario… que responde más a estructuras y relaciones eficientes en el siglo XX pero que son claramente obsoletas en el siglo XXI.

Gracias, maestro.

(¿Quieres leer un artículo relacionado?  Orfandad y empresa en el s. XXI )

7 de abril de 2016

Psicología Positiva y Ética: Relaciones positivas

Continuamos con los artículos basados en el modelo PERMA;  Hoy hablamos de relaciones positivas.   (Éste es otro post "a cuatro manos" con Maite Sánchez-Mora, @Maite_San).

Por si quieres ver en qué se basan estos planteamientos, te dejamos el artículo correspondiente aquí.


La R de PERMA hace referencia a
Relationships (Relaciones positivas): dedicar un tiempo a nutrir las relaciones fomenta la sensación de apoyo y compañía, que influye directamente en la percepción de bienestar.

Las relaciones positivas favorecen que los equipos sean más eficientes. Hacer un favor produce aumento de bienestar momentáneo y es fácil imaginar que también favorece la camaradería y el intercambio mutuo. Cuando el/la directivo/a comprende cómo se relaciona  y favorece interactuar con los demás desde la salud y no desde la toxicidad, le será más fácil romper barreras y ejercer un liderazgo situacional óptimo. 

Las relaciones positivas del/la líder se caracterizan por experimentar el fluir durante las conversaciones, y, por extensión,  son las propias relaciones las que fluyen. Se puede inferir lo potente y beneficioso que es para las negociaciones comerciales, una relación fluida con el/la cliente o con el/la proveedor/a.

En las relaciones profesionales, sobre todo con el equipo, el/la directivo/a puede apreciar las fortalezas personales del otro o bien sus carencias,  con el propósito de mejorar tanto las tareas como las relaciones profesionales. 

Cada vez es más frecuente la aplicación de la primera fórmula, y además empezando por uno mismo/a. Enfocar y conocer las propias fortalezas facilita tomar mejores decisiones, ser más productivo y aumenta la autoconfianza.

El fair play está en la base de las relaciones y permite el desarrollo de la confianza necesaria para que la relación permanezca en el tiempo a pesar de las adversidades del ambiente.

Si lo enfocamos desde la ética,  las relaciones positivas están basadas en el respeto mutuo: yo quiero para los demás lo que quiero para mí.  Así que, cuando yo acepto a la otra persona tal como es, con sus virtudes y sus defectos, es muy probable que esa persona haga lo mismo conmigo. De esta forma pueden establecerse diferentes acuerdos sobre qué se puede permitir y qué no en la relación, qué temas se pueden tocar y cuáles no, de qué forma se tienen que realizar las comunicaciones... y tantos detalles que ayudan a que la relación se consolide y se prolongue a lo largo de mucho tiempo.

(Artículo relacionado: Pero no empuje)

En el ámbito de las empresas se detecta con facilidad cuáles gozan de una buena política de comunicación interna.  Si uno de los valores corporativos es el respeto mutuo, es muy probable que tengan establecidos cauces de relación y de apoyo, políticas de inclusión, de diversidad, de conciliación, de compromisos mutuos empresa / empleados, de relaciones transparentes con clientes y proveedores...

... y todo ello redunda en mejor posicionamiento de la empresa en el mercado. Así que estamos estableciendo una espiral virtuosa que favorece a todos los partícipes, como decíamos en el primer artículo de esta serie:


¿Quieres saber un poco más de ética según Peter Singer?  Puedes leer "Ética para vivir mejor", editorial Ariel, Barcelona, 1995, o mirar este video:




Por si quieres  repasar lo hecho hasta ahora:

1. Presentación del enfoque Psicología Positiva más Etica:  Una espiral virtuosa generadora de abundancia.
2. Ejercicios de "P", emociones positivas y ética: Psicología Positiva y Ética: Tabla de ejercicios para el bienestar I.
3. Hablemos de "E" (engagement, compromiso, implicación) y Ética: Hoy puede ser un gran día y mañana también.
4. Ejercicios de "E" (engagement, compromiso, implicación):  Psicología Positiva y Ética: Tabla de ejercicios para el bienestar (II)