Comparto este post con una persona que me dejó una profunda “huella líquida", Edita Olaizola. Conociéndole a ella, entiendo el concepto a la perfección.
Un sábado de mayo nos reunimos en Bodegas Muga de Haro, el Grupo Psicología Positiva aplicada a las organizaciones. Fue todo una experiencia óptima para mí. Allí aparecieron como arte de magia una serie de virtudes humanas muy escasas de ver en la sociedad de hoy en día, las cuales engranaron a un grupo ávido por saber, conocer y compartir. Muchos no habían asistido nunca a un evento de networking y quizás esa fue la razón por la que el evento se convirtió en un evento de sinergias muy poderoso, en el que el “win to win" estaba muy presente. Un evento tan atípico produjo una serie de reacciones en cascada insólitas e inesperadas para algunos de nosotros.
Desde la Psicología Positiva resumiré el evento:
+ Curiosidad e interés por el mundo, por la Psicología Positiva; todos nos sumergimos en esta corriente de la ciencia desde el minuto uno hasta bien entrada la tarde, sin apenas pestañear y sin esfuerzo alguno lo cual nos sumió en un estado de
+ Flow, ya que los ahí presentes ejercíamos nuestras fortalezas de manera espontánea y revitalizadora. El tiempo se detuvo, anduvimos como locos para poder llegar a la visita a la Bodega, ya que interrumpir un “Flow “es desagradable y cuesta mucho esfuerzo, y nosotros estábamos en la gloria compartiendo conocimientos y experiencias.
+ Templanza; esta virtud de la que penden la Honestidad, el Autocontrol, la Prudencia, y la Humildad fue la más representada en el grupo. Virtud también muy escasa y poco practicada cuando se está en grupo. El “yo" no contaba, éramos una organismo pluricelular donde lo que primaba era el “nosotros”, aquí y ahora.
+ Inteligencia emocional y social; nadie fue a vender “su moto", las personas “feldespatos “y “cuarzo piritas” no se personaron en Muga. La sensibilidad, escucha activa y respeto fueron sobrecogedores, de tal modo que varias personas se emocionaron de verdad en la comida, nos contagiaron al resto dado que nuestras neuronas espejo estaban bailando al son de los relatos. Podrán pensar, fue el vino… ¡Pues no!, sucedió sin que intercediera en absoluto el vino, ya que todavía no se había descorchado la primera botella, de un total muy escaso para estar 10 personas. (4)
+ Significado; Dentro de este pilar del Modelo P.E.R.M.A. , pude escuchar como una mujer y un marido hablaban públicamente de cómo significaban el uno para el otro. Rarísimo de presenciar, y hablando de rarezas ahí va otra:
+ Ética financiera; la única persona que no habló en la sesión de networking, y que tampoco tenía intención de hacerlo, para no bajar el listón de los sorpresones, habló desde una serenidad, sencillez y contundencia de la importancia que la ética financiera tiene en la gestión de las organizaciones. Nos dejó boquiabiertos. El estrés emocional al que estábamos siendo sometidos, nos dejó cansados.
En resumen, se produjo un continuo de todas estas fortalezas individuales que cohesionaron y enriquecieron al grupo desde un marco incomparable de emociones positivas, logros, relaciones positivas, entrega y significado.
Seligman estaría muy orgulloso de vernos en acción cumpliendo su último modelo y mejorándolo. Incluso alguno comentó que las 24 fortalezas del VIA se nos quedan pequeñas. No existe todavía una descripción exacta y fidedigna de lo que ahí se vivió, para saber cómo fue había que haber estado ahí, y yo tuve la suerte de estar, sentir y compartir.
Cedo la palabra a mi compi de post Edita
Gracias, Iosu. Es la primera vez que escribo un post "a cuatro manos" y me encanta la idea. Como Iosu ya os ha explicado todo lo importante, y además con su vehemencia habitual, me limitaré a dar una visión distinta de la preciosa reunión que tuvimos en Muga: un grupo de personas que se convierte en un equipo.
Un buen vino necesita toda una serie de fases hasta llegar a nuestro paladar y deleitarlo, tal como nos explicaron en la bodega. Considero que nuestro encuentro siguió un buen paralelismo con la fabricación de un tonel, que se irá llenando de un buen caldo a lo largo de sucesivos encuentros e intercambios enriquecedores.
Y dado que nos quedamos con las ganas de ver en acción al maestro tonelero de Muga, voy a intentar encontrar analogías entre el trabajo de este artesano y el que efectuamos nosotros en la bodega.
Lo primero de todo es fabricar el tonel, como nos ha dicho Iosu. Así que vamos a fabricar nuestro tonel particular como símbolo de lo que todos aportamos: - En primer lugar ha de disponerse de unas tablas llamadas duelas, y no sirve cualquier madera: unas cuantas personas elegidas para el evento, desconocidas entre sí y de diversas procedencias, pero con un "algo" en común: gente de buena madera. Ya tenemos las duelas para fabricar
nuestro precioso tonel.
- Cuando las duelas se han agrupado como conviene , se procede al tostado, un fuego suave que las vuelve flexibles: nosotros nos "tostamos" presentando nuestros perfiles profesionales ante los demás para poder vislumbrar qué adaptaciones teníamos que hacer cada uno de nosotros para el buen fin del encuentro.
- Después se colocan los aros para dar forma al tonel: nuestra forma de enmarcar los contenidos fue definir nuestras respectivas aproximaciones a la PP.
- Se aplica engrudo para tapar los poros: Es un remedio más o menos casero que ofrece grandes resultados. Nuestro engrudo fue una deliciosa comida (y no me refiero al aspecto gastronómico, aunque también) en la que pudimos permitirnos mostrar, en un clima de más confianza, nuestros pequeños poros en forma de objetivos personales, anhelos, sentimientos diversos…
- El maestro tonelero utiliza ahora el galtzador, compás especial que le ayuda a diseñar exactamente la tapa que precisa cada tonel. Esa herramienta ha sido en nuestro caso el correo electrónico: toda una serie de "diseños a medida" que varias personas del equipo (ahora ya equipo, no grupo) ha realizado de los demás para acariciarles , agradecerles y corresponderles: El reconocimiento de los demás es una de las más potentes herramientas para diseñar un equipo cohesionado y predispuesto a ofrecer lo mejor de cada uno para el bien común.
- Finalmente, el maestro tonelero repasa su trabajo constatando los buenos resultados que ha obtenido al aplicar una sabia mezcla de precisión e intuición ("a ojo de buen cubero"). En las relaciones humanas de calidad se da esta mezcla sutil pero imprescindible, y que en nuestro caso ha mezclado sabiamente 10 cerebros derechos con 10 cerebros izquierdos: he aquí nuestro precioso tonel ya fabricado, listo para ir acogiendo el mejor caldo que podamos fabricar entre todos.