Una vez más, Rosa de Diego, responsable del programa Llibres, píxels i valors de Radio Nacional de España Radio 4, me ha invitado a charlar sobre varios temas que trato en los artículos que he publicado últimamente. Aquí tienes el audio:
Por si quieres echar un vistazo a los artículos que mencionamos, te los dejo aquí:
Sobre las interpretaciones que hacemos de lo que nos pasa: "Lágrimas en la cocina" (en mi blog);
Sobre cooperación estratégica entre empresas: "Ecosistemas corporativos del XXI" (en la página de People plus! Profit);
Sobre Biomimética Empresarial: "Biomimética: hacia nuevos modelos de gestión corporativa" (en la página de People plus! Profit);
Sobre corresponsabilidad ciudadana: "Solidaridad sí, pero todo el año" (en Diario Responsable).
También dedicamos una reflexión a la importancia de las aportaciones que las personas séniores hacen a la sociedad, a propósito de la presentación de la Red Sénior Carisma en Barcelona, y sobre lo exitoso que suele resultar (para las empresas y para las personas que lo forman) organizar un tándem sénior + junior.
Como siempre, ha sido un placer compartir con Rosa. Espero que disfrutes de la charla :-)
25 de enero de 2017
17 de enero de 2017
Genios comunicando
Te propongo un juego: comparar cómo utilizan el espacio dos genios de la pintura: Francis Bacon y Alex Katz.
Ambos sufrieron las consecuencias de una guerra y ambos tuvieron gran éxito con su trabajo. Si miras sus lienzos puedes entender muchas cosas. Ahora, sin embargo, te propongo comparar no sus pinturas, sino de sus estudios - taller.
Supongo que estás de acuerdo conmigo en que el lugar en el que trabaja una persona dice mucho de esa persona: cuán espaciosa es la sala, qué distribución tiene, qué clase de objetos alberga, en qué orden están, qué colores destacan, qué grado de limpieza se puede observar, dónde se colocan los muebles, etc., etc.
Éste es el estudio de Francis Bacon:
Y éste el de Alex Katz:
Te propongo que:
Ambos sufrieron las consecuencias de una guerra y ambos tuvieron gran éxito con su trabajo. Si miras sus lienzos puedes entender muchas cosas. Ahora, sin embargo, te propongo comparar no sus pinturas, sino de sus estudios - taller.
Supongo que estás de acuerdo conmigo en que el lugar en el que trabaja una persona dice mucho de esa persona: cuán espaciosa es la sala, qué distribución tiene, qué clase de objetos alberga, en qué orden están, qué colores destacan, qué grado de limpieza se puede observar, dónde se colocan los muebles, etc., etc.
Éste es el estudio de Francis Bacon:
Estudio de F. Bacon, foto en el Guggenheim Bilbao |
Y éste el de Alex Katz:
Estudio de A. Katz, foto de Jean Marie del Moral |
Te propongo que:
- Observes por separado cada uno de los estudios - taller;
- Tomes nota de aquéllo que te llame la atención;
- Compares ambos;
- Busques información sobre su obra pictórica;
- Compares esa información con los datos que has recopilado observando sus lugares de trabajo;
- y, finalmente (solo si quieres), me comentes qué opinas. Me gustaría mucho :-)
3 de enero de 2017
Lágrimas en la cocina
Cuando yo era una niña pequeña veía que mi madre, de vez en cuando, se ponía a llorar mientras cocinaba. Después de diversas pesquisas lo relacioné con el aceite de girasol: si mi madre utilizaba aceite de oliva cocinaba con normalidad; si utilizaba aceite de girasol, lloraba.
Increíble, pensaba yo. Quizás el aceite de girasol tenga algún ingrediente parecido a la cebolla, pero no lo entiendo. Y así andaba, con mis cábalas, hasta que un día mi madre empezó a musitar mientras cocinaba y lloraba (todo a la vez, ya sabes que las mujeres tenemos superpoderes): Dios mío, ¿por qué tengo que ser tan desgraciada? ¿Por qué tengo que verme así, sin poder siquiera comprar una botella de aceite de oliva?
Me quedé de piedra. ¡No era porque el aceite de girasol se pareciera a la cebolla! ¡Mi madre se sentía muy desgraciada porque no podía guisar como a ella le gustaba! Entonces comencé a preguntarle por qué unas veces tenía aceite de oliva y otras de girasol, por qué no le gustaba el aciete de girasol, qué problema tenía con el aceite de girasol... ya sabes, el típico interrogatorio exhaustivo, impertinente y recurrente que hace cualquier criatura cuando de verdad le interesa algo. :-)
Entendí entonces que el aceite de girasol era un símbolo (aunque entonces yo desconocía la palabra "símbolo"). Un símbolo de una situación desagradable a la que no quería enfrentarse: añoraba el estatus social que había tenido antaño y no estaba dispuesta a olvidar así como así.
De modo que las llantinas se sucedían con cierta regularidad, y yo podía comprobar una y otra vez que estaban directamente relacionadas con el aceite de girasol: tomé un odio tan visceral al aceite de girasol que cada vez que comía algo guisado con él lo vomitaba de forma automática. Y, de paso, estaba dando a mi madre otro argumento de peso para odiarlo: le hace daño a la niña.
Es la típica situación en la que nosotros mismos estamos programando qué va a ocurrirnos, o, dicho de otra manera, la profecía autocumplida:
De hecho, me ha sentado mal durante muchos años, y otros más que lo he rechazado sistemáticamente por si acaso fuera verdad que es malo para mí. Hace tiempo que me enteré de que tiene un alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados y en vitamina E, y que en cantidades razonables es muy bueno para la salud. Pero jamás se me ocurrió hacerme un análisis de alergia... por si me desmontaban mi bonita teoría. En el fondo, me lo tomaba como una forma de solidarizarme con mi madre.
Estas reflexiones nos hacen darnos cuenta de la cantidad de información que tenemos escondida por ahí, en el inconsciente, y que dicta algunos de nuestros comportamientos. Normalmente suelen hacerse "visibles" cuando la vida nos ha puesto ante un nuevo reto y estos planteamientos dejan de tener la importancia que tenían. Y también nos percatamos del auténtico significado de las teorías que nos enseñaban en la universidad, cuando nosotros ignorábamos al profesor mientras el hombre se desgañitaba :-)
Moraleja: lo que te ocurre puedes interpretarlo como quieras; y una parte importante de tus comportamientos estarán regidos por esas interpretaciones.
Ejemplo 1: A juzgar por el entorno y la música que la acompaña, es posible que esta mujer no esté cocinando con aceite de oliva:
Ejemplo 2: El aciete de girasol me sienta bien. No puedo demostrártelo con un video, pero te doy mi palabra de hija solidarizada :-)
¿Cuántos "aceites de girasol" han modulado tu vida?
Para endulzar la reflexión, te dejo aquí dos divertimentos. Que los disfrutes.
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