20 de junio de 2024

Postcrecimiento: una oportunidad de oro

 

La UE ha decidido incrementar los aranceles a los coches eléctricos chinos, decisión que lógicamente ha provocado la inmediata reacción de China: poner el foco en las importaciones de cerdo europeo.  Te dejo aquí algunos datos.

Hace mucho tiempo que España tiene un gran negocio con la ganadería industrial porcina, que exportó  en 2023  por encima de los 9.000 millones de euros.  Alcanzar esa cifra supone "gestionar" unos 34 millones de cerdos, e incluso otras fuentes hablan de 56 millones. No puedo precisar las cifras exactas de kilos ni de euros, pero en cualquier caso salta a la vista que estamos hablando de un inmenso negocio.

Se trata de un grave problema recurrente que tenemos los países enriquecidos: los intereses económicos por encima de todo.

Hace tiempo que sabemos que la ganadería intensiva es responsable de altísimos niveles de contaminación del agua, genera múltiples gases que incrementan el efecto invernadero, deja yermos los suelos, favorece la deforestación, etc., etc.  Te dejo aquí un artículo ilustrativo de National Geographic  sobre el gran impacto que produce en la Tierra esta práctica nefasta.

 Y todo ello sin contar con el sufrimiento que se infringe a animales sintientes, puesto que hace tiempo que sabemos que los cerdos tienen numerosas capacidades cognitivas, inteligencia y capacidad de sentir emociones, como bien explica Elena Lara de la Casa.  Se nos olvidó también la ética 😟.

En resumen, el famoso poema de Quevedo Poderoso Caballero es Don Dinero goza de excelente salud y nos importa un ardite  todo lo demás, que queda en un discreto segundo o tercer plano... si alguna vez se toma en consideración.

¿Seguro?

Afortunadamente, hace algún tiempo que la ciencia nos advierte del terrible derrotero que la sociedad ha tomado, nos avisa de las consecuencias que sufriremos a corto plazo  y pone de manifiesto las que ya empezamos a sufrir. Te recomiendo escuchar a Fernando Valladares , uno de los científicos más didácticos y comprometidos con el medio ambiente. También son interesantes las reflexiones que hace Antonio Turiel sobre el posicionamiento al respecto de la sociedad española. 

Ahora, además de las exhortaciones de los científicos, tenemos una llamada de atención clara y urgente: el mercado avisa de lo que nos puede ocurrir en términos económicos si seguimos adelante con nuestro modelo de negocio porcino.

¿Por qué vamos a seguir en ello si estamos destrozando el planeta (problemón para las generaciones futuras) y ponemos en peligro nuestra capacidad económica (problemón para la generación actual)?  

¿Qué tal si nos tomamos la advertencia china como un estímulo extra para comenzar a pensar en cómo organizarnos en esta nueva etapa que se comienza a tildar de "postcrecimiento"? Una sociedad que transita del derroche y el despilfarro hacia un modelo más  respetuoso con la madre Tierra y todos sus habitantes - incluidos, obviamente, los animales humanos - : es urgente que comencemos a planificar cómo conseguir el sustento de tantas personas que se quedarán sin trabajo cuando cerremos el "negocio" porcino, cómo recuperar a la mayor brevedad la salud de las tierras maltratadas, cómo pergeñar nuevos oficios, nuevas ocupaciones, nuevas formas de reintroducir la ética en nuestra sociedad, etc. etc.  Una ingente y urgente labor que necesita la implicación de todos nosotros.

A veces, una mala noticia es el aviso de una nueva y mejor realidad. Tenemos a la vista una oportunidad de oro para apostar por el postcrecimiento.

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Sugerencias de lectura: 


2 de febrero de 2024

¿Lo necesito?

 Permíteme que ponga un sencillo ejemplo de un comportamiento concreto que nos sirva para reflexionar sobre nuestro modo de vida:

Imagen: Leonardo AI
Tal como acostumbro a hacer cuando tengo un rato libre entre sesiones de trabajo en una ciudad cualquiera, el otro día entré en un establecimiento especializado en maquillaje de uñas. Es una forma sencilla, cómoda y estética de hacer tiempo sin patear las calles ruidosas ni tomar otro café más a lo largo del día 😊

Y mientras la empleada hacía su trabajo yo curioseaba el local:  muy amplio, con varios puestos de trabajo, mucha iluminación artificial, muchííííííísimos frasquitos de esmalte de todos los colores posibles, máquinas para esterilizar las herramientas de trabajo, para secar las uñas pintadas, para mantener cálido el local…

Como el protagonismo lo tenía obviamente el  esmalte, he estado curioseando un poco para enterarme de su composición.

 Estamos hablando de PFAS (perfluoro alquilos y polifluoroaquilos), así como otros ingredientes presentes en la pintura de los automóviles (el trío tóxico:  ftalato de dibutilo, tolueno y formaldehido).  Sé que existen también esmaltes “ecológicos”, pero son muy difíciles de encontrar y además no hay garantías de que realmente son lo que dicen ser.

He leído que Nueva Zelanda prohibirá los “químicos de siempre” en productos de belleza, y que la EPA de USA considera que el esmalte de uñas es un desecho doméstico peligroso.

Además, existe el riesgo de que su uso habitual provoque cánceres, problemas hormonales e intestinales, y el uso de secadores de uñas de luz ultravioleta pueden dañar el ADN.

En líneas generales, podríamos decir que este hábito conlleva:

  • Posibles riesgos para la salud humana;
  • Necesidad de grandes cantidades de agua para su fabricación;
  • Cantidad de recipientes de usar y tirar;
  • Contaminación por parte de los laboratorios que elaboran los productos;
  • Contaminación por el transporte desde los laboratorios a los establecimientos que los utilizan;
  • Contaminación del entorno al desembarazarse del esmalte;
  • Gasto de energía, agua, químicos para limpieza, etc., etc., de cada local;
  • Degradación del medio ambiente.

Y todos esos desastres tienen como finalidad que yo me vea bonitas las uñas unos pocos días.

¿De verdad necesitamos tantas y tantas cosas que no nos benefician y en cambio están ocasionando diversos males al Planeta?  ¿Por qué nos hemos ido olvidando de vivir una vida sencilla, evitando tanta sofisticación inútil y dañina? ¿Por qué las personas urbanitas nos consideramos con derecho a polucionar y esquilmar los recursos finitos cuando a la vez hay tantas personas en entornos rurales y en países sobreexplotados que tienen problemas para garantizarse una vida digna? ¿Por qué olvidamos tan a menudo que solo somos uno más de los animales que conviven en una tierra común?

¿De verdad lo necesito?