18 de junio de 2018

Hakuna matata

Cuando has puesto mucho de tu parte para poder disfrutar un día en el  Ngorongoro y al llegar te encuentras con una espesa niebla que te impide bajar al cráter, no sabes si cortarte las venas o dejártelas largas.

Es una sensación muy común cuando nuestras expectativas se ven frustradas:  lo primero que se nos ocurre es repasar cuántas pérdidas hemos tenido en términos de esfuerzo, tiempo, dinero, etc. y enseguida deducimos que la situación nos ofrece un  horrible balance negativo, así que lo único que nos queda por hacer es elaborar un cóctel compuesto por diferentes cantidades de  rabia, frustración, impotencia, desilusión y enfado.

Todo eso si no eres una persona swahili.   Hakuna matata es una conocida frase swahili que significa "no hay problema", "no te preocupes", "vive y sé feliz", y se considera la versión africana de carpe diem.  En muchas zonas de África se utiliza frecuentemente y en las más variadas situaciones, pero siempre con el mismo propósito.  Y les funciona francamente bien.  ¿Se ha atascado el coche en un barrizal? Hakuna matata:  aprovechemos para charlar sobre su cultura mientras llegan refuerzos.  ¿Nos paran cien mil veces los gendarmes para pedir siempre los mismos papeles? Hakuna matata:  podemos aprender a distinguir los distintos cuerpos de policía del país y sus atribuciones. ¿Hay que hacer cola y no sabemos cuándo podremos seguir? Hakuna matata: disfrutemos de la alegría de los niños que se acercan a mirarnos como si fuésemos bichos raros (que lo somos), sus sonrisas, sus elegantes movimientos, sus ojos pícaros...

Así que, puesto que no había forma de bajar al cráter, ¿qué tal un poco de Hakuna Matata? Siempre podríamos intentarlo otro día,  y mientras  tanto, ¿por qué no disfrutar de la belleza de un paisaje acariciado por la niebla? Fíjate en el precioso color de las plantas que están en primer plano, en la gracia del árbol que juega a esconderse entre las nubes, en las siluetas que se asoman al fondo tímidamente (¿qué plantas serán?), en la capa de niebla que limpia las hojas,  en la sensación de paz que desprende el conjunto, en el olor de la naturaleza en estado puro, ... 

Funciona.  Nuestros pensamientos conforman nuestros sentimientos, y éstos nuestros comportamientos (puedes ver 'El único poder es la mente' , o 'Aprender a gestionar las emociones' , con Punset). 

En el mundo de las organizaciones también funciona. Ante un error podemos llevarnos las manos a la cabeza, despedir a la persona culpable, andar gritando por los pasillos, y muchos otros comportamientos que seguramente habrás visto en alguna ocasión.   Y también podemos hacer otra cosa:  en vez de lamentarnos  gastando inútilmente tiempo y esfuerzos, podemos enfocar la situación desde otro ángulo, porque seguramente hay más de una forma de analizar la situación que nos ocupa.

Es como un anillo lleno de facetas. Si lo miramos desde arriba podemos ver un hueco (falta material), si lo miramos de frente podemos ver una faceta que brilla más que el resto (está mal enfocado), si lo miramos distraídamente podemos ver un jarrón, o un vaso, o un florero, o un dedal...  y si nos tomamos el tiempo y el trabajo necesarios podemos ver muchas otras cosas:  por ejemplo, que cada una de las facetas es capaz de brillar si la ponemos bajo la luz adecuada. ¡Qué sugerente! ¿Qué podríamos hacer con la luz, las facetas y las posiciones? ¿Qué otros elementos podríamos añadir para enriquecer el planteamiento?

Así que Hakuna Matata nos brinda la oportunidad de rebajar los niveles de distrés y contemplar la situación con ojos limpios, porque es casi seguro que encontraremos algo que nos permita decir vive y sé feliz. Vivir el momento es algo que nos recomiendan médicos y psicólogos y que se aplica desde la antigüedad en diversas culturas.  Y si conseguimos estar relajados la mente se abre y aparecen las ideas maravillosas que nos permiten vivir la vida.  Te dejo aquí dos ejemplos de lo dicho, cómo un aparente fracaso llevó a un éxito (20 descubrimientos accidentales)  y cómo encontrar oportunidades (Técnicas creativas para encontrar buenas ideas). 

Si nos limitamos a estar, sin más, podemos incluso encontrar motivos de diversión en el momento más inesperado: mira Divertimento, un neologismo marrón.

Así que mi propuesta es: vive la vida en cualquier circunstancia en la que estés y encontrarás algo positivo. ¿Estás de acuerdo? ¿Quieres contarme alguna experiencia tuya en este sentido?

Finalmente,  te dejo un fragmento de la película El Rey León con la secuencia Hakuna Matata.  Que lo disfrutes.

4 de junio de 2018

Corrigiendo exámenes

Ha caído en mis manos un pequeño "caso de éxito" publicado en Retina que dice así:
El profesor y psicólogo Daniel Kahneman  diseñó una estrategia para intentar evitar que el efecto halo influyera en las evaluaciones a sus alumnos. En lugar de corregir un examen del tirón, puntuaba primero las respuestas de todos los estudiantes a la primera pregunta para luego pasar a la siguiente. Así evitaba que el efecto halo  le hiciera pensar que había más posibilidades de que el resto del examen también estuviera mal si un alumno se equivocaba al contestar la primera pregunta.  Se trata de una forma inteligente y sencilla de combatir este sesgo.
 ¡Caramba! ¡Pienso como un premio Nobel de Economía! :-) Me ha encantado la noticia, porque hace mucho tiempo que yo uso ese mismo sistema, aunque con una ligera modificación (no sé si el suelto nos explica el procedimiento completo que utilizaba el profesor). En mi caso es el siguiente:

  1. Redacto el examen.
  2. Redacto las respuestas asegurándome de que quede claro cuántos conceptos tiene que abordar cada una de  ellas.  Eso significa que tengo en mi poder el "examen 10" :-)
  3. El día del examen voy al aula con "el examen 10" y permito que los estudiantes lo consulten de uno en uno, una vez me hayan entregado el suyo cumplimentado.
  4. Explico a los estudiantes que corregiré sus exámenes cotejándolos con el "examen 10"
  5. Utilizo el "examen 10" para corregir aplicando exactamente el método del profesor:  la secuencia es todas las preguntas número 1, todas las preguntas número 2...
Este procedimiento me ha brindado muchas  ventajas, tanto para los estudiantes como para mí:

  •  Los estudiantes saben enseguida si sus respuestas eran las esperadas, incluso pueden hacerse una idea de su grado de aproximación a la respuesta excelente; eso les permite repasar lo que ya saben que tienen que trabajar más, y no han de perder el tiempo en elucubraciones;

  • El tiempo dedicado posteriormente a revisión de exámenes se reduce espectacularmente:  ya no acuden a revisión "a ver qué pasa" puesto que saben cuáles eran las respuestas correctas, y de hecho lo normal es que acudan solo los estudiantes que desean profundizar un poco más en el enfoque, pedir más información o bibliografía, etc.

  • Los estudiantes saben con qué criterios se corregirá su examen, lo que evita malos entendidos, interpretaciones erróneas, etc., además de brindarles un mensaje implícito importante:  si las cosas se hacen bien desde el principio, se pueden tener comportamientos transparentes.

  • Y, además, me ahorro mucho tiempo pensando, calibrando y matizando cada una de las respuestas que los estudiantes han redactado: el proceso es mucho más rápido, puesto que las analizo a modo de cuestionario de auditoría: cuántos de los conceptos esperables aparecen en cada respuesta (1 es insuficiente, 2 es aceptable con matices, 3 es aceptable, etc.) y su grado de elaboración (para subir un poco la nota).
Seguro que hay muchas formas eficientes de corregir exámenes, ¿cuál es la tuya? Mientras lo piensas, puedes divertirte unos minutos mirando un "examen" de español para extranjeros: