22 de abril de 2025

Aprendiendo con Sancho



 El Quijote es una fuente inagotable de deleite y aprendizaje, que puede aplicarse en todos los ámbitos de la vida. Me encanta releer de tanto en tanto algunos capítulos porque recuerdo bonitos momentos infantiles y porque sus enseñanzas serán siempre válidas.

En esta ocasión tomamos, del capítulo 42 de la segunda parte, los consejos a Sancho antes de que fuese a gobernar la ínsula. Tal parece que Don Quijote estuviera pensando en un líder de empresa de nuestro siglo. 


Vídeo:  IV Centenario de la muerte de Cervantes

Disfruta con la magnífica lectura que Josep Maria Pou realizó para los congresistas;  saborea la dicción, el ritmo, la entonación y el propósito de la lectura, y después repasamos juntos los párrafos que ha leído para acercarlos a nuestra realidad en una organización del siglo XXI.



Sancho, hijo, atento a este tu Catón, que quiere aconsejarte y ser norte y guía que te encamine y saque a seguro puerto deste mar proceloso donde vas a engolfarte;

Al comenzar una nueva etapa profesional como líder de un equipo - no importa si es la primera vez o se trata de una promoción, un cambio de organización... - la figura del mentor es esencial:  el líder necesita conocer dónde se está metiendo; qué personas configuran su equipo, cuál es el área de actividad, qué relaciones internas y externas están establecidas, qué objetivos tienen asignados, qué agendas secretas existen, en qué cultura organizacional se mueven, etc. etc.  Con la figura del mentor se consigue que estas cuestiones (y muchas otras que sería prolijo enumerar) sean conocidas y aceptadas por el nuevo líder en el menor tiempo posible.  Y todos sabemos que el tiempo es vital para conseguir resultados:  cuanto más breve sea el período de adaptación más rápido llegará el momento en que el nuevo líder pueda tomar las riendas con soltura para gestionar los comportamientos de su nuevo equipo.


que los oficios y grandes cargos no son otra cosa sino un golfo profundo de confusiones

Reflexión inicial para quien asume la nueva responsabilidad:  un puesto directivo es algo complejo que exige saber moverse en la complejidad; cada decisión estará matizada por numerosas variables (qué necesita el equipo, qué espera mi jefe, qué objetivos estratégicos tiene mi compañía, qué esperan los clientes, qué puedo esperar de los proveedores, qué imagen corporativa estamos ofreciendo en el mercado, etc. etc.) que, por ser complejas, están muy lejos de ser dominadas.  Por eso se espera del líder visión holística y de futuro para trazar el camino, y cintura y recursos para amoldarse a los cambios inesperados que se producirán con total seguridad.


Primeramente, has de temer a Dios, porque en el temerle está la sabiduría, y siendo sabio no podrás errar en nada

Evidentemente, la sociedad del Siglo de Oro se diferencia de la nuestra, entre otras cosas, por el peso de la religión en la vida de la ciudadanía.  Ahora podemos encontrar en una organización líderes que tienen una religión o líderes agnósticos;  pero en cualquier caso está demostrado que los líderes que han trabajado su faceta espiritual (por ejemplo, trabajando sus valores personales) están más capacitados para liderar de forma ética los equipos de trabajo. Y también está demostrado que los líderes éticos consiguen más reconocimiento y apego, lo que es bueno para ellos y para la consecución de los objetivos corporativos.


Lo segundo, has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso igualarse con el buey.

Don Quijote nos ofrece la secuencia perfecta: primero ten un marco de referencia sobre lo que está bien y lo que está mal, y segundo conócete.  Conocerse dentro de ese marco ético prediseñado es vital para tomar las mejores decisiones sobre sí mismo y sobre el equipo, porque ayuda a dibujar el tipo de relación que se establece entre el yo y el vosotros. El Análisis Transaccional ofrece herramientas sencillas para realizar este trabajo personal, si quieres acercarte a la teoría puedes echar un vistazo a Quiero ser feliz.


 Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores; y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio. Innumerables son aquellos que, de baja estirpe nacidos, han subido a la suma dignidad y desta verdad te pudiera traer tantos ejemplos, que te cansaran. Mira, Sancho: si tomas por medio a la virtud, y te precias de hacer hechos virtuosos, no hay para qué tener envidia a príncipes y señores, porque la sangre se hereda, pero la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.

Una reflexión que vale su peso en oro.  La experiencia nos demuestra que un líder que no esconde sus orígenes y no teme mostrar sus puntos de mejora (siempre que esté en proceso de mejorarlos, obviamente) gana credibilidad, establece lazos afectivos con las personas del equipo, genera orgullo de pertenencia al equipo y consigue en general que la vida sea más grata para sí y para los demás.  Y no olvidemos que los logros corporativos se alcanzan cuando las personas están en condiciones de dar lo mejor de sí.

Para hacer hechos virtuosos puede ayudar contar con una guía para establecer primero cuáles son mis límites y cuáles mis derechos como persona, que se puede aplicar después a la relación que se establece con las personas del equipo.  Si te apetece puedes echar un vistazo a 10 derechos de los seres humanos auténticos.


Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia, que las informaciones del rico. Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico, como por entre los sollozos e importunidades del pobre. Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia

A efectos de nuestro líder inmerso en su organización, solo tenemos que cambiar "rico" por "jefe" y "pobre" por "empleado", porque no nos referimos al estatus económico de las personas sino a su estatus jerárquico dentro de la organización.

Con este matiz es perfectamente aplicable el consejo. Un buen líder atiende las razones de las personas de su equipo y también las de su superior, e intenta encontrar la mejor forma de proceder contrastando ambas.  De hecho, un líder que es capaz de defender ante su propio jefe una postura de su equipo que esté bien argumentada gana credibilidad ante dicho equipo, lo que facilita las relaciones internas y la consecución de los objetivos.  Defender peticiones económicas justas, proponer promociones de personas preparadas, apoyar planteamientos novedosos,... son ejemplos comunes que fortalecen la figura del líder.


Anda despacio; habla con reposo, pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo, que toda afectación es mala.  Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago.

Calma, calma y autocontrol.  Dos virtudes básicas que un buen líder aplica a menudo en las más diversas situaciones como herramientas básicas para no dejarse llevar por las presiones externas o los impulsos personales.  Es una fórmula magnífica para observar / observarse y trazar la ruta de la mejora personal continuada, porque el autocontrol nos permite mantener la salud de todo el cuerpo en su sentido más lato:  salud corporal, sí, y también salud psíquica que se traslucirán en no afectación, en un bien-estar / estar bien que favorece la polinización del entorno más próximo:  más oportunidades de felicidad para el líder y para las personas que le acompañan en este recorrido vital.


En resumen, a través de estos consejos de Don Quijote acompañamos a Sancho en el proceso de aprendizaje continuo para desempeñar adecuadamente el rol de líder. Podríamos diseñar nuestro plan de mejora profesional teniendo en cuenta los siguientes ejes: 

 

1. Disponer de un mentor en los momentos críticos;

2. Saber gestionar la complejidad;

3. Mantener actualizado el marco ético;

4. Trabajar el autoconocimiento;

5. Mostrar con humildad los propios puntos de mejora;

6. Apoyar a cada persona del equipo y a éste en su conjunto;

7. Trabajar la calma y el autocontrol.


Si deseas alargar esta relación, tus aportaciones serán muy bienvenidas. ¿Te animas?


(Publicado anteriormente en Tendencias21)

10 de abril de 2025

Ligero de cargas

Ha caído en mis manos una preciosa fábula que comparto contigo:

Dos monjes budistas se encontraron con una mujer muy hermosa en la orilla de un río.  Al parecer, la chica no se atrevía a cruzarlo por miedo a caerse en el agua.  Sin dudarlo, uno de los monjes la subió sobre sus hombros y la llevó hasta la otra orilla.

El otro no dijo nada, pero se puso furioso.  Lo que había hecho su compañero estaba prohibido:  un monje budista nunca debe tocar a una mujer.

Tras recorrer en silencio varios kilómetros y entrar en el monasterio, el monje que estaba enfadado se volvió hacia el otro y le dijo: Tendré que decírselo al maestro. Lo que has hecho está prohibido.

El otro, desconcertado, le preguntó: Pero, ¿de qué hablas? ¿a qué viene todo esto?

Atónito, el monje enfadado le recriminó: ¡Has llevado a esa hermosa mujer sobre tus hombros!

El otro, con mucha compasión, miró a su compañero y le dijo:  Cierto.  Yo la he llevado, pero la he dejado en la otra orilla del río. Sin embargo, tú todavía la sigues llevando a cuestas.  Aligera tu carga y podrás contemplar el bien.

¡Cuán a menudo nos ocurre!  Nos fijamos en lo que ha hecho una persona porque de alguna forma nos molesta, y a menudo no paramos de darle vueltas y vueltas o directamente reprochárselo.

No reparamos en que darle vueltas y vueltas no lleva a ninguna parte:  ocupamos las neuronas en algo que no podemos modificar y que no nos hace sentir bien, ¿qué sentido tiene?

Podemos, también, reprochar a esa persona su comportamiento "punible". Aparentemente ello servirá para que recapacite y modifique. ¿Seguro? ¿Qué sé yo de sus prioridades, de su marco ético, de su círculo social, de sus aspiraciones, etc. etc.? ¿Quién me ha dado derecho a erigirme como maestra sin ninguna petición por su parte y sin conocer prácticamente nada sobre su vida? Es casi seguro que su respuesta no sea exactamente la que yo espero, así que tampoco voy a aliviar el malestar que he sentido ante su comportamiento.

¿Qué tal me iría si, de vez en cuando,  en lugar de reprochar  me centro en averiguar por qué me ha molestado tanto lo que ha hecho? Es probable que descubra algo sobre mí que me ayude a diseñar un plan de automejora aplicable en diferentes contextos.

Mejor aún, en cuanto empiece a poner en marcha ese plan de automejora iré descubriendo diferentes formas de comprender la conducta ajena, de relacionarme, de implicarme o inhibirme en función de mi propia posición en ese momento... con lo cual mi nivel de bienestar psíquico irá mejorando paulatinamente.  

Y tiene además una gran ventaja añadida:  cuanto mejor me conozco mejor puedo relacionarme, y ello me ayuda a ir construyendo relaciones positivas para mí (me siento bien) y para los demás (es una persona de ésas que llamamos buena gente buena).  

Por si quieres echar un vistazo a alguna de las muchas formas en que puedes organizarte un plan de automejora, aquí te dejo un ebook sobre Psicología Positiva y Ética y algunas maneras de revisar tus comportamientos en base al Análisis Transaccional, como  Lágrimas en la cocina o Quiero ser feliz. Que los disfrutes 😀.

14 de enero de 2025

Empresas: dos zancos para bailar

 Por favor, mira este minivídeo y luego sigues leyendo: 



El baile de los zancos que se celebra anualmente en Anguiano (la Rioja, España) es antiquísimo;  de hecho, ya se mencionaba en crónicas escritas en 1603.  Y, a pesar de su vetustez, puede ser un precioso ejemplo para que reflexionemos sobre algo que ocurre en nuestra sociedad actual:

Aunque resulta difícil de entender, tenemos alguna gente en el gobierno que no ha comprendido algo tan sencillo como el funcionamiento de una empresa:  tanto el empresario como los empleados tienen necesariamente que acordar entre sí cómo van a funcionar como un solo conjunto, por el motivo elemental de que un empresario sin empleados no puede llevar a cabo su proyecto, y unos empleados sin empresario no podrán conseguir sus fines particulares (entre ellos, aunque no el único, asegurarse un salario adecuado).

De ello se deduce que :
  • si un empresario abusa de su poder de decisión pronto se encontrará con resistencias diversas por parte de los empleados (y, por ende, mayores dificultades para conseguir los objetivos corporativos y su consecuente repercusión en los resultados);

  • si los empleados abusan de su poder como grupo de presión, pronto se encontrarán con resultados indeseados, desde sanciones hasta despedidos, cierre empresarial, etc.
Eso significa que la salud de la empresa depende del equilibrio de poder que se establezca entre ambas partes.  Así que vamos a ver cómo se organiza el baile de los zancos para tomarlo como referencia a seguir en la empresa 😉.

  1. Los preparativos: el bailarín está provisto no solo de zancos: también dispone de almohadillas para amortiguar los golpes, cuerdas para asegurar la sujeción, vestuario especial que le diferencia de la multitud y le da identidad de grupo... y otro detalle importante:  una persona mayor que él y más experta en la materia le asegura los zancos de la forma más conveniente de acuerdo con las experiencias previas.  Y todos ellos tocan castañuelas.

  2. El baile: a tener en cuenta diversos factores:
    • la irregularidad del piso en el que se ejecuta la danza;
    • la necesidad de que los danzantes vayan acompasados entre sí;
    • la música especial que les acompaña;
    • los espectadores, atentos y bien predispuestos a premiar la ejecución;
    • unos cuantos hombres espectadores están en primera fila por si fuera necesario atender a algún danzante.

  3. La salida: los danzantes precalientan antes de lanzarse a la cuesta, y comienzan a bajar de uno en uno;

  4. La llegada: el público agrupado al final de la cuesta acoge a cada uno de los danzantes y lo mantiene hasta que se estabiliza.
Parece ser que éste sería el proceso:



¿Podrían los danzantes realizar su espléndida danza con un solo zanco?

Dos zancos para bailar:  empresario + empleados unidos y apoyándose mutuamente para lograr el objetivo final.

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¿Quieres ver el vídeo completo?  Está aquí



2 de enero de 2025

Lentejas o adulación

Un día estaba Diógenes sentado en el umbral de una casa cualquiera y comiendo un plato de lentejas.

No había en toda Atenas comida más barata que las lentejas.

Dicho de otra manera, comer un guiso de lentejas era definirse en estado de gran precariedad y necesidad.

Pasó un ministro del emperador y le dijo:

- ¡Ay, Diógenes! Si aprendieras a ser más sumiso y a adular un poco al emperador, no tendrías que comer tantas lentejas...

Diógenes dejó de comer, levantó la vista y, mirando profundamente al adulador interlocutor, le dijo:

- ¡Ay de ti, hermano! Si aprendieras a comer algunas lentejas, no tendrías que ser sumiso y adular tanto al emperador.

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Quizás Diógenes tenga razón.  Y si yo me planteo...

  1. Sacar más partido a lo que tengo, podría sencillamente ser más feliz;
  2. No luchar por conseguir lo que no necesito, podría rebajar los niveles de tensión;
  3. Sacar provecho a lo sencillo, probablemente podría ayudarme a estar mejor.
Estas reflexiones que suelen hacerse periódicamente pueden servir para revisar nuestros comportamientos rutinarios, porque  es casi seguro que encontramos alguno mejorable. 



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