11 de noviembre de 2020

El antropocentrismo nos está matando... a todos


Una vez más nos encontramos ante la tesitura de masacrar miles y miles de animales no humanos o permitir que una pandemia merme a los animales humanos. En esta ocasión se ha decidido eliminar millones de visones criados en granjas.


Es fácil de entender que las autoridades sanitarias, como la OMS, recomienden diferentes medidas para protegernos de los peligros de la zoonosis. Lo que ya cuesta más de aceptar es que hemos llegado a esas situaciones de riesgo por nuestro empecinado antropocentrismo:  estamos convencidos de que somos los reyes de la naturaleza, podemos utilizarla a nuestra conveniencia y cualquier decisión que nos favorezca como especie se acepta sin discusión.


En el caso concreto de los visones (obviamente podríamos hablar de muchísimos otros animales) nos permitimos torturarlos de diversas formas para satisfacer "necesidades" tan básicas como mostrar estatus social, estar a la última, lucir un  bello cuerpo adornado con bellos aditamentos… sin querer reflexionar ni por un momento en qué posición queda nuestro sentido de la ética.


anima naturalis explica que las condiciones de vida de las granjas peleteras para los animales obligados a vivir allí son desastrosas: o bien permanecen aislados o hacinados en estrechas jaulas metálicas, en naves cubiertas o a veces expuestos a las inclemencias del tiempo. Los animales están estresados (los visones son animales solitarios que se estresan mucho con el hacinamiento), y el aburrimiento y falta de estímulos los hacen automutilarse (mordiendo sus patas o colas), y también que, en las granjas peleteras, los animales son muertos de manera tal que su piel no resulte perjudicada. Por ello, son usualmente gaseados o electrocutados por vía bucal, anal o vaginal; o también son desnucados. Por el ritmo frenético de la granja, muchas veces los animales ni siquiera están totalmente muertos cuando son despellejados. Los restos de su cuerpo son vendidos a la industria cárnica de alimento para perros y gatos, o para la fabricación de abonos.


Una vida horrible seguida de una muerte horrible.  Para que unos cuantos animales humanos se vean guapos y todos los demás lo consideremos normal.   Y cuando no nos conviene -  por razones de seguridad de los animales humanos - continuar con esa tortura decidimos exterminar a cuantos animales no humanos sea preciso.

 


 
Según Amérigo,  existen personas antropocéntricas que centran su énfasis en lo humano y consideran a la naturaleza desde una perspectiva de control y utilidad; personas biosféricas que parecen preocupados por la contaminación de la naturaleza y que destacan características intrínsecas de la misma y, finalmente, personas apáticas, poco implicadas en las cuestiones medioambientales.  De acuerdo con esta definición, parece bastante claro que el conjunto personas antropocéntricas + personas apáticas están provocando que el entorno natural se degrade a pasos agigantados.


de Waal, por su parte, argumenta que si bien es cierto que los animales no son humanos, es igualmente cierto que los humanos son animales.  La resistencia ante esta sencilla pero innegable verdad subyace en la  resistencia frente al antropomorfismo.  He definido esta  resistencia como antroponegación: el rechazo a priori de características compartidas entre humanos y animales.  La antroponegación denota una ceguera voluntaria hacia las características humanas de los animales tanto como a las característica animales de los humanos.


Seguramente las personas biosféricas están de acuerdo con Riechmann: los seres vivos son dignos de consideración moral en virtud de que poseen intereses en la medida en que tienen un bien propio, y también con Mosterín:  Cada especie animal tiene su tipo de bienestar, lo que Aristóteles llamaba su bien.  Este bienestar depende de condiciones objetivas (sus intereses) que determinan su supervivencia, su salud, su ausencia de dolor y el despliegue de sus capacidades y actividades características.  


Marta Tafalla abunda en el tema argumentando que nuestra civilización se resiste a tomar conciencia del ecocidio que estamos cometiendo, pero, cuando lo hace, se centra en el calentamiento global y en sus consecuencias para la humanidad.  Mucha menos atención recibe el exterminio global de especies de fauna y flora. Nos hemos encerrado en una burbuja antropocéntrica que niega el vínculo con el resto de seres vivos, pero eso solo ha servido para fomentar la ignorancia y el egoísmo que amenazan con destruir la biosfera.  Necesitamos salir de la burbuja y reconocernos como animales ecodependientes.


Por eso, Chaverri Súarez expone que  corresponde a la bioética ocuparse de la relación responsable entre el hombre y los animales, en donde el bienestar animal debería ser prioridad para visualizar a los animales como dignos de ser objeto de consideración moral y de derecho.


Tal como explica Burroughs,  al estudiar la naturaleza, lo importante no es tanto lo que vemos sino cómo interpretamos lo que vemos.  ¿Llegamos al verdadero significado de los hechos? ¿Sacamos las conclusiones correctas?  El hombre observó los fósiles en las rocas durante muchos años antes de llegar a la conclusión acertada.  Lo mismo ocurre con cientos de otras cosas en la naturaleza y en la vida.


Urge que escuchemos a científicos, filósofos y otros animales humanos que nos aportan conocimiento para enderezar el rumbo:  la ética más elemental y el dramatismo de la destrucción actual de la naturaleza  debería impelernos a respetar a los animales.



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Referencias

Amérigo, M. (2009):  Concepciones del ser humano y la naturaleza desde el antropocentrismo y el biosferismo. Medio Ambiente y Comportamiento Humano 2009,10(3), 217-234. SSN 1576-6462.

Burroughs  (2018):  El arte de ver las cosas.  Errata naturae, Madrid.

Chaverri  Súarez, F. (2011):   Bioética animal: antropocentrismo y otras reflexiones. Praxis 66 - Enero-Julio.

de Waal, F. (2019):  Primates y filósofos, la evolución de la moral del simio al hombre. Paidós Transiciones.

Mosterín, J.  (2008):   Lo mejor posible: Racionalidad y acción humana.   Grupo Anaya Publicaciones, Colección Alianza Ensayo.
 

 Riechmann, J.,  (2000): Un mundo vulnerable. Madrid. Catarata.

Tafalla, M. (2019):  Ecoanimal. Una estética plurisensorial, ecologista y animalista.
Plaza y Valdés .   


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Noticias en medios:
•    anima naturalis: Animales para vestir

•    Redacción, noticia en BBC  News Mundo: Coronavirus en España: el sacrificio de casi 100.000 visones con coronavirus (y las dudas sobre cómo se contagiaron)

•    Redacción, noticia en Infocielo: Dinamarca sacrificará 17 millones por el Covid

•    Sánchez, E.  noticia en El País: En España se crían 750.000 visones en 37 granjas


 

6 comentarios:

  1. Miguel Foraster13/11/20

    racias, Edita. Todo lo que dices es verdad, apoyado con un sólido
    argumentario y bibliografía. Y es muy triste. Los humanos ejercemos un
    dominio despótico sobre la parcela del Universo que deberíamos cuidar,
    actuando como garantes de su integridad. Con este proceder,
    contribuimos al aumento de la entropía del planeta Tierra, de forma y
    manera que lo acercamos a su inhabitabilidad, tanto para los humanos,
    como los animales y plantas. Algunos dicen que el planeta Marte algún
    día del pasado fue habitado por seres vivos, afirmación que sustentan
    en los hallazgos geográficos y geológicos que, según las
    investigaciones, son compatibles con una atmósfera y con la
    circulación de líquidos como podría ser el agua. Np se sabe porqué la
    entropía del planeta Marte aumentó tan desmesuradamente hasta
    corresponderse con lo que ahora luce, un planeta calcinado. El ejemplo
    del planeta Marte no sirve para los humanos acerca de cuál es el
    efecto del aumento desmesurado de la entropía de un sistema cerrado,
    como es la Tierra. Sin embargo, de forma inexorable, el dominio
    arbitrario de los humanos sobre la Tierra, los otros humanos, los
    animales, las plantas y la superficie terráquea, lleva al camino de la
    autodestrucción de la Tierra tal y como la conocemos. La causa
    subyacente podrá encontrarse en la pérdida de los valores éticos,
    dejando de lado los dimanantes de la Moral o la Religión, desconocidos
    por la población en general que los ha sustituido por una “moral de
    situación líquida”, que se acomoda al momento vivido sin más, sin
    ningún fundamento sólido. La Humanidad quiere ir al planeta Marte,
    aunque es posible que no sea necesario ya que el aumento desmesurado
    de la entropía del sistema hará que la Tierra llegue a ser como el
    calcinado planeta Marte. Un saludo

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    1. Muchísimas gracias, Miguel, por tus profundas reflexiones y por apoyar esta nuestra postura común. Un abrazo

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  2. Susana Isabel Fernández Capittini14/11/20

    Una atrocidad amiga, una atrocidad sin límites

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  3. MARTA TAFALLA tiene una interesante tesis sobre nuestra relación con las demás especies."La apreciación estética de los animales. Consideraciones estéticas y éticas"REVISTA DE BIOÉTICA Y DERECHO, NÚM. 28, MAYO 2013, P. 72-90.
    Un saludo y felicidades por el blog. No creo que haya tarea más importante ni revolucionaria que la de difundir el mensaje animalista.

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    1. Conozco, aprecio y admiro el trabajo de Marta Tafalla, he leído casi todo lo que ha escrito y formó parte del tribunal de mi tesis doctoral :)
      Muchas gracias por tus ánimos y tu valiosa compañía, Luisa :)

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