6 de mayo de 2014

Nuestra pérdida de sabiduría

¿Qué ha de aplicar una organización: virtud, o reglas e incentivos?

He topado con un vídeo de TED que me  ha encandilado por la profundidad  de su contenido bajo una capa sencilla:  nuestra pérdida de sabiduría, de Barry Schwartz. 


Barry Schuwartz 
Como he imaginado que no sólo me ha gustado a mí, he paseado un poco por la red y enseguida he encontrado este excelente post en Humanismo y Conectividad, que recomiendo.

Y aquí cuelgo el vídeo de TED con subtítulos en castellano, por si alguien lo encuentra más cómodo.

Si has visitado el post que sugiero has podido leer el excelente resumen que hace Andrés Schuschny (@schuschny), así que yo voy a limitarme a hacer una reflexión sobre la diferencia que Schwartz hace entre la responsabilidad y la conveniencia.

Preguntarse "¿cuál es mi responsabilidad?" o "¿Qué me conviene?" nos lleva a comportamientos muy diferentes. La segunda pregunta ha llevado a muchas organizaciones al lucro a corto plazo, con las consecuencias que todos conocemos: depredación, despidos, cierre, empobrecimiento social...

En cambio, la pregunta "¿cuál es mi responsabilidad?" encamina a la organización hacia un posicionamiento más respetuoso con todos los stakeholders y genera comportamientos virtuosos que involucran a las personas:  si los líderes de la organización cuentan con un buen bagaje ético, estarán atentos y predispuestos a premiar comportamientos de todos los partícipes que involucren a las personas. Y en este contexto no hace falta, efectivamente, dictar reglas rígidas y diseñar incentivos, puesto que las personas deseamos movernos por principios éticos que nos permitan seguir creciendo como personas.  Utilizando la frase feliz de Schwartz, las personas queremos permiso para ser virtuosas.

Considero que este enfoque va más allá de redactar un código ético, aunque siempre puede ayudar;  cuando las personas han interiorizado que la organización fomenta los comportamientos virtuosos, y además tienen el mejor modelo en los líderes de la propia organización, el código ético que se aplica en las relaciones de trabajo va más allá de lo expuesto en un documento oficial:  es el hacerlo bien porque hay que hacerlo bien, la colaboración mutua para el logro del bien común, la integración de los partícipes para el beneficio de todo el sistema...

"Todos los trabajos en que haya de relacionarse con personas son trabajos morales, y todo trabajo moral depende de la sabiduría práctica", la que aplicamos las personas cuando se nos permite movernos en un entorno virtuoso.

En eso estamos, poco a poco pero afortunadamente cada vez más organizaciones.  La ética va recuperando el protagonismo que no debería de haber perdido.  Poco a poco nuestras organizaciones serán cada vez más virtuosas, y, con ellas, la sociedad un poco más justa.

6 comentarios:

  1. Anónimo6/5/14

    Ya hace falta ponerle un alto al "todo vale" y al "tonto el que no se aprovecha" que han campeado durante tiempo, demasiado tiempo. El camino que queda por delante es largo pero pasito a pasito se puede conseguir. Siguiendo el dicho: "Zamora no se ganó en una hora" ¿no?
    Del video de Barry Schwartz en Ted me gustaría resaltar lo de: "no se necesita genialidad para ser sabio pero sin sabiduría la genialidad no es suficiente". Da que pensar ¿verdad?
    Gracias Edita por apostar por los valores y compartirlo. Un abrazo.

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    1. Gracias a ti, Alicia, por tus reflexiones y por leer mi entrada. Un abrazo

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  2. Anónimo7/5/14

    Pienso que una Organización- ha de aplicar el objetivo- para iniciar la IDEA. M. Pallares...

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    1. Gracias por tu aportación, Maria. Has sido tan concisa que no estoy segura de haberte comprendido del todo...

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  3. Las normas no suelen utilizarse para servir mejor, sino para protegerse mejor. Es el miedo quien las hace crecer, y es el miedo quien nos paraliza.
    No se puede controlar totalmente el caos que cada uno y cada grupo es a base de reglas que asfixien la creatividad de cada individuo y todo lo que el mismo puede dar de si (aunque también pueda dar errores que deben corregirse como parte del proceso de aprendizaje).
    Para que COSAS MALAS NO OCURRAN, no podemos poner normas que impidan que COSAS BUENAS SI OCURRAN. Creo que nos perdemos más cosas buenas de las que sería razonable perderse.
    La sabiduría debiera ser un concepto ligado al deseo del ser humano de ser, cada día, más autoconsciente y más razonablemente feliz (no poniendo la felicidad en cosas absurdas).
    Gracias por el artículo y el video Edita.
    Iñaki

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  4. Gracias a ti por leerlo, Iñaki, Estoy muy de acuerdo con tu reflexión :-)

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