8 de agosto de 2016

La lentitud y la técnica del sándwich

Supongamos que te identificas con la conejita:  seguro que te has visto en una situación así en más de una oportunidad:



En función de tu propio ritmo vital estarás más o menos a gusto hablando con una persona lenta.  He visto a personas escuchar atenta y respetuosamente, y también a otras interrumpiendo, marchándose, atropellando al interlocutor, acabándole las frases, consultando el móvil mientras el interlocutor acaba la frase... un montón de reacciones distintas.

¿Cuál es la buena reacción? 

No existe una respuesta adecuada a esa pregunta.  Depende del punto de vista desde el que se mire. ¿Qué vamos a priorizar? El respeto, el autocontrol, la consolidación de la relación, la empatía, la agenda, mis necesidades del momento... o muchas otras variables que no vamos a enumerar.

En líneas generales, podemos decidirnos por una de estas dos posibilidades:

Deseo mantener relaciones con esa persona, ahora y a medio plazo.  Muy bien,  relajémonos; vamos a practicar el autocontrol, la paciencia y la escucha activa.  Está claro que hemos de tener cierta práctica previa, pero en este momento en concreto conviene utilizar las habilidades conseguidas.  En esencia, se trata de esforzarnos para que la persona en cuestión se sienta escuchada y reconocida como persona, con su ritmo y sus peculiaridades.


Esta postura tiene la ventaja de que conseguiremos establecer una buena relación, cosa que nuestro interlocutor no suele conseguir con frecuencia.  Es de suponer, pues, que apreciará nuestro comportamiento y actuará en consecuencia.

No tengo especial interés en mantener relaciones con esa persona a medio plazo.  En ese caso vamos a sopesar cuál es el mínimo esfuerzo que he de hacer para no molestar a mi interlocutor y a la vez no dedicarle más tiempo del estrictamente necesario.


Ésta es la postura más delicada, porque cuánto esfuerzo es adecuado dedicar en estas ocasiones es algo subjetivo:  no depende únicamente de mis intenciones respecto a la relación con esa persona;  entran en juego  - consciente o inconscientemente -  aspectos como:

  • mis principios éticos, 
  • mis modales sociales, 
  • mi generosidad hacia mis semejantes, 
  • la importancia que concedo al qué dirán,
  • lo bien o mal que me haya caído esa persona;
  • etc.   

En este caso, normalmente funciona muy bien la "técnica del sándwich",  pan - contenido principal - pan; es decir, un mensaje estructurado en tres trozos: a) una frase cortés, b) mi mensaje para cortar la conversación  c) una frase cortés.  

Si la conejita del vídeo hubiera utilizado esta técnica, posiblemente hubiera dicho algo como: "Aprecio mucho el conocimiento que tienes para obtener información valiosa; lo que ocurre es que en este momento estoy resolviendo una urgencia policial y tengo que salir de aquí ahora mismo; ¿verdad que me darás esa info lo más rápido que puedas? Confío en tu competencia para hacerte cargo de mi situación".

Realmente no tenemos nunca la certeza de que esta técnica (u otra cualquiera) vaya a funcionar, puesto que las personas gestionamos tantas variables simultáneamente que es imposible adelantarse a las reacciones del interlocutor.  Pero, en líneas generales, la reacción suele ser favorable si nuestra argumentación se basa en el respeto y la asertividad.

En cualquier caso, y si no conseguimos nuestros propósitos de acortar la situación, siempre nos queda el recurso de hacer como los perezosos de Costa Rica:



Quién sabe, quizás nos hayamos encontrado en una situación así para que tengamos la oportunidad de apreciar la vida a su ritmo natural, desposeída de esas prisas que nos corroen las entrañas...

¿Qué haces tú cuando te ves en una situación parecida a la de la conejita?

14 comentarios:

  1. Valentín Colomer11/8/16

    Buenísima analogía. Gracias una vez más por compartir un excelente artículo, Edita
    Valentín Colomer

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    1. Muy agradecida por tu apreciación, Valentín Colomer :-)

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  2. Marta Robleda Palacio11/8/16

    Buena reflexión Edita, gracias! Me temo que nos hace falta mas paciencia a tod@s
    Marta Robleda Palacio

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    1. Estoy muiy de acuerdo, Marta. Te agradezco el tiempo y el interés que has dedicado al artículo :)

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  3. Cristina Rubio27/8/16

    Paciencia y respeto caminando de la mano en este recomendable post.
    Cristina Rubio

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    1. Muchísimas gracias, Cristina, aprecio tu tiempo, tu interés y tu compañía :-)

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  4. Excelente analogía Edita!.
    Creo que toda comunicación basada en el respeto y la asertividad siempre conducirá a una buena reacción.

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    1. Agradezco mucho tu interés, amable desconocid@ :-)

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  5. Mar Sanz30/8/16

    Gracias Edita!!!, me ha encantado la analogia q estableces. Y como indicas en tu articulo, ser respetuoso y asertivo con el interlocutor siempre es una buena opcion

    Mar Sanz

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    1. Sabía que estarías de acuerdo, Mar, porque respeto y asertividad son dos de las cualidades que te caracterizan. Muchas gracias por tu interés.

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  6. Paco Martínez Losa30/6/20

    Mostrar respeto y asertividad, grandes cualidades... pero bendita la paciencia :)

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    1. Así es, Paco :)
      Gracias por leer el artículo

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    2. Raul del Brío Galindo1/7/20

      Magnífico artículo, Edita, uno de mis grandes áreas de mejora

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    3. Muy agradecida por tu apreciación, Raul :)

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