13 de enero de 2015

Jugando al escondite

A propósito de la transparencia y de las relaciones transparentes en el ámbito de las organizaciones
Eloy Tizón, con su prosa ágil y cautivadora, nos explica en su artículo "Exceso de confianza"  qué tipo de relaciones mantenían Tolstói y su esposa, al menos en el ámbito de la comunicación.  Se trata de un artículo publicado en Telva (no he sido capaz de encontrarlo en las redes, lo siento). 

Tizón nos explica cómo la pareja Tolstói urdió una trama de comunicación complicadísima, rocambolesca... y patológica.  Estoy segura de que vivir en ese entorno debía de ser un verdadero infierno.  He aquí un fragmento del artículo:



¿Qué te parece?  A mí, que en el fondo es una tragedia y en la forma una comedia.  Es una de esas situaciones que - vistas desde fuera -  provocan una sonrisa por el ajetreo y el sigilo que conlleva,  como el juego del escondite, pero si nos molestamos en mirar, no solo ver, descubrimos una serie de carencias capaces de diseñar un escenario castrante y directamente enfocado al fracaso.


 Estoy viendo mentalmente los tejemanejes de Sonia y León y no puedo por menos de compararles con dos personas que trabajan juntas en una organización. Me imagino a León en posición de "jefe" y a Sonia en posición de "empleada".

El jefe tiene información reservada que decide no compartir, o compartir parcialmente, o compartir previa criba, en función de sus propios intereses y olvidándose de las necesidades de la organización.

La empleada necesita información para poder ajustar sus comportamientos a lo deseable en esa organización, por lo que decide buscar dicha información a cualquier precio:  vale invadir la intimidad del jefe, vale lanzarle improperios de forma indirecta, vale ponerle en situaciones complicadas ante terceros...

Y uno y otra han caído en ese juego perverso de acecho, persecución y trampas varias. En un escenario así, los jugadores acaban necesariamente maltrechos, con la autoestima serialmente dañada y sentimientos de rencor, frustración, impotencia y revancha. Los especialistas en Análisis Transaccional   lo denominan posición yo estoy mal - tú estás mal. 

Obviamente, la organización también queda seriamente dañada.  Las personas que  se dedican  al juego yo estoy mal - tú estas mal carecen de energía, tiempo y predisposición para ocuparse de otra cosa, por lo que los objetvos corporativos quedan relegados sine die.

Situaciones así son relativamente frecuentes en las organizaciones, con diferente intensidad y diferente frecuencia.  Pero en todos los casos tienen un origen común:  la persona que asume el rol de jefe no puede / sabe / quiere establecer pautas de comunicación que respeten las necesidades de las personas y las de la organización simultáneamente. 

Por eso es tan importante que la organización se asegure de que sus jefes no solo tengan un adecuado bagaje técnico:  qué valores rigen su comportamiento, qué capacidad de relación han desarrollado, qué grado de empatía han conseguido, son factores más importantes que el know how que puedan aportar:  los conocimientos se adquieren o se compran y además son perecederos , pero el perfil de personalidad se tiene que desarrollar  y mejorar a lo largo de los años y es intransferible:  mejor asegurémonos de que nuestros jefes están en ese proceso de mejora continua. 

¿Conoces alguna forma mejor de que la organización sea eficiente y respetuosa y, por lo tanto, se consolide a medio - largo plazo?

(Entradas relacionadas: Introducción al ATUn problemilla de comunicación ,   Comunicaciones embalsadasEl bosón de Higgs y las personas , Liderazgo, valores y éxito , Equipos, huella pétrea , Equipos, huella ambarina , Equipos, huella líquida)

14 comentarios:

  1. Es triste ver que, tanto en el caso de Tostói y esposa, como en el caso del jefe y empleada, la falta de comunicación es capaz de enredarlo todo y abocar a situaciones inimaginables. Situaciones simples de base que se convierten en verdaderos caos conspirativos y absurdos. ¿Qué tal un poco de hablar y escuchar como antídoto?
    Gracias Edita por el post, me reservo la anécdota de León y Sonia para aplicarla como caso de no comunicación supina. Un abrazo.

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    1. En realidad León y Sonia SÍ se comunican, lo que ocurre es que lo hacen de una forma enfermiza. Seguro que si hubieran tenido oportunidad de mejorar su comunicación hubieran sido más felices y más coherentes con las idílicas imágenes descritas por León en "Felicidad conyugal".
      Muchas gracias por leerme, Alicia :-)

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  2. Anónimo14/1/15

    Edita, me ha hecho mucha gracia la historia de los 3 diarios, ese número mágico que yo asocio con la comunicación, y que tanto me gusta, sin menosprecio alguno por el 5, el 8, el 13, el 2 y el 1. 3 diarios y la referencia al Análisis Transaccional, ese cachito del saber, del conocimiento del hombre y sus relaciones, que no excluyen a la mujer, en el que estoy introduciéndome este año, en el teléfono de la esperanza (ellos lo utilizan como el primer peldaño del autoconocimiento). Me acuerdo de la última dinámica que hemos realizado, ejemplificando las figuras del Salvador, de la Víctima y del Perseguidor, y de la conciencia de que todos tenemos un poco de esas 3 figuras. En tu relato, los dos, Tolstoi y Rebeca (su esposa), que en el texto aparece como Sonia, tienen un buen cacho de perseguidor. Un cacho grande. Algo que es común en la figura de muchas personas en puestos directivos, qué le vamos a hacer.

    Pienso en lo que acabo de escribir, y tengo una respuesta. Seguir escribiendo, como escribes, y aportar un poco de luz, y de conciencia, en nuestro comportamiento de todos los días, también en el trabajo y en las organizaciones con las que colaboramos. Muchas gracias, Edita, por tu luz. Un regalazo.

    Un abrazo, Mikel

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    1. Me alegro mucho de que te haya gustado el artículo, Mikel, y de que estés familiarizándote con el Análisis Transaccional. Yo lo aplico hace años en contextos corporativos y los resultados son espléndidos.
      Te agradezco todos tus comentarios y aportaciones. Abrazote

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  3. Blanca Sánchez R.15/1/15

    Edita al leer tu artículo no he podido remediar que me viniera a la cabeza esa canción tan famosa de Cecilia, que nos habla de una relación de pareja fría y distante, aburridos en un todo, en la cual de una forma u otra ambos vivían en una rutina sin sentido y donde ambos guardaban un secreto.

    Quién la escribía versos dime quién era? ......
    Quien la mandaba flores por primavera?
    Quien cada 9 de Noviembre, como siempre sin tarjeta
    la mandaba un ramito de violetas? .....

    https://www.youtube.com/watch?v=o1UhzRO-S60

    Es curioso lo que cuesta en las empresas ofrecer sinceridad, es probable que la misma sea considerada como un punto de debilidad y curiosamente hoy en día nadie quiere aparentar ser débil.

    Blanca Sánchez R.

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    1. Me ha encantado la asociación que has hecho, Blanca, yo también cantaba esa canción :-)
      Respecto al binomio sinceridad / debilidad, conozco más de un caso, sí, esperemos que sean situaciones cada vez menos frecuentes....
      Muchas gracias por leer el artículo, Blanca

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    2. Blanca Sánchez R.17/1/15

      Gracias a ti Edita, leí el artículo con mucho agrado.
      Asociar los comportamientos que se producen en las empresas con los comportamientos de pareja o de la sociedad en general es sencillo, porque si bien es cierto que la tecnología ha avanzado mucho en los últimos años no ha sido así con respecto a los comportamientos humanos, ya sean de Directivos o del resto de personas que componen una empresa.
      Sota, Caballo y Rey? :)
      Dicen que en las relaciones incluso las que se producen en las empresas, cada uno recibe lo mismo que siembra, en ocasiones sería discutible.

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    3. Estoy de acuerdo contigo, Blanca, en que las personas lo somos en cualquier entorno en que nos movamos, tanto en la empresa como en la familia: nuestros rasgos de personalidad y nuestros modelos de interrelación no cambian sustancialmente. Por eso es tan importante tener en cuenta a la persona cuando se habla de gestión de empresa.
      Muchas gracias por todas tus reflexiones :-)

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  4. Luis Alfredo Antonio Pierri21/1/15

    Edita, muy interesante artículo el que desde ya recomiendo, pues llama a la reflexión. Recibe mis cordiales saludos. Luis.

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    1. Muchísimas gracias, Luis, te agradezco mucho que leas mis artículos :-)

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  5. Eloy Tizón27/7/15

    Me ha gustado mucho tu post. ¡Enhorabuena!
    Me siento muy honrado de que me cites.

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    1. Es un verdadero placer leerte, me cuentas entre tu legión de lectoras habituales. Un abrazote

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  6. Yolanda González Silva13/8/21

    Magníficamente plasmada la realidad de algunas organizaciones y de algunos jefes.Gracias, Edita. Confianza es lo que yo hecho de menos en esas conductas. Confianza en los demás y antes en uno mismo

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    1. No puedo estar más de acuerdo. Muchas gracias, Yolanda :)

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