Noilamgip: Pigmalión al revés. ¿Es tu jefe un Pigmalión al revés?
:-) Está demostrado científicamente que el abejorro no puede volar. Es así porque la superficie de sustentación de las alas es muy pequeña en comparación con la superficie del abejorro, y, sobre todo, porque no se cumple el operador de Joukovski para el perfil aerodinámico. Pero como el abejorro no sabe todo eso... ¡vuela igual!
:-) Está demostrado científicamente que el abejorro no puede volar. Es así porque la superficie de sustentación de las alas es muy pequeña en comparación con la superficie del abejorro, y, sobre todo, porque no se cumple el operador de Joukovski para el perfil aerodinámico. Pero como el abejorro no sabe todo eso... ¡vuela igual!
Esta divertida frase que me ha llegado inopinadamente me ha hecho reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos para con las personas de nuestro equipo.
Conozco responsables de equipo que utilizan el "efecto Pigmalión" para gestionar mejor los comportamientos y obtener buenos resultados. Lo considero un planteamiento válido porque parte de la idea yo gano - tu ganas: la persona objeto de este enfoque, la responsable del equipo y la propia empresa.
Podemos ver aquí un ejemplo familiar que se puede extrapolar perfectamente al ámbito profesional:
Podemos ver aquí un ejemplo familiar que se puede extrapolar perfectamente al ámbito profesional:
¿Y que pasa cuando aplicamos el efecto Noilamgip? Imaginemos el caso de una persona que alcanza los objetivos, se relaciona adecuadamente, muestra comportamientos positivos, etc., y forma parte de un equipo cuya persona responsable acostumbra a tratarla con menosprecio, desdén, la minusvalora, la ignora, no acepta sus aportaciones, critica habitualmente sus resultados, y, en una palabra, hace (consciente o inconscientemente) cuanto está a su alcance para amargarle la vida.
¿Qué pasa entonces? Si el efecto Pigmalión favorece el crecimiento, podríamos decir que el efecto "Pigmalión a la inversa" favorece la desmotivación, el recelo, el desapego, la tensión negativa, el temor, etc., etc.
Sí. Sí, pero...
En muchas ocasiones es así, exactamente. Pero no en todas. Si yo tengo la desgracia de tener que relacionarme con un jefe así, puedo intentar modificar la situación. No estoy diciendo que sea fácil, pero lo puedo intentar y en bastantes ocasiones funciona. Voy a demostrar a mi jefe, con cortesía pero con determinación, qué tipo de trato acepto y qué tipo de relación quiero establecer. Lo habitual que es que se sorprenda y después reflexione; puede luego pedir disculpas, establecer un pacto, modificar el comportamiento sin hacer comentarios... incluso puede continuar como hasta la fecha, pero es frecuente que se produzcan pequeños cambios en la relación que poco a poco van a ir mejorando la convivencia.
Eso ocurre porque cada cosa que digo y cada cosa que hago está lanzando a los demás (también a mi jefe) mensajes sobre cómo quiero que se me trate, qué acepto y qué rechazo, de qué forma se pueden establecer conmigo las relaciones interpersonales.
Si tienes un jefe Noilamgip puedes plantearte la posibilidad de probarlo.
Es probable que te funcione, pero si no te funciona también habrás ganado algo: ver la situación actual desde otra perspectiva, ahora te has demostrado que no te ha funcionado con este jefe pero que tienes una nueva herramienta para gestionar tus interrelaciones con otras personas. Seguro que pruebas en otro contexto y vas mejorando la autoestima que ese personaje ha estado lastimando.
Incluso si decides no probar también habrás avanzado: ahora, las cosas siguen como siempre porque tú has decidido no intervenir, lo cual es mucho más aceptable y te da fuerzas para mantener la situación mientras encuentras otra alternativa mejor. Anímate, prueba. O, al menos, decide no probar. Pero decide tú cuál es el trato que vas a recibir a partir de ahora. Y recuerda que una relación - también con el jefe - es cosa de dos: tú también tienes una pequeña cuota de responsabilidad sobre la relación que se establece.
¿Qué pasa entonces? Si el efecto Pigmalión favorece el crecimiento, podríamos decir que el efecto "Pigmalión a la inversa" favorece la desmotivación, el recelo, el desapego, la tensión negativa, el temor, etc., etc.
Sí. Sí, pero...
En muchas ocasiones es así, exactamente. Pero no en todas. Si yo tengo la desgracia de tener que relacionarme con un jefe así, puedo intentar modificar la situación. No estoy diciendo que sea fácil, pero lo puedo intentar y en bastantes ocasiones funciona. Voy a demostrar a mi jefe, con cortesía pero con determinación, qué tipo de trato acepto y qué tipo de relación quiero establecer. Lo habitual que es que se sorprenda y después reflexione; puede luego pedir disculpas, establecer un pacto, modificar el comportamiento sin hacer comentarios... incluso puede continuar como hasta la fecha, pero es frecuente que se produzcan pequeños cambios en la relación que poco a poco van a ir mejorando la convivencia.
Eso ocurre porque cada cosa que digo y cada cosa que hago está lanzando a los demás (también a mi jefe) mensajes sobre cómo quiero que se me trate, qué acepto y qué rechazo, de qué forma se pueden establecer conmigo las relaciones interpersonales.
Si tienes un jefe Noilamgip puedes plantearte la posibilidad de probarlo.
Es probable que te funcione, pero si no te funciona también habrás ganado algo: ver la situación actual desde otra perspectiva, ahora te has demostrado que no te ha funcionado con este jefe pero que tienes una nueva herramienta para gestionar tus interrelaciones con otras personas. Seguro que pruebas en otro contexto y vas mejorando la autoestima que ese personaje ha estado lastimando.
Incluso si decides no probar también habrás avanzado: ahora, las cosas siguen como siempre porque tú has decidido no intervenir, lo cual es mucho más aceptable y te da fuerzas para mantener la situación mientras encuentras otra alternativa mejor. Anímate, prueba. O, al menos, decide no probar. Pero decide tú cuál es el trato que vas a recibir a partir de ahora. Y recuerda que una relación - también con el jefe - es cosa de dos: tú también tienes una pequeña cuota de responsabilidad sobre la relación que se establece.
Aquí te dejo un enlace a "El vuelo del moscardón" para amenizar la reflexión. Es también un ejemplo de que las cosas difíciles se consiguen perseverando, como el tipo de relaciones que queremos establecer con los demás.
Y si tienes criaturas alrededor, quizás te apetezca explicarles una aproximación a la idea del abejorro que no puede volar: el patito feo
Y si tienes criaturas alrededor, quizás te apetezca explicarles una aproximación a la idea del abejorro que no puede volar: el patito feo
Cuando lo leí me senti parte del articulo. He sido sufridor y gracias a ello soy dueño de mi destino profesional.
ResponderEliminarUn saludo,
Juanjo Bastarrika Miguel
Me alegro un montón, muchas felicidades :-) Personas así son las que necesitamos
ResponderEliminarHa sido un buen reflejo de algunas maneras de hacer.
ResponderEliminarMarc Carpena i Pladevall
Sí, todavía nos quedan algunos Noilampigs, aunque afortunadamente hay más Pigmaliones :-)
Eliminar¿Y qué podemos hacer para que los jefes actúen como pigmaliones?
ResponderEliminarEs la pregunta del millón de dólares; no conozco ninguna fórmula que funcione siempre, aunque podríamos decir que sí hay un punto de partida común a cualquier situación: el respeto. ¿Estás de acuerdo?
ResponderEliminarAhora mismo tengo ese problema, mi jefa directa es pigmalion a la inversa , así que intentaré poner en práctica lo que dice este artículo, veré si sirve de algo.
ResponderEliminarTe deseo muchos éxitos y me permito sugerirte que prestes más atención a lo que piensas - dices - haces que a los comportamientos de tu jefa :-) Saludos cordiales
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