Una organización empática es ética, saludable y permite el desarrollo respetuoso de todos sus partícipes.
Jeremy Rifkin, de quien hablamos mucho últimamente a propósito de su idea sobre economía colaborativa, tiene un libro anterior titulado La Civilización Empática (muy recomendable), en el que trata de la evolución de la empatía a lo largo de la historia de la humanidad.
En esta ocasión voy a centrarme en un aspecto capital de las relaciones dentro de una organización: la comunicación. Rifkin explica muy bien cómo ha ido evolucionando la comunicación en la sociedad; intento resumir la idea en este cuadro:
Es decir, en una organización (como subsistema del sistema sociedad) pueden darse las siguientes situaciones:
- Comunicación básicamente impresa (boletines, normativas, procedimientos...): conciencia ideológica, "nosotros somos así", "en esta empresa siempre ha habido clases", "nuestra empresa es especial y no se parece a las demás"....
- Comunicación básicamente electrónica (emails, chats corporativos, intranet...): conciencia psicológica, "pertenezco a": "estoy en el whatsappillo de Marketing"," los colegas compartimos info en el drop"...
- Comunicación básicamente centrada en internet (redes, blogs...): conciencia holística "soy parte del mundo": "soy corresponsable de lo que ocurre, me corresponsabilizo de hacer un mundo mejor".
Si el conjunto de internet, códigos abiertos y energías renovables está propiciando una nueva conciencia biosférica y ello está dando paso a una nueva civilización empática,está claro que una organización reproduce también esta nueva realidad.
Una organización empática no sólo se preocupa de sus resultados; pone su entusiasmo, su know how y sus recursos para conseguir que esos resultados propicien también el bienestar de otras personas ajenas a la organización, y no sólo de las personas, sino de otros seres vivos y del planeta en general.
Ésta es la base de la RSE: podemos hablar de RSE en tanto en cuanto subyaga esa empatía amplia propia de los mamíferos superiores que, en el caso concreto de las personas, nos ayuda a tener una cosmovisión. Además, no podemos olvidar que los principios éticos se basan en el respeto que nos genera la com-pasión hacia otros seres.
Así que, después de tantos siglos, vamos otra vez a dar la razón a Aristóteles cuando proclamaba que lograr el bien de la persona es siempre deseable, pero conseguir el de un pueblo es de índole divina. Estoy segura de que si Aristóteles viviera hoy cambiaría la palabra "pueblo" por "planeta".
¿Cuántas empresas conoces que apliquen principios éticos, bien definidos y comprobables, en su modelo de gestión?
Puedes ver un buen resumen de La Civilización Empática en este video: (cliclar aquí)