Como sabéis, se concedió a Peter Higgs el Nobel de Física.
El bosón de Higgs, que confiere masa a otras partículas, está dando mucho que hablar en los últimos días. Cosa natural, puesto que se trata de un magnífico descubrimiento. Los científicos de nuestra cultura están exultantes y los medios de comunicación se hacen eco de la noticia, intentando explicar y divulgar en qué consiste y por qué es tan importante. Este éxito se ha conseguido con la participación de muchísimos científicos, pertenecientes a 60 naciones. Incluso alguien como yo, tan lega en estas materias, entiende que su descubrimiento es un gran paso adelante en el conocimiento.Os dejo aquí un interesante enlace sobre el bosón.
Además de celebrarlo, me planteo una vez más uno de los enigmas de nuestra especie: somos capaces de grandes logros hacia afuera (bajamos a las Fosas Marianas, llegamos a la Luna, descubrimos el bosón...) y avanzamos muy poquito hacia adentro: ¿cómo funcionamos en realidad? ¿qué significan realmente los términos "memoria", "emoción", "sentimiento", "alma" y tantos otros que utilizamos alegremente para intentar expresar algo intangible que nos conforma?
En poco tiempo he obtenido interesantes explicaciones; por ejemplo, Punset nos dice que el alma está en el cerebro; Annie Marquier sostiene que el corazón tiene cerebro; Patrick Drouot que el corazón consigue coherencia para el organismo humano; el Dr. Caralps nos habla de la teoría de la memoria sistémica... Parece que nos estamos interesando en saber más y más cosas sobre el animal humano, y nos damos cuenta además de cuán poco sabemos a pesar de lo cerca que lo tenemos.
Todos estos planteamientos se alejan un tanto de las teorías médicas y psicológicas vigentes hasta el momento, puesto que intentan contemplar a la persona como un todo, desde un enfoque sistémico que anteriormente no se había aplicado al estudio de la persona.
Así que nuestra ciencia hacia afuera va avanzando a buen ritmo, mientras nuestros conocimientos hacia adentro parece ser que van por otros derroteros; aún nos falta mucho. Que yo sepa, no hay en marcha ninguna investigación en la que se aúnen los esfuerzos de 60 naciones. Durante siglos ha sido la religión lo que impedía mirar al animal humano como objeto de estudio, y quizás haya sido eso lo que ha favorecido la visión parcelada de la persona. Ahora se comienza a avanzar en los conocimientos aplicando conjuntamente diferentes ópticas científicas, lo que resulta muy esperanzador.
A efectos de las relaciones interpersonales en el ámbito profesional, de momento podemos buscar explicaciones a los comportamientos humanos no ya sólo en la psicología, sino también en la medicina, la neurociencia... A la espera de un enfoque sistémico multidisciplinar, contamos con más herramientas para intentar comprender por qué hacemos lo que hacemos y obviamos lo que obviamos en el contexto de las organizaciones. ¿Cómo será el bosón personal?
Mientras nuestros científicos trabajan en ello, recordemos que la ciencia puede acompañarse de la poesía, la creatividad, las leyendas..., facetas todas ellas muy humanas que nos enriquecen y ayudan a ver la vida desde muchos ángulos diferentes. Te dejo aquí una preciosa leyenda india sobre la creación del hombre (¿Es religión, mito, o poesía?)