6 de julio de 2017

Lánzate

Poco antes de su muerte, el oráculo vaticinó a Esquilo que moriría aplastado por una casa, por lo que decidió residir fuera de la ciudad.

Curiosa y trágicamente, falleció al ser golpeado por el caparazón de una tortuga, que fue soltada por un quebrantahuesos desde el aire al confundir su cabeza con una roca contra la que romper el caparazón.

¿Cuántas veces te has detenido al pasarte por la cabeza un "porsiaca"? Por si acaso me despiden, por si acaso me sale mal, por si acaso me contagio, por si acaso me rechaza, por si acaso me lesiono, por si acaso...

Lánzate.  No te digo que te lances alocadamente, como hacen a veces algunas personas en su afán por beberse la vida a grandes tragos.



 Lo que intento decirte es que no estés pendiente de tantas cosas que pueden ocurrir solo de vez en cuando, y que puedes permitirte hacer muchas más cosas de las que crees.

¿Cuántas veces te han despedido?  Casi seguro que ninguna.  Si aplicas tu buen juicio y tienes un nivel adecuado de compromiso con la empresa, lo más probable es que no solo no te despidan, sino que acepten de buen grado tus sugerencias de mejora. (Otra cosa es que estés trabajando en una empresa "esclavista", en cuyo caso que te despidan quizás no sea tan malo para tu salud...)

¿Cuántas veces te ha salido mal una cosa? Seguro que más de una y de dos veces;  lo normal es que nos ocurra con cierta frecuencia.  Que salga mal una cosa no es malo, lo malo es no aprender de la experiencia para hacerlo mejor la próxima vez. (Otra cosa es que te estés jugando algo vital para tí).

¿Cuántas veces te has contagiado? Seguro que te has contagiado un montón de veces de catarros y similares, pequeñas menudencias que pueden ser bienvenidas si a cambio has podido disfrutar de una buena compañía, hacer un descubrimiento o cualquier otra ventaja. (Otra cosa es que los catarros te perjudiquen gravemente, o que te contagies de una enfermedad letal).

¿Cuántas veces te han rechazado?  Seguro que varias y en diferentes contextos, nos ha pasado a todos. Exponerme a un rechazo es aceptar la posibilidad de que no me salgan los planes como preví, y al mismo tiempo es una oportunidad de mejorar mis "procedimientos" para la próxima ocasión. (Otra cosa es que ese rechazo me cause un perjuicio irreparable).

¿Cuántas veces te has lesionado?  Seguro que varias en diferentes situaciones, y por descontado que bastantes veces si practicas algún deporte. Y también es seguro que has aprendido a evitar las lesiones aplicando diversas técnicas y así poder seguir disfrutando de aquello que te atrae. (Otra cosa es que tengas un percance que te condene a una silla de ruedas).

Cuántas veces hemos dejado pasar magníficas ocasiones por el "porsiaca" y luego nos hemos arrepentido...

Mira aquí una serie de probabilidades curiosas :-)

Está bien ser precavido, porque las personas imprudentes se meten a menudo en problemas.  Pero, como decía Aristóteles, en el centro está la virtud:  ni tan irreflexivo que te perjudique seriamente, ni tan precavido que te impida vivir lo más plenamente posible.



No conozco ninguna fórmula mágica que me ayude a tomar siempre la mejor decisión. Lo que acostumbro a hacer, y me funciona aceptablemente bien, es preguntarme:


Intento confeccionar una lista lo más larga posible con las respuestas a esta pregunta y después valoro cada una de ellas pensando en los diferentes escenarios;  y también coloco en esos escenarios a las personas que quiero y / o de alguna forma tienen su vida interrelacionada con la mía.

El índice de aciertos es alto, y llega un momento en que este planteamiento, a fuerza de costumbre, se hace de forma casi mecánica.. 

Me gusta disfrutar de todas las posibilidades que me presenta la vida, y después de aplicar ese "procedimiento" me lanzo muy a menudo.  Porque he descubierto que una parte importante de la felicidad está en la satisfacción por las decisiones tomadas. Así que la posibilidad de disfrutar es doble: por la decisión tomada y por la experiencia vivida :-)


¿Qué "procedimiento" utilizas tú?