24 de febrero de 2014

Las hormigas y los despidos

La Naturaleza es una fuente inagotable de aprendizaje para el management: Biomimética organizacional o cómo despedir sin traumas.

Itamar Rogovsky, el gran maestro del Desarrollo Organizacional, explica la preciosa "teoría de la hormiga" que ilustra a las mil maravillas cómo funciona una organización excelente que mira al futuro.  

Recientemente, La Vanguardia ha publicado los resultados de una investigación de Jessica Purcell sobre el comportamiento de las hormigas cuando se inunda su nido.

Las hormigas saben qué miembros de la colonia pueden hacer más por la comunidad, se organizan de acuerdo con el principio de "primero la comunidad, después el individuo" y (aunque no debería de sorprendernos) el  resultado es que la comunidad  se sobrepone al desastre pagando un precio ínfimo a cambio:  prácticamente no hay bajas y todo el hormiguero puede seguir viviendo su vida una vez superada la inundación.

En nuestras organizaciones suele ser más habitual regirse por el principio "sálvese quien pueda": es la reacción de los accionistas o personas que pueden decidir atendiendo a su propio beneficio ante cualquier inundación que se les presente. (Afortunadamente siempre hay excepciones, los conceptos de RSC van calando poco a poco).

A corto plazo puede parecer una idea aceptable, puesto que ha conseguido salvar una parte importante del patrimonio.  Pero a medio plazo las decisiones individuales (o pensadas para favorecer a un individuo) generan cuantiosas pérdidas:  cada uno mira por sus propios intereses y la sociedad en su conjunto pierde competitividad, ocasiones de negocio y baja puestos en el ranking de bienestar social y felicidad.

Cuando una organización se encuentra ante una "inundación" y reacciona despidiendo empleados para rebajar costes, está en la posición "sálvese quien pueda":  recortar rápidamente la partida presupuestaria que parece más evidente (generalmente las personas que llevan más tiempo en la organización, porque su salario es de los más elevados) alivia de momento la situación. 

A medio plazo, esa organización ha perdido capital intelectual y know how, ha perdido reputación como empresa deseable para trabajar (le costará más esfuerzos incorporar personas valiosas) y además es muy probable que la sociedad la "castigue" evitando comprar sus productos o servicios.  Mal negocio para la organización (condenada a desaparecer) y para la sociedad (menos posibilidades de elegir).

Las hormigas saben qué hacer cuando aparece una inundación y están preparadas de antemano:  conocen perfectamente qué puede aportar cada miembro del equipo para salvar la nave con las mínimas pérdidas, saben qué puntos fuertes tiene cada miembro, en qué posición se debe colocar, cómo tienen que armar la balsa entre todos... y el hormiguero sobrevive a la inundación.  Más todavía, continúa su vida de complejas interrelaciones entre sí y con el medio. Continúa la vida.

Las hormigas nos regalan una buena lección:  
  • conoce los puntos fuertes de todos los miembros de la organización;
  • asegúrate de que esos puntos fuertes se aplican de la mejor forma posible para el beneficio del conjunto;
  • ten a todos los miembros preparados para actuar, cada uno desde su puesto, ante amenaza de inundación;
  • hazlo de forma que las pérdidas de miembros del equipo sean prácticamente cero, y, si no hubiera otra solución, que correspondan al grupo de "crías", cuyo coste de reposición en términos sociales es más asumible.
De acuerdo con las hormigas, este enfoque biomimético puede ayudar a la organización a mantenerse en el mercado siendo a la vez socialmente responsable.

Moraleja: dime cómo preparas tus ERE o tus despidos y te diré cuán biomimética es tu organización.

12 de febrero de 2014

Huella líquida: Cómo ganar influencia

Un líder puede conseguir con más o menos éxito los objetivos corporativos, dependiendo en gran parte de cómo se posicione respecto a las personas de su equipo.

Manuel Guillén Parra, en su precioso libro "Ética en las organizaciones, construyendo confianza", (que  te recomiendo vivamente), nos explica qué comportamientos son aconsejables para una persona responsable de un equipo si desea conseguir la necesaria autoridad.

En el cuadro siguiente explica las diferentes formas que tiene el líder para influir en el comportamiento de las personas del equipo: recompensando, castigando, mandando (aplicación de la potestad), o bien logrando su libre adhesión (aplicación de la autoridad).

Es un resumen perfecto de las posibilidades que tiene un líder para conseguir que el equipo llegue a alcanzar los objetivos.  Qué utiliza y por qué es algo que se trata en el libro y, en cualquier caso, forma parte de los posicionamientos vitales de cada líder.

Yo hago un enfoque más basado en la experiencia y más "longitudinal", a modo de progresión en la vida profesional de alguien que lidera equipos de trabajo. Obviamente no tiene la profundidad de la labor  de Guillén, así que me gusta leer a los expertos como él para ir enriqueciéndome.

Mi experiencia me dice que una persona que ha de asumir el rol de líder de un equipo puede pasar por tres estadios (ver "Equipos: empujar, arrastrar, inspirar)  respecto a cómo se comporta con dicho equipo.  

Cuando justo está comenzando, por lo general está centrado en conseguir los resultados exigibles, porque es vital para él poder demostrar que, efectivamente, con su liderazgo el equipo consigue los objetivos. Prácticamente se está jugando el puesto.  Así que decide aplicar "todo el peso de la ley" sobre el equipo para dejar bien claro quién manda y qué se tiene que hacer.  

En ese momento no es consciente de los efectos que está produciendo en su "subordinado", porque está centrado en los resultados, pero es algo que después  tendrá que trabajar si quiere asegurarse resultados a largo plazo. ("Equipos:  huella pétrea").

En una segunda etapa, el líder es consciente de que un ejemplo vale más que mil palabras, así que decide aprovechar la experiencia acumulada en la fase anterior (sobre el contenido del puesto, la finalidad de las tareas, el sentido de los objetivos, etc.) y decide tomar la iniciativa y la responsabilidad él solo, esperando que el equipo le remede.  En esta fase está centrado en la excelencia de la ejecución, los procesos, los procedimientos...

Las repercusiones que tiene en el equipo este posicionamiento son más livianas que el anterior, pero todavía muy mejorables ("Equipos: huella ambarina")

En una tercera fase, el líder se percata de que puede hacer algo más, de forma tal que el equipo se sienta corresponsable y se garanticen así los resultados independientemente de la cantidad de trabajo que aporte él personalmente. ("Equipos:  huella líquida").


El líder ha llegado a una etapa en la que está centrado en las personas.

Parece ser que es difícil posicionarse en "huella líquida" sin haber experimentado previamente otras situaciones en este complejo mundo de las relaciones interpersonales aliñadas con una cuota de poder.  

Parece ser que llegar a posicionarse como líder inspirador,  dada su gran complejidad, aconseja tomar consciencia de que el líder va madurando, mejorando y aportando junto a los diferentes y sucesivos equipos de trabajo.  ¿Qué sería de un líder sin equipo?

Dejo aquí el video en el que Guillén presenta el libro. 

4 de febrero de 2014

Los nuevos galeotes

¿No te pasa a menudo que piensas cosas raras cuando estás haciendo algo que no te atrae?

Llevo varios días trabajando a destajo con el ordenador, preparando un proyecto complejo y haciendo a la vez los numerosos ejercicios que exige un máster a distancia.  El ordenador me gusta como herramienta auxiliar para conseguir mis objetivos, pero cuando toma el protagonismo me rebelo, me encorajino y mis neuronas se van a trabajar a otra parte, lo que me entorpece el trabajo que tengo entre manos pero me regala asociaciones como ésta:

En líneas generales, cada milenio tiene su propio tipo de esclavitud.  En el primer milenio teníamos a los galeotes, en el segundo tenemos a los ordenotes.

Un ordenote es una persona amarrada a un ordenador, de la misma forma que un galeote es una persona amarrada a una galera.

Las galeras antes, como ahora los ordenadores, eran un vehículo imprescindible para conseguir información, trasladar conocimientos, descubrir nuevos mundos, acceder a nuevas ideas y nuevas formas de contemplar la realidad, fomentar el comercio, enriquecerse, hacer avanzar la sociedad... e incluso apoyar cruentas guerras en su papel de soporte logístico.

Pero todos los avances sociales, ay, tienen sus sombras. Para conseguir todos esos logros siempre hay alguien que carga a sus espaldas el trabajo en la sombra, con más o menos incomodidades y anónimo, mal retribuido, monótono, alienante y socialmente poco o nada reconocido.

Estos puestos de trabajo suelen ser ocupados por personas con bajo nivel de formación y / o en una etapa de la vida que brinda pocas oportunidades laborales, y por lo general se está deseando salir de esta coyuntura para alcanzar un estatus más placentero. ¿Qué no daría un esclavo galeote por liberarse? ¿Qué no daría un  ordenote, como por ejemplo un empleado a tiempo parcial de un centro de datos, por conseguir un puesto más cualificado y prometedor?

Mi reconocimiento a todas aquellas personas que se cuidan de labores más o menos ingratas de las que luego nos beneficiamos todos. (La lista sería larguísima).


Y aquí estoy ahora, haciendo de ordenote y llamando a mis neuronas para que regresen y se pongan a hacer lo que toca hacer...

Hay muchas diferencias entre un galeote y un ordenote, obviamente, pero una importante es que el ordenote tiene la posibilidad de buscarse algún entretenimiento que le alivie los pesares mientras está remando:  por ejemplo, convirtiendo por algunos momentos su instrumento de trabajo en algo placentero.  Yo suelo hacerlo con música, así que he seleccionado dos melodías muy diferentes que pueden relacionarse respectivamente con un galeote y con un ordenote.  Aquí las tienes:

¿Galeote? : música  relajante con sonido del mar  para escuchar en tus momentos de descanso;

¿Ordenote?:  este vídeo (si aceptas que una máquina de escribir es la madre de un ordenador):





Si tú haces alguna vez de ordenote, ¿qué trucos utilizas para hacer más liviana la tarea?

Si quieres leer una visión muy distinta y además interesantísima, te sugiero que visites el blog de Laura Rosillo y leas la entrada "Makers"