12 de abril de 2012

Equipos: Huella líquida (II)

Gestión de equipos mirando también al colaborador



Arrastrar  Huella ambarina

         

Los árboles producen resina como una protección contra enfermedades y peligros varios. Esta resina, fosilizada, se presenta en forma de "piedra" preciosa llamada ámbar.  Es muy frecuente que el ámbar contenga inclusiones en forma de burbujas de aire, gotas de agua, plantas, pequeños animales...
En la antigüedad se creía que el ámbar tenía propiedades mágicas, y los griegos descubrieron sus propiedades eléctricas. (¡Qué bien funciona Wikipedia!).

A diferencia de la piedra, el ámbar no está a metros de profundidad, sino que se encuentra en la naturaleza de forma relativamente sencilla, a cielo abierto o incluso flotando en el mar.

También a diferencia de la piedra, el ámbar no conserva una huella, sino un ser  no deshidratado y en perfecta forma.  Los paleontólogos obtienen preciosa información paleoambiental de las inclusiones del ámbar.

Una tercera diferencia respecto a la piedra, es que el ámbar puede trabajarse como si fuera una piedra preciosa:  hoy en día se fabrica una numerosa gama de joyas en diferentes países del mundo.      

Así pues, podemos decir que el ámbar puede ser visto como:

  • Algo relativamente fácil de encontrar;
  • Un elemento mágico;
  • Un juguete para atraer pequeñas partículas;
  • Una rica fuente de datos sobre ecosistemas antiguos;
  • Materia prima para joyería.
En cualquier caso, es algo ligero, transportable y modificable.  Algo hemos ganado respecto a la piedra.

Si yo soy responsable de un equipo y adopto la posición "arrastrar", la huella que estoy dejando en la persona /  el equipo es como el ámbar:  algo que incrusto pero que queda prácticamente en el superficie y que además se puede modificar. 

El colaborador (y el equipo) retiene en sí información sobre mis comportamientos y poco a poco va elaborando los suyos alrededor de aquéllo que ha percibido e interiorizado.  Si yo arrastro habitualmente, la huella que voy dejando va tomando forma de algo tangible ("aquí se hacen las cosas así", "si el jefe hace 'A', a mí me toca hacer 'B'", 'Para qué voy a esforzarme si ya lo hace el jefe", "el jefe no permitiría que yo lo hiciera, quiere hacerlo él", etc.)  y se va recubriendo hasta quedar incluida en la cotidianidad formando parte de la cultura del equipo.

A veces conviente posicionarse en arrastrar. Pero si lo hago muy a menudo, he de ser consciente de que estoy favoreciendo una huella ambarina.

¿Y si ya está ahí? Las huellas no desaparecen, pero se pueden gestionar. Puedo decidir hacer un primer movimiento, cambiar mi posición de arrastrar  a alguna otra que sea más positiva para mí y para el equipo (ahora tengo varias opciones, a diferencia de la posición empujar):
  • Puedo "encontrar" la huella ambarina haciendo el ejercicio de admitir mi posición, valorar lo logrado y sobre todo definir mis posiciones futuras (es bueno para mí y para mi equipo);
  • Puedo tratarla como si fuera un elemento mágico:  si muevo la varita mágica ocurre "X", luego tengo que ser consciente del poder "mágico" que tengo y responsabilizarme de cómo lo utilizo;
  • Puedo planteármela como un juguete "atrapa-cosillas" (atrapo su atención, su cariño, su conformidad, etc. cosas concretas):  de momento funciona, pero a medio plazo es inoperante;
  •  Puedo adoptar la posición de paleontólogo:  estudiar cómo se elaboró la huella ambarina y qué contiene en su interior. Obtendré información valiosa para modificar mi posición cuando sea aconsejable, y también sobre qué elementos se han incrustado en el equipo: rutinas, desinterés...
  • Puedo posicionarme como un joyero: tomar cuidadosamente el ámbar, estudiarlo, verlo al trasluz, valorar sus incrustaciones, sus formas, sus posibilidades... y hacer un joya en forma de aprendizaje grupal: a partir de ahora, yo me comportaré así ante tales circunstancias y el equipo se comportará de esta otra manera (perfectamente sincronizada y acordada) en dichas circunstancias:  la joya se pule y transforma hasta llegar a ser un objeto precioso representativo del equipo:  nosotros definimos así, hacemos las cosas así, nos comportamos así.... Y recordemos que una joya nos permite diversas combinaciones en función de las circunstancias:  podemos utilizarla como adorno personal, como símbolo, como moneda de cambio, como garantía de futuro...

3 comentarios:

  1. Me parece más sugerente que el primero y mas factible.... para cuando el tercero?

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    1. Desde mi punto de vista, si te parece más factible es que de alguna forma ya tienes experiencia en este tipo de enfoques, seguro que tienes algo bueno que compartir, ¿te animas?
      El tercero está "en el horno", casi listo :-)

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  2. Anónimo8/6/13


    Me encantó, Edita! Muy ilustrativo y claro. Voy a usarlo, por supuesto, aclarando cuál es la fuente.
    Viviana María Arbelo

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